Opinión

El senado, el senador y la reforma

  • Por José Oswaldo
El senado, el senador y la reforma

Alaizquierda

Por Francisco Rodríguez Pérez

Hace un año, cuando iniciaba como presidente del Senado, Raúl Cervantes Andrade vaticinaba un "periodo complicado" de sesiones con temas "álgidos", por las reformas estructurales que se discutirían, en especial la energética, pero confiaba en que el trabajo senatorial llegaría, finalmente, "a buen puerto".

Así fue.

En el Senado de la República pudo desarrollarse, bajo su liderazgo, un trabajo legislativo pulcro, eficaz y eficiente.

Este Senado de la República –lo mismo que la Cámara de Diputados– pasará a la historia por sus grandes logros, nada menos que por esas reformas estructurales que redefinen el pasado, el presente y el futuro del país.

Históricamente se trata no de reformas, sino de La Reforma del Siglo XXI, con el agregado de ser una Reforma sin guerras, ni revoluciones, resuelta en el Poder Legislativo, en el Congreso de la Unión.

De ese tamaño, el antecedente será el excelso y glorioso episodio de La Reforma del siglo XIX, la de los juaristas.

Si el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, logró con el Pacto por México –que significó el apoyo de todas las fuerzas políticas– abrir el cauce a las nuevas vías del desarrollo, del progreso y la justicia para México, el Congreso de la Unión se portó a la altura de las circunstancias para dar fe y testimonio de un trabajo quirúrgico, serio, responsable, impecable en fin.

Ciertamente, se vivió un periodo complicado, en tiempos complicados, pero eso no significó que no pudieran desahogarse los temas de La Nueva Reforma.

Y en ello Raúl Cervantes Andrade, fue una pieza clave.

Es difícil, pero intentaré una síntesis curricular, una semblanza profesional de este hombre, prototipo de Senador, de Diputado, de legislador, nacido en México, D. F., el 3 de junio de 1963.

Es Doctor en Derecho por la Universidad Panamericana y Socio Fundador y Director General del Despacho CEA – Abogados creado en 1987 y de Prosiga, en 1997. Realizó varias especialidades en la Escuela Libre de Derecho, en el Instituto de Especialización Judicial del PJF, el IPADE y la Universidad Panamericana.

Ha sido catedrático y conferencista en varias universidades de la República Mexicana y ponente en cursos, seminarios y conferencias nacionales e internacionales en materia constitucional y administrativa, y en temas sobre mecanismos de participación democrática, diseño constitucional y equilibrios institucionales.

En el ámbito profesional privado ha destacado como litigante en materia administrativa y constitucional; específicamente, en las materias de derecho procesal constitucional, amparo, derecho económico y corporativo, derecho financiero, comercio internacional y derecho bancario.

Ha sido abogado de industrias reguladas en los sectores del autotransporte, aviación, telecomunicaciones, energía, satélites, ferrocarriles y medioambiente, y en algunas empresas de dichas industrias es miembro del Consejo de Administración. Asimismo, ha sido Vicepresidente de cámaras empresariales y miembro de algunas confederaciones de cámaras.

En el ámbito público, fue Diputado Federal en dos ocasiones por el PRI.

En la LX Legislatura fue miembro de las comisiones del Distrito Federal, de Justicia y de Puntos Constitucionales; además de la Comisión investigadora de los contratos con PEMEX firmados por el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, así como de la Comisión para Investigar los Organismos Descentralizados y Empresas de Participación Estatal Mayoritaria en cuanto al Origen, Cobro, Destino e Impacto que tiene en sus Finanzas el Pago del Derecho de Trámite Aduanero.

De 2003 a 2007 y de julio de 2011 a septiembre de 2012 fungió como Abogado Nacional del Partido Revolucionario Institucional, cargo en el que acompañó a cinco Presidentes del CEN.

En su calidad de legislador o de Abogado Nacional, ha impulsado, por encargo de las Cámaras de Diputados y de Senadores con el Poder Ejecutivo Federal y con gobiernos estatales, propuestas de reforma en los ámbitos de seguridad pública, reforma hacendaria, fiscalización, transparencia y rendición de cuentas del gasto público, mejora de la administración y la función pública, competencia económica, energía, entre otros. Asimismo, a petición de las Cámaras del Congreso ha tenido a su cargo litigios en el ámbito procesal constitucional.

En lo correspondiente a medios de comunicación, por su trayectoria profesional es invitado regular en programas de noticias y de especialistas, como experto en problemas constitucionales, infraestructura, presupuesto, desarrollo y diseño de instituciones. También ha escrito regularmente en periódicos sobre problemas y soluciones metropolitanos y sobre temas constitucionales y jurídicos; asimismo, artículos y ensayos en materia constitucional en publicaciones especializadas.

Actualmente es Senador de la República. En ese cuerpo colegiado presidió la Comisión de Puntos Constitucionales de septiembre de 2012 a septiembre de 2013. Y a partir del 1 de septiembre de 2013, es el Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República.

