Opinión

Carta al ahijado… que no es

  • Por José Oswaldo
Carta al ahijado… que no es

Por Juan Blanco

A dos años y medio de la brutal enfermedad que de un momento a otro atacó a tu papá, quisiera hacerte un regalo.

Ser el tercer hijo de una familia con dos hermanas, el más chico de los tres, te deja con la perspectiva de que serás tú el único hombre de la familia, de esa fecha en adelante.

Confundida y complicada situación, sin embargo nada mejor que esta ocasión para conocer a los verdaderos héroes, hombres de carne y hueso, saber de qué estas hecho, conocer tus verdaderas prioridades y tu sentido de la vida, es el tiempo en que podrás demostrar la educación que te dieron tus padres, a pesar de haber sido interrumpida abruptamente una tarde de primavera, dejarte llevar por tu conciencia, por tus principios y valores que te fueron inculcados a temprana edad.

Tu condición dentro de la familia, te había permitido gozar de una cierta “impunidad”, tener licencia para hacer un poco diferente las cosas, bueno en pocas palabras, disfrutar de tu prerrogativa implícita de ser el único hombre y el más chico de la casa.

Sin embargo el destino, o tu estrella, no sabemos, te ha puesto en una condición inescrutable que te permite tener oportunidad de llegar a hasta donde tú mismo, muchos de tus familiares o amigos nunca hubieran imaginado.

De ti va depender cómo tomes esta oportunidad, cómo afrontes los retos que la vida te presenta, aquí y ahora, saber de qué estas hecho, cómo tomas ventaja de los retos y pruebas que Dios te ha mandado, no necesariamente para probarte, pero sí para que tomes las decisiones que te podrán hacer, todavía, una persona mucho más grande.

Siempre ten en mente que tu familia es lo primero, tu papá incluido, mientras él viva, amarlo y honrarlo como ser humano, con toda su dignidad, cariño y respeto que se merece tu progenitor, a pesar de su condición de desventaja que lo tiene postrado en cama, totalmente dependiente de todos ustedes, incluido tú mismo, incapaz de poder comunicarse de alguna manera, serán los sentimientos, cariño y sentido común los que, con la ayuda de los médicos, podrán dar un sentido más humano a la vida de tu papá.

Excepcional prueba la tuya… así te tocó, a tu corta edad, has tenido que cambiar los gustos y preferencias de un joven normal, común y corriente por las obligaciones y responsabilidades del adulto.

¿Por qué a mí? ¿Por qué yo?

Nunca se podrá saber, que fue lo que pasó. Pero sobre todo, nada de lo que se haga, o deje de hacer ahora, podrá cambiar la situación actual, no hay camino atrás, lo hecho… hecho está.

¿Cuántas veces fuiste el centro de las atenciones, de la preocupación y cariño de tu papa?

Él te dejaba crecer, era necesario que tú enfrentaras los retos de la vida, que tomaras tus decisiones, que tuvieras tus aciertos… también tus errores y que aprendieras de ellos. Imagino el orgullo de tu papá verte en tu graduación de prepa y la confirmación de tu ingreso a la universidad, grande tú estrella que te protege y te guía… ahora que tu papá no habla, eres tú su voz, la misma palabra que hubiera tenido para ti… hoy que tu papá no se mueve, eres tú su fortaleza, ese vigor que te lleva a donde nadie puede imaginar que podrías llegar… hoy que tu papá ya no actúa, eres tú quien trabaja por él, llevas su sentir en tus obras… hoy que tu papá está indefenso, eres tú quien lo protege y cuida… y cuando tu papá ya no esté aquí con nosotros… tú serás su misma carne, imagen de él, orgulloso tú de él… ejemplo de tenacidad, dedicación, empeño y coraje de vivir y lograr tus proyectos… de llevar en alto su nombre… tú mismo nombre.

Con todo cariño para mi compadre Jorge Rangel Ruiz de la Peña enfermo desde el 7 de abril del 2012 y para su hijo Jorge Rangel Hernández.