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Vivir para contarla

Federico Martínez Vargas El pasado viernes 14 de agosto, lo que parecía ser una jornada tranquila para el gobernador del estado César Duarte Jáquez, su esposa Bertha Gómez...
  • Por Denisse
Vivir para contarla

Federico Martínez Vargas

El pasado viernes 14 de agosto, lo que parecía ser una jornada tranquila para el gobernador del estado César Duarte Jáquez, su esposa Bertha Gómez Fong de Duarte, la periodista Lolita Ayala y cuatro personas más, se convirtió en una experiencia más de vida.

Pasadas las diez de la noche, en los medios de comunicación a nivel local y nacional, así como en las redes sociales, se dio a conocer que un helicóptero de Gobierno del Estado, en el cual viajaban los antes mencionados, había sufrido un accidente en la región serrana de Balleza.

Las primeras versiones fueron en el sentido de que el helicóptero salió de Témoris con destino a Balleza, sin embargo, en el trayecto ocurrió el accidente, teniendo como primer reporte que los pasajeros se encontraban estables de salud, arribando de inmediato hasta el sitio del percance, unidades policíacas, de socorro y de rescate.

Cerca de la medianoche, el vocero de la Fiscalía del Estado, Arturo Sandoval,  confirmó que el helicóptero sufrió un desperfecto que ocasionó su caída, comentando que los pasajeros fueron trasladados a Parral, donde se reportaban como estables. 

Las primeras versiones

El helicóptero en el que viajaba el gobernador César Duarte, en compañía de su esposa Bertha Gómez y de la periodista Lolita Ayala, cayó desde cinco metros de altura cuando se trasladaban del municipio de Moris con destino a un rancho del mandatario estatal que se encuentra en Balleza.

Los tres pasajeros y el piloto pasarían la noche en el rancho del gobernador;  sin embargo, el piloto del helicóptero Bell 429 se dio cuenta de una falla en el motor y aceleró el descenso, y cuando iban a cinco metros sobre el suelo, la nave cayó.

El helicóptero descendía con completa normalidad, cuando repentinamente se movió “como una licuadora”, según palabras del propio mandatario, además de incendiarse el rotor.  Este último dato, llamó mucho la atención.

Trascendió que personal de Aeronáutica Civil y de la Procuraduría General de la República, empezaron a realizar un peritaje sobre el accidente del helicóptero, para conocer las causas reales y descartar que haya sido derribado, dadas las circunstancias en que ocurrieron los hechos.

Las primeras versiones sobre cómo sucedió el percance, corrieron rápidamente, tanto a través de los medios de comunicación como en las redes sociales, donde incluso algunos reportaban grave de salud a la periodista Lolita Ayala.

Al poco tiempo de que se hizo oficial el accidente por parte de Gobierno del Estado, un medio de la ciudad de Parral publicaba las primeras imágenes de los heridos y su traslado a un hospital de esa ciudad, donde incluso se mencionaba que el mandatario estatal arribó al centro médico manejando una camioneta, acompañado de su esposa.

El parte médico

El sábado, en punto de las seis de la mañana, arribaron al aeropuerto internacional de esta ciudad de Chihuahua los heridos, llegando por su propio pie el mandatario estatal, coordinando incluso el traslado tanto de su esposa, como del piloto de la nave y del escolta que los acompañaba, hasta el hospital Christus Muguerza.

La información oficial era que el gobernador sufrió una inflamación cerebral del lóbulo izquierdo, resentimiento de columna y una herida sangrante en la frente del lado derecho; en tanto que su esposa sufrió una lesión de consideración en las vértebras lumbares, misma lesión que sufrió el piloto de la nave; en tanto que el escolta sufrió lesión en el brazo derecho.

Esa misma tarde, la señora Bertha Gómez fue intervenida quirúrgicamente en ese mismo hospital, realizándole una instrumentación de columna, misma que  tuvo una duración de cerca de tres horas.

Tanto el mandatario estatal como su esposa y los demás tripulantes, permanecieron hospitalizados como medida médica, estando en observación y con orden de reposo absoluto.

La periodista Lolita Ayala, así como su equipo de trabajo, fueron trasladados al día siguiente por la mañana a la Ciudad de México para ser atendidos, resultando la periodista con lesiones de consideración en las vértebras y con una herida cortante en la parte posterior del cuello.

El lunes por la tarde, el gobernador César Duarte Jáquez fue dado de alta del centro médico, siendo recibido por sus hijos, el Arzobispo Constancio Miranda Weckman y una decena de reporteros, quienes esperaban conocer la versión  del accidente, de boca de los propios sobrevivientes.

La señora Bertha Gómez Fong de Duarte, fue dada de alta el miércoles 19 de agosto, siendo recibida tanto por el mandatario estatal como por sus hijos, los cuales de inmediato acudieron al Santuario de Guadalupe a dar gracias, porque el accidente no tuvo consecuencias mayores.