El miércoles 16 de julio próximo pasado, el Senador Cervantes Andrade, al terminar la firma de convenio con Talleres Gráficos de México, Barra Mexicana del Colegio de Abogados y la Editorial Tirant lo Blanch, expresaba su contento por la importancia de este tipo de convenios.

Pero luego habló de los temas álgidos, de cómo se asumiría el trabajo para la aprobación de las Reformas enviadas por la Presidencia de la República y los Grupos Parlamentarios, inclusive hacia referencia a los operativos de seguridad para garantizar constitucionalmente el trabajo del Senado de la República en las leyes secundarias de las Reformas Estructurales, especialmente la energética.

Anticipaba que no se necesitaría tener un dispositivo como fue en el caso de la Reforma Constitucional en Materia Energética: “no haremos nada nunca. Ha sido una determinación, como lo he explicado en otras ocasiones, no del presidente del Senado, ni la Mesa Directiva,  ni la Junta de Coordinación  Política, esto es una determinación de las autoridades que se refieren al tema de seguridad”.

Definía también, con los líderes de los grupos parlamentarios, los días que fueran necesarios, si se necesitaban cuatro, cinco días en el Pleno, “le daremos cumplimiento exacto y preciso al reglamento y dejaremos que todas las voces de los grupos parlamentarios se expresen en el Pleno del Senado de la República, como lo hemos hecho en todas las reformas”. El período extraordinario, decía entonces, se levanta hasta que se termine, no tiene nada que ver el que se termine o no, lo que tiene que ver aquí es que se le dé cumplimiento a los principios democráticos, la democracia representativa, para que todos los grupos parlamentarios y los senadores y senadoras se sientan en libertad.

Y así fue.

El Senador Cervantes siempre buscó un desarrollo tranquilo de los trabajos de La Reforma en el Senado.

Lo logró, finalmente.

Su legitimidad y su desempeño se garantizaban desde que el pleno del Senado de la República avaló por mayoría absoluta que fuera su nuevo presidente de la Mesa Directiva.

No había duda de que el Senador haría adecuadamente su trabajo y que reflejaría la unidad dentro de la pluralidad que representa la Cámara de Senadores.

Apoyado por los panistas plenamente, hasta los perredistas dijeron que el Senador Cervantes ha sido un presidente pulcro y confiaron en su apego a la normatividad del Congreso.

Político experimentado, conocedor del trabajo parlamentario, abogado sólido, le dio la conducción requerida al Senado.

Así se decretaría el período extraordinario para las leyes secundarias del tema energético, sabiendo la importancia que significa, tanto para el Senado de la República como para México, el poder transitar esa Reforma.

Más allá de los temas de coyuntura, el Senador Cervantes, desde la Presidencia, ha destacado lo que significa para el Senado de la República estar inscrito en un camino de lo que se denomina internacionalmente Parlamento Abierto.

El Parlamento abierto es un movimiento actual.

México está en el mismo momento inscribiéndose, que el Parlamento inglés, que el suizo, que el español, que el argentino, que el americano; cualquiera que este fuera.

Esta ha sido una conducta de construcción en esencia, en donde los parlamentarios no pueden ni deben construir una ley sin escuchar, sin la colaboración estricta de la sociedad civil en su conjunto y organizada.

Esa es una visión, una norma interna del Senado de la República desde el punto de vista que pueda colaborar con la sociedad en la construcción de mejores marcos jurídicos y el intercambio de información transparente, profesional, puntual y con un gran efecto de rendición de cuentas a la ciudadanía en lo general, de lo que está haciendo.

“Debemos ser un poder completamente abierto de lo que sucede durante el proceso y sobre todo, atrevernos a publicar elementos de criterio de conocimiento, aun y cuando esté exactamente en la visión contraria de lo que se esté aprobando aquí. El conocimiento siempre es perfectible y el intercambio de ideas igual” asegura, plenamente convencido, el Senador Cervantes.

Estos principios se llevaron a cabo, aun en temas tan controvertidos como las reformas estructurales y sus leyes secundarias.

Y el Senador Cervantes pasó la prueba de fuego.

Pero eso ya lo trae en su línea de comportamiento: antes de dejar la presidencia de la Comisión de Puntos Constitucionales, para ocupar la Presidencia del Senado, quedó un dictamen en materia anticorrupción listo para ser aprobado por unanimidad.

El Senador Cervantes sostiene que hay temas que necesariamente deben ser votados por unanimidad, para tener credibilidad y, sobre todo, legitimidad y en eso se inscriben la transparencia y la anticorrupción, puesto que las dos están vinculadas.

Como él dice, “sin conocimiento y sin talento no hay manera de competir, ni externa ni internamente, no hay manera de realizarse como persona en la familia, en la sociedad, en su profesión”. Precisamente a él, a su familia, a su profesión, a sus colegas y a la sociedad entera, dedico esta reflexión.

El 31 de agosto el senador priista Raúl Cervantes Andrade, dejará la Presidencia del Senado, con la satisfacción de haber conducido, pulcramente, los trabajos de La Reforma del Siglo XXI. ¡Viva Benito Juárez! ¡Viva México! ¡Hasta siempre!