La Fuente Móvil

EL PEROGRULLO

  • Por Editor R
EL PEROGRULLO

QUÉ risa, en serio, leer las tartufadas que escribe en su muro de face el abogánster Jaime García Chávez. Infiltrado, traidor y corrupto (recuerden las demandas que le puso un grupo de exacereros), ahora se tira al piso e intenta rasgar sus viejas y descoloridas vestiduras. El más corralista del estado, más incluso que Sergio El Prestanombres Valles, fingió un pleito con el Gobernador para convertirse no en caballo sino en su mula de Troya. Se le olvida que cobraba en el Tribunal Superior de Justicia y tal vez por eso diga ahora con cara de digno que no le pagaban por sus perogrulladas. Como en muchos otros casos, más bien deberían cobrarle, puesto que no es periodista sino un vil propagandista, merolico de la política, lacra y parásito vividor e inservible flojo igual que su patrón. Por décadas, García Chávez ha usufructuado los espacios de los medios con la cantaleta de que se siente periodista, pero ésas son patrañas, porque les ha utilizado para pegarse a la ubre del poder como una sanguijuela que se dice ser de izquierda.