Opinión

El PRI socialdemócrata

  • Por José Oswaldo
El PRI socialdemócrata

Almajuarense

Por Francisco Rodríguez Pérez

En la historia del Partido Revolucionario Institucional el ala izquierda de su ideología ha prevalecido, muy por encima de los procesos “reformadores” y “modernizadores”, sencillamente porque no se puede negar el origen.

En estos momentos, cuando está culminando una de las más agresivas fases de reformas y modernizaciones –que colocan al país entero en el filo de la navaja del éxito o el fracaso- el PRI no puede renegar de su pasado, de su raíz ideológica, de su pensamiento.

Este es el momento histórico más importante para refrendar el compromiso del ala izquierda priista, la del nacionalismo revolucionario, la de la democracia, la de la justicia social…

El PRI, a nivel nacional, tiene que reencontrarse con sus tesis de izquierda, a fin de equilibrar el avasallamiento de la derecha neoliberal y globalizadora. Igualmente, a nivel internacional, tiene que refrendar su ideología socialdemócrata.

Recordemos que hace justamente un mes, en el marco del Consejo de la Internacional Socialista, los dirigentes del PRI y del PRD dirimían parte de sus diferencias en torno a las reformas energética y de telecomunicaciones.

Durante la ceremonia inaugural de los trabajos que aglutinaron en México a más de 150 líderes de partidos políticos de corte socialdemócrata, el dirigente del PRI, César Camacho, afirmó que las reformas estructurales que ha impulsado el presidente, Enrique Peña Nieto, y que han sido avaladas por el Congreso van encaminadas a beneficiar a la población.

“El propósito claro y compartido es culminar la transición democrática e impulsar el crecimiento económico que genere empleos de calidad para los mexicanos y permita disminuir la pobreza y la desigualdad social”, señaló.

Camacho Quiroz sostuvo que con las reformas transformadoras impulsadas por el Ejecutivo Federal se busca un país próspero con una economía que promueva la competencia en telecomunicaciones, acabe con los monopolios y ofrezca servicios de mayor calidad; una reforma energética que permita aprovechar nuestros hidrocarburos en beneficio de todos los mexicanos.

“Este fue en México el planteamiento que al menos un año antes de su elección formuló el que hoy es el presidente de la República y es el centro del programa de acción del PRI”, recalcó el mexiquense.

También subrayó que ese es el punto en el que coincidieron las visiones y las propuestas que los principales partidos políticos formularon en aras de construir un país mejor.

Por su parte, el dirigente del PRD, Jesús Zambrano, señaló entonces que en México se viven momentos de delicada tensión porque después de la ruptura del Pacto por México se han acentuado los desacuerdos entre el PRD y el PRI.

“En congruencia con estas reflexiones, el PRD sostiene que en el diferendo que tenemos entre los dos partidos pertenecientes a la Internacional Socialista, el gobernante PRI y el principal partido de izquierda, el PRD, sobre el tema energético debe resolverse democráticamente mediante una consulta popular”, explicó Zambrano.

El líder perredista reconoció que si en varios países partidos en el gobierno que pertenecen a la Internacional Socialista han aplicado políticas neoliberales han sido obligados por las circunstancias económicas de un mundo globalizado, pero esas decisiones han afectado a la mayoría de la población en esos países.

 “Aquí en México, el partido gobernante y miembro de la Internacional Socialista, si bien impulsa decisiones progresistas en materia financiera y en el terreno fiscal, sigue manteniendo esencialmente el modelo neoliberal”, denunció Zambrano.

El dirigente perredista reiteró que el Pacto por México dejó de existir debido a las posturas del PRI y de la Presidencia de la República.

Desde su punto de vista, el PRI y el gobierno federal desean impulsar una reforma energética que quitará al Estado mexicano la propiedad sobre los hidrocarburos para otorgarla mediante contratos y licencias a manos privadas.

Zambrano agregó también que el país está ahora ante el riesgo de que haya una regresión autoritaria ante las iniciativas presentadas e impulsadas por el gobierno federal que contravienen los preceptos democratizadores.

Como sea, “como haiga sido”, el PRI y sus aliados están terminado una fase reformadora. Cerrado el ciclo reformador, el PRI y el gobierno federal estarán dando paso al periodo implementador de las reformas. El sentido de urgencia, oficialmente, responde a la necesidad de que se detone el crecimiento económico.

Este nuevo proceso “reformador y modernizador” no puede, sin embargo, hacerse de espaldas a la ideología, a la historia, al pasado del PRI y sus gobiernos revolucionarios.

El ala izquierda del partido seguirá, machaconamente, defendiendo las tesis y los ideales del nacionalismo revolucionario, la democracia y, sobre todo, la justicia social, frente al avasallamiento de una derecha neoliberal y entreguista. ¡Traduzcamos, pues, los pensamientos en ideas y las ideas en acciones! ¡Hasta siempre!