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Le llegó su fin al actor Víctor Trujillo

Ciudad de México.- Un adiós definitivo. Juan Torres y Guillermo Wiechers, productores de Teatro de Primera, dirán adiós para siempre al montaje de "Rojo". De acuerdo...
  • Por José Oswaldo
Le llegó su fin al actor Víctor Trujillo

Ciudad de México.- Un adiós definitivo. Juan Torres y Guillermo Wiechers, productores de Teatro de Primera, dirán adiós para siempre al montaje de "Rojo".

De acuerdo con Torres, la escenografía para la obra tuvo un costo aproximado de 800 mil pesos.

Después de dar la última función, toda la escenografía será destruida para evitar la tentación de volver a montarla.

"En una ocasión nos dijeron que tenemos que aprender a dejar ir las cosas y este es el momento de hacerlo", dijo un nostálgico Torres.

Juan Torres se quedará con uno de los cuadros de la escenografía, al que primero le harán una restauración para quitarle unas manchas.

Víctor Trujillo aceptó gustoso conservar otro de los cuadros que se utilizaron en la obra, pues asegura que en su casa tiene una pared vacía.

Despedirse de la obra Rojo, para Víctor Trujillo, será algo mucho más fuerte que dejar ir un proyecto exitoso.

"A lo mejor (se sentirá como) cuando te despides de un amor que te cambió la vida, por ejemplo. Imagina qué tipo de relación es y fue cuando te despides con un 'gracias por todo y que nos vaya bien'.

"Creo que esa sería la mejor reflexión para el fin de este ciclo, otro tipo de ejemplo se vería melodramático y ni siquiera cabe en la despedida de la obra", comentó Trujillo en entrevista, quien protagoniza la puesta junto con Alfonso Dosal (Ken, aprendiz del pintor).

La plática con el actor, de 52 años, se desarrolló en medio del escenario del teatro Rafael Solana, donde durante dos temporadas ha retratado la vida del pintor Mark Rothko.

Sin embargo, el ciclo terminó y la última escenificación será este domingo, a las 18:00 horas.

Aunque la obra dejará de montarse, el también periodista quedará marcado por ella el resto de sus días, pues fue un trabajo que le demandó una gran cantidad de fuerza, tanto física como mental.

"Después de una función yo platicaba con Alfonso que Rojo es una obra que te da y te quita todo. Acabas verdaderamente desangrado: te vas deshecho a casa, pero te vas completamente feliz.

"La sensación al acabar una función te da todo para decir 'Ah qué rico, mañana hay otra'. Sí es muy cansado, el rigor sobre el escenario es muy grueso, combinado con el trabajo entre semana en televisión", explicó el actor.

Entre las anécdotas que Trujillo destacó de esta segunda temporada fue la visita de colegas como Rafael Sánchez Navarro, cuya experiencia se la contó efusivo al productor Juan Torres, quien acompañó al actor durante la charla.

"¡Vino y estaba como loco. Estaba eufórico! de plano no podía permanecer más tiempo en el asiento", contó el actor al productor, quien no paró de sonreír y mostrarse satisfecho al

escuchar los estragos emocionales que provoca su puesta en el público.

Uno de los privilegios con los que Trujillo se queda, tras su estancia en Rojo, será la retroalimentación entre él y Dosal, quien es 23 años menor, y del que pudo apreciar su forma de trabajar.

Además, para realizar el personaje de Mark Rothko tuvo que exprimir mucho más sus sentimientos, que la experiencia como actor.

"(Hay que sacar) todo el bagaje que traes dentro porque te ha tocado vivir, sufrir, te has frustrado, has ganado, te has encerrado, te has enamorado y el personaje necesita mucho de esos elementos que no sacas fácilmente a pasear.

"A menos que se tenga una directora como Lorena Maza, que va a permitir sacar todo eso sin que te haga daño, sino para prestar al personaje todo eso que sacas en el momento preciso", concluyó.

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