Opinión

La salud en México

  • Por Cynthia
La salud en México

Por Carlos González Fernández

Desde cualquier ángulo en el entorno avista la reforma del Sistema de Salud Mexicano cuando la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que integra 34 naciones, señala que la inversión del gasto público en materia de salud, universalmente ha alcanzado niveles muy elevados. Así que, de continuar esa tendencia, en 15 años, la mayoría de los países enfrentarán serias deficiencias en el financiamiento, espectro que abarca seriamente a nuestro país que en materia de sanidad cubre el 6 % del Producto Interno Bruto (PIB) cuando los socios en la OCDE promedian el 6.9%.

El gobierno, en todas sus acepciones, quisiéramos, tuviera la obligación básica de dirigir en conjunto sus intervenciones públicas para asegurar a los ciudadanos un estándar mínimo de salario (generar suficientes fuentes de empleo), alimentación, salud, vivienda, educación y seguridad en su entorno, social y de sanidad en todos sus aspectos, todo como derechos ciudadanos y no como simple beneficencia o caridad que se puede o no brindar u otorgar a voluntad del donante. El “estado de bienestar” se sobrentiende como el conjunto de instituciones estatales orientadas a desarrollar políticas sociales.

Y en el desenvolvimiento de esas políticas sociales, la fundamental tiene que ver precisamente con aquellas encaminadas a mejorar las condiciones de vida de la población, además de lograr la integración de clases y grupos sociales sin discriminación ninguna, pero sí con dignidad. Nace, entonces, el sistema de seguro social, vanagloria mexicana ante el mundo como cobertura social a través del IMSS para cuidar la salud de los trabajadores mexicanos por medio de pagos del empleador y de los empleados a fondos de seguro o enfermedad; la prestación de servicios en general proviene de servicios públicos.

El Artículo cuarto Constitucional indica que varón y dama son iguales ante la Ley que protegerá la organización y el desarrollo de la familia, modelo natural de estructura básica de la sociedad y el derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y espaciamiento de los hijos (decretos, 1974); derechos de la protección a la salud  y disfrutar de vivienda digna y decorosa (decretos, 1983); derechos a la alimentación nutritiva, a la protección de la niñez, ambos sexos y a la cultura física y práctica del deporte (decretos, 2011); derechos a un medio ambiente sano y agua saludable (decretos, 2012) y el derecho a identidad y registro (decretos, 2014).

En estos momentos se rumora (y cuidado porque cuando esto ocurre, pasa casi siempre aquello que se dice sin sustento aparente) que la tendencia es  privatizar los servicios médicos sociales para unificar IMSS e ISSSTE y mientras que se reestructura, ‘sacar’ de cobertura médica las enfermedades crónicas y degenerativas que significan fuertes erogaciones del estado: diabetes, hipertensión, VIH sida, cánceres, Parkinson, Alzhaimer, entre otras…

¡¡¡AGUAS!!!. Pudiera ser y si así ocurriera, es decir, sacar del cuadro básico las enfermedades crónicas y silenciosas, la situación sería sumamente delicada y riesgosa y la reacción sería inimaginable.

Chihuahua enfrenta, dentro de Pensiones Civiles del Estado e ICHISAL, una desesperante carencia de medicinas, aun cuando se pudo denotar que en la bribona administración inmediata anterior se subrogaban la mayoría de las medicinas a “farmacias amigas”; En la actual administración ‘pro urnas vacías’, siguen las carencias severas y la subrogación, por cierto, no con las mismas “farmacias amigas” si no con otras que también son ‘amigas’, pero de los actuales directivos…     [email protected]. Presidente de la AECHIH,AC.