Opinión

5 de octubre tampoco se olvida

  • Por José Oswaldo
5 de octubre tampoco se olvida

Por José Ogaz

Requerimos que las autoridades asuman plenamente su responsabilidad institucional: Ana Luisa Herrera

"¿Es ese el liderazgo que debe destacarse en Forbes? Es incontrovertible que los estándares han caído"

El 5 de octubre se cumplieron dos años de la fatídica tragedia que enlutó a la sociedad chihuahuense.

Durante ese día, un sábado del año 2013, el evento “Extremo Aeroshow” arreció contra la vida de nueve personas que presenciaban el espectáculo de acrobacias automotrices, mientras que 95 espectadores más fueron a dar al área de urgencias de un hospital.

Desde entonces, las familias de quienes murieron aplastados por una Monster Truck, han atravesado un viacrucis de injusticia a cargo de las últimas dos alcaldías municipales en la ciudad de Chihuahua:

• La primera, presidida por Marco Adán Quezada, por la mala organización del evento (muy limitadas medidas de seguridad), en combinación con numerosas irregularidades legales, mismas que desembocaron como la causa principal de la desgracia.

• La segunda, presidida por Javier Garfio, por hacer omisión de los derechos humanos. Aunque el mencionado señaló haber voluntad de ayudar, el pasado 9 de julio significó un hecho vergonzoso para las garantías individuales, luego de que catorce regidores del Ayuntamiento rechazaron que el actual gobierno municipal indemnizara a las víctimas, mientras que sólo cinco votaron a favor. Presentes en dicha sesión, los familiares de las víctimas veían en primera fila cómo las autoridades capitalinas se negaban a hacer justicia a sus seres queridos.

Ante ello, la regidora Ana Luisa Herrera se ha opuesto a la perversidad -señala- con la que han actuado tanto Garfio Pacheco como diversos funcionarios que integran la actual administración municipal.

“Reprobamos, junto con la sociedad civil, a los funcionarios que prepotentemente menosprecian el sentimiento de pena de las víctimas y tratan de desviar la atención hacia asuntos menores. Requerimos que las autoridades asuman plenamente su responsabilidad institucional: deben cesar los manejos superficiales y al margen de la ley. Dos años sin justicia ya son demasiados”, dijo.

Herrera Laso manifiesta enérgicamente lo que califica de inconsciencia repudiable. “A Javier Alfonso Garfio Pacheco no le genera inquietud alguna su impúdico dispendio en viajes, en contratos para sus amigos o en infructuosas promociones de su imagen en búsqueda de su sueño de ser gobernador [...] se ha empecinado en obstaculizar la apropiada reparación del daño a las víctimas, necesaria para paliar de algún modo los males que el gobierno les causó y que nadie debe pretender infravalorar”.

La panista calificó que el actuar del edil capitalino se caracteriza de poseer una vacuidad evidente al eludir la exigencia legal de una indemnización total y completa, mostrando la típica y nefasta actitud del empleado público que espera que alguien más se encargue de la solución. “¿Es ese el liderazgo que debe destacarse en Forbes? Es incontrovertible que los estándares han caído… El presupuesto público se destina únicamente para comprar reflectores carentes de sustancia”, lamentó.

Ana Luisa Herrera Laso, en su función de Regidora, ha demostrado con hechos ser de los pocos funcionarios realmente comprometidos con los chihuahuenses, por lo que firme en su compromiso con las víctimas, reitera su apoyo y solidaridad ante la catástrofe causada por el conjunto variado de negligencias absolutamente inexcusables del municipio de Chihuahua. “Todos tenemos el deber de rememorar lo ocurrido, de situar en primer lugar a las personas cuyas vidas fueron trastornadas ese día de desgracia y de comprender sin reservas su profundo dolor”.

Por su parte, el alcalde Garfio Pacheco ha hecho gala de la limitada ayuda que el Municipio de Chihuahua ha otorgado a las familias de los deudos, en contraste al dolor y la injusticia que les han dado a manos llenas. Resulta sorprendente, cómo ha hecho raja política con la escasez de atención con la que ha operado.

“Seguiremos actuando para impulsar la justicia que se les adeuda a las víctimas. No vamos a esconder la cabeza debajo de la tierra con la vana esperanza de pasar desapercibidos hasta que concluya el período de gestión: continuaremos trabajando con ahínco para cuidar el bien común; no el propio”, finalizó la regidora blanquiazul.

Mientras la injusticia permanece, Chihuahua ya es vergonzoso ejemplo a nivel internacional sobre cómo no deben llevarse a cabo eventos para entretenimiento público, y a su vez, de cómo no oprimir las garantías individuales.