La señora Gómez de Duarte permaneció con instrucciones médicas de reposo absoluto, para posteriormente someterse a algunas pequeñas terapias médicas para su total recuperación. 

Los testimonios

Justo a la entrada de la Clínica del Parque, el gobernador César Duarte Jáquez  platicó de viva voz cómo fue que sucedió el percance, mostrando por vez primera las huellas del accidente sufrido a bordo del Bell 429.

El gobernador dijo que el helicóptero Bell 429 en que viajaba ese fin de semana en compañía de su esposa, la periodista Lolita Ayala y otros acompañantes, explotó después de salir con dificultades de la aeronave.

Duarte reiteró que, efectivamente, la aeronave explotó después que estuvieran a salvo tanto su esposa Berta Gómez de Duarte como Lolita Ayala y los demás miembros de la tripulación y pasajeros, destacando que si el piloto no hubiera cerrado a tiempo las válvulas del combustible, otro hubiera sido el desenlace.

En la improvisada rueda de prensa, relató que él sintió que el artefacto comenzó a perder altura, por lo que al ver que chocarían con una montaña, el piloto tomó la decisión de virar el helicóptero y dejarlo caer, ya que de lo contrario, si las aspas hubieran chocado, sería inevitable la explosión.

Narró que el piloto le comentó después, justo cuando estaban convaleciendo en el hospital, que decidió desplomar la nave para no correr el riesgo de aterrizar en una montaña, lo que era demasiado peligroso por la nula visibilidad y porque las aspas podían chocar.

Otro de los aspectos que comentó el mandatario estatal, es que al sentir el impacto, comenzó a ver cómo la periodista Lolita Ayala tenía una hemorragia muy severa en la cabeza, por lo que de manera inmediata comenzó a sacar primero a su esposa y luego a la reconocida presentadora de noticias.

En lo que se refiere al piloto y a los demás tripulantes, comentó el mandatario estatal que algunos empezaron a salir por su propia cuenta, en tanto que otros  fueron auxiliados por el piloto y él mismo, hasta ver la nave explotar.

Julio Berlanga, piloto del helicóptero del gobernador César Duarte, aseguró que la caída del helicóptero Bell 429 fue desde los 50 metros, y no desde 5, como se dijo, pues antes de eso había tenido que maniobrar 45 metros con la poca fuerza que quedaba en uno de los motores y el ya casi nulo funcionamiento del rotor.

Lo anterior lo comentó en entrevista con medios nacionales, y destacó que tras fallar el Bell 429, con menos de seiscientas horas de vuelo, el gobernador le dijo: “No se raje, no se raje”, sin poder contestar nada ante la necesidad de maniobrar la nave.

De igual forma, explicó que al despegar del municipio de Moris hacia el rancho del gobernador, sintió que perdía altura a 200 metros del punto de aterrizaje, así que buscó algo plano para aterrizar “semilibre”, pues consideró que uno de los motores aún tenía fuerza.

Berlanga declaró que cuando uno de los motores perdió fuerza y sobrevino el desplome, a 40 metros de altura, él mismo se hundió en el silencio, no dijo nada, pero Duarte, advirtiendo la situación, se le acercó como pudo y le dijo: “no se raje, no se raje”. Y es que, el verdadero contexto, ahora se sabe, es que el Bell 429 no tenía ni 600 horas de vuelo, eran las ocho de la noche, estaban en penumbras, a 200 metros de distancia del punto de aterrizaje, a menos de 100 de altura, se sintió el bajón.  Berlanga dio un giro a la izquierda, para llegar a un plano, empezó la caída semi libre, y el rotor falló para causar el descontrol total del aparato.

Cortó las válvulas del combustible, dijo Berlanga, se incendió el motor y no pudo moverse, pero Duarte sacó de la aeronave a Lolita Ayala y a su esposa Berthita, y los que los esperaban auxiliaron a los demás pasajeros. Los extinguidores no sirvieron, luego los subieron a un auto y fue cuando el Capitán Berlanga escuchó dos fuertes explosiones.

La aeronave

El helicóptero involucrado en el percance es un Bell 429, el cual no sobrepasaba las 600 horas de vuelo, teniendo un costo en el mercado de 4.5 millones de dólares, más 1.5 millones de dólares por el costo de la importación, siendo adquirido en el año 2011.

La aeronave fue fabricada en Tenesee, Estados Unidos, y se utilizaron piezas de fabricación surcoreana, siendo el único helicóptero en el país de este tipo.

Este modelo de helicóptero es también utilizado por el gobierno de Honduras, por lo que al enterarse el fabricante del percance con su aeronave, solicitó participar en el peritaje, ya que nunca en la historia de la compañía Bell se había presentado un accidente de esta magnitud.

La aeronave contaba con seguro por parte de Afirme Banco Comercial, aseguradora aprobada, la cual pagó un total de 6 millones de dólares, ya que el seguro cubría en su totalidad el accidente pues fue declarada como siniestrada.

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