Opinión

Tres pendientes

  • Por José Oswaldo
Tres pendientes

Kamel Athié

En la agenda legislativa del Congreso Nacional, existen 3 pendientes que los ciudadanos estamos esperando sean resueltos, a fin de frenar la creciente corrupción y recobrar la confianza de los ciudadanos en la democracia y el sistema político: La Ley Anticorrupción, La Ley de Acotamiento del Fuero y la reducción del número de legisladores plurinominales.

La sociedad nos reclama a los “representantes del pueblo,” detener el fenómeno de la corrupción, ya que erosiona y deteriora las frágiles finanzas públicas, en tanto que los proyectos de infraestructura, no sólo se encarecen de manera injustificada, sino que se construyen sin las especificaciones adecuadas, lo que retarda su entrada en operación y deriva en deficiente servicio.

La instrumentación de las profundas reformas recién aprobadas por el Congreso Nacional, obliga a reforzar el sistema de control y vigilancia de los recursos públicos, tanto en el marco normativo, como en la estructura institucional, a fin de combatir la corrupción, e inhibir la desviación de partidas presupuestales, mal que se ha que se ha extendido tanto en las esferas de gobierno, como en el sector privado y avanza en la sociedad.

En estos complejos procesos de instrumentación, y de una creciente complejidad de funcionamiento de la maquinaria del estado y su imbricación creciente con el sector privado, estriba la raíz y la médula de la corrupción sistémica de gran envergadura que padecemos.

Por eso, resulta obligado que la Cámara de Diputados y el Congreso en su conjunto, decidan en momentos tan críticos para el país, realizar la Reforma Anticorrupción, medida de gran calado para combatir de forma y de fondo la corrupción; extirpando las causales de este fenómeno, con medidas preventivas y correctivas pertinentes, pero sobre todo con penas más contundentes, buscando siempre resarcir los daños al patrimonio nacional.

Otra iniciativa de capital relevancia para evitar la impunidad de los servidores públicos es la relativa al “Acotamiento del fuero de los legisladores”, que tiene como objetivo central que funcionarios corruptos, incluyendo ex gobernadores se refugien en ambas cámaras y puedan eludir la justicia amparados en el “fuero”.

El corazón de dicha medida, es que si algún diputado federal o senador cometieron delitos graves o ilícitos de peculado, corrupción o de vinculación con el crimen organizado, puedan ser juzgados por un juez y llevados tras la rejas una vez que éste dicte sentencia del caso.

Hoy día varios personajes intentan incursionar como diputados, muchos para mantenerse vigentes, otros deliberadamente buscan escudarse con el fuero y eludir la justicia impunemente.

A propósito de las próximas elecciones “intermedias” para diputados federales, los ciudadanos continúan preguntándose ¿porqué no se han reducido o eliminado el número de diputados plurinominales? no sólo por lo que se gasta en ellos, sino por lo complicado que resulta tomar decisiones con 500 diputados.

Las respuestas son sencillas, ambas cámaras se gobiernan con este tipo de legisladores, pero además en caso de una reducción quienes más pierden y hasta desaparecen, son los partidos pequeños. Reducirlos equivale a “morderse la cola”.

En un par de semanas más se aprobará la Ley Anticorrupción y será de manera contundente, sin embargo la Ley de Acotamiento del Fuero, se encuentra durmiendo en la Cámara de Senadores, pero lo que más desalienta es que la iniciativa para reducir los legisladores plurinominales fue desechada en la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados. Por eso y otras razones la participación electoral será de las más bajas que se recuerden.

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