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Feligreses de Cristo Rey, viven el inicio de la Pasión

Chihuahua.- Uno de los más tradicionales viacrucis que se representan en esta ciudad capital es el del templo de Cristo Rey, ya que durante más de 31 años se ha representado de forma ininterrumpida...
  • Por Jonathan Fernández

Representación

Representación

Ensangrentado

Ensangrentado

Antes de la crusificción

Antes de la crusificción

Con el Rey

Con el Rey

En la entrega

En la entrega

Cargando la cruz

Cargando la cruz

Encadenado

Encadenado

Los azotes

Los azotes

Reso

Reso

Chihuahua.- Uno de los más tradicionales viacrucis que se representan en esta ciudad capital es el del templo de Cristo Rey, ya que durante más de 31 años se ha representado de forma ininterrumpida para llevar la palabra de Dios a miles de chihuahuenses.

En el pequeño patio que se encuentra a un costado del templo, dio inicio la representación de la vía dolorosa y ante la atenta mirada de los cientos de fieles reunidos, comenzaron los sacerdotes a discutir sobre el futuro del prisionero conocido como Jesús de Nazareth en el salón del Sanedrín.

El Sanedrín constaba de 71 miembros: el sumo sacerdote y 70 hombres prominentes de la nación. En tiempos de los romanos, lo componían tres grupos: la aristocracia sacerdotal (fundamentalmente saduceos), la aristocracia laica y los instruidos escribas del grupo de los fariseos. 

Jesús fue prendido mientras hacía oración en el Huerto de los Olivos hacia medianoche, aprovechando la traición de uno de sus discípulos: Judas. 

Sin esperar al día siguiente, aquella misma noche se reunieron muchos de los principales de los judíos para juzgarle, le prendieron de noche, como la rapidez del falso juicio, como si no quisiesen que nadie le defendiese y así hallar una justificación para matarle, según habían decidido.

Después de buscar diversos falsos testigos llegaron a la causa principal de su acusación: «El Sumo Sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios vivo que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios. Dícele Jesús: Tú lo has dicho, y os digo que un día veréis al Hijo del hombre sentado a la derecha del Padre y venir sobre las nubes del cielo. 

Entonces el Pontífice rasgó sus vestiduras, diciendo: Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece? Ellos respondieron: Reo es de muerte (Mt. 26, 63-66).

El proceso termina con esta acusación de blasfemia. Pero el verdadero motivo del rechazo de Jesús por los jefes de Israel es que se presenta como el Mesías esperado y el Hijo de Dios.

Los judíos que le juzgaban no quisieron aceptar el testimonio de Jesús sobre sí mismo; con una ceguera culpable que les llevará a mentir descaradamente en el juicio ante Pilato y a buscar el asesinato de Jesucristo. De esta manera se hicieron cumplidores de lo anunciado por los profetas.

En la primer estación, Jesús es condenado a muerte. Reo es de muerte, dijeron de Jesús los miembros del Sanedrín, y, como no podían ejecutar a nadie, lo llevaron de la casa de Caifás al Pretorio. 

Pilato no encontraba razones para condenar a Jesús, e incluso trató de liberarlo, pero, ante la presión amenazante del pueblo instigado por sus jefes: ¡Crucifícalo, crucifícalo!, Si sueltas a ése, no eres amigo del César, pronunció la sentencia que le reclamaban y les entregó a Jesús, después de azotarlo, para que fuera crucificado.

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