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A un año en que Sammy cumplió con su deber

Chihuahua.- Un dolor inmenso, incomparable que nos hace sobrevivir; una herida que no sanará y una huella de entrega al Evangelio, son las definiciones que dan familiares y formadores al homicidio...
  • Por José Oswaldo
A un año en que Sammy cumplió con su deber

Chihuahua.- Un dolor inmenso, incomparable que nos hace sobrevivir; una herida que no sanará y una huella de entrega al Evangelio, son las definiciones que dan familiares y formadores al homicidio de Samuel Gustavo Gómez Veleta, seminarista que cursaba el primer grado de filosofía y que este 14 de abril cumple un año de muerto.

"Nosotros tratamos de sobrevivir, tratar de aprender a vivir pero es imposible, cada día es peor la verdad...estamos unidos como familia, toda la familia lloramos, gritamos, hablamos pero no podemos hacer más", dice María Emma Domínguez Blanco, abuela materna de "Tavito", como lo llamaban en su familia.

Emma no estaba de acuerdo en que "Tavito" se quedara en la casa donde se hospedó sólo por un día en su misión evangelizadora en abril de 2014. De hecho, fue la última de sus familiares que lo vio con vida.

El joven seminarista fue invitado por sus familiares para que desistiera de su pastoral de verano, pero él se resistió y dijo que "era su deber". Mártir, como San Pedro de Jesús Maldonado, se dijo por el presbiterio en aquellos días.

"Sin duda está en el cielo es un intercesor para todos nosotros, nos duele, la herida nunca se cerrará", dice el Arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Wecmann, al recordar el momento en que tuvo que dar la noticia en la Misa Crismal el 15 de abril del año pasado.

"Por lo pronto la valoración del gran testimonio de alguien que murió por el Evangelio", medita el presbítero Luis Martín Barraza Beltrán, Rector del Seminario Arquidiocesano de Chihuahua y quien, por su nombramiento, tenía la responsabilidad de los jóvenes que ahí estudian.

El lunes 14 de abril de 2014, "Sammy" fue reportado como desaparecido. Un día después, se anunció el hallazgo de su cuerpo sin vida.

El móvil de homicidio: su auto, encontrado en Cuauhtémoc, y el teléfono celular empeñado en la misma ciudad.

El mismo día 15 de abril por la tarde, fueron presentados Alfonso Segura Tapia y Humberto Gómez Gardea; éste disparó en tres ocasiones a la víctima durante las primeras horas del lunes. Aún existe un tercer implicado prófugo de la justicia, identificado como Rubén Almanza.

LOS HECHOS

Sábado 12 de abril de 2014. Samuel Gustavo Gómez Veleta, "Sammy" para sus amigos y compañeros del Seminario, llega antes de las 16 horas a la parroquia de San Jerónimo, municipio de Aldama. Lo recibe el vicario, Javier Arias y otros dos seminaristas -de cuatro- a quienes les tocó hacer su pastoral en aquella zona.

Luego de ir a comer a un restaurante del lugar con el párroco Salvador "Chavita" Campos, regresan a la parroquia e inicia la distribución a sus comunidades.

El domino transcurre con las celebraciones propias del domingo de ramos para que inicie la semana mayor. Su familia lo visita alrededor del medio día.

"Fuimos a visitarlo el domingo y a mí no me gustó donde estaba, era una casa llena de arañas y muchos animales...le dije que no me gustaba que estaba ahí y él dijo el 'deber me llama' y le insistí en que no se quedara pero dijo que si pedía cambio lo corrían del seminario", recuerda su abuela entrevistada vía telefónica.

Ante tal, se le propuso hablar con los padres formadores del Seminario pero él no aceptó. Sólo decía que quería regresar al Santísimo a Aldama porque en ese lugar no estaba seguro. Se notaba nervioso, preocupado.

"Fuimos a la tienda para comprar algo de comer y Tavito estaba cuidándonos y como protegiéndonos, me decía que nos metiéramos a la camioneta...uno de los que lo asesinó se metió a la tienda y se quedaron viendo. Los otros dos estaban en la camioneta y Tavito los vio con miedo, no sé si le habían dicho algo antes", testifica la abuela paterna.

Con la voz entre cortada, María Emma recuerda que "Tavito" les dijo que ya se regresaran para evitar el oscurecimiento en el camino de terracería que conduce a San Ignacio, comunidad a la que fue destinado y a 20 minutos de la cabecera municipal.

La abuela recuerda que lloró todo el camino y su preocupación y angustia nunca disminuyeron. De hecho se incrementó cuando les avisaron, el lunes por la mañana, que el joven estaba en calidad de desaparecido.

"Presentía mucho pero no eso, sentía como que iba a asustarlo o que le iba a picar un animal pero jamás eso, tenía mucha angustia pero de eso nunca, cómo iban a hacerle daño a él", dice la abuela al romper en llanto.

Alrededor de las 11:00 horas, fue avisado el Rector del Seminario, Barraza Beltrán, de lo que acontecía. Él se encontraba a dos horas del lugar por terracería, por lo que se dirigió al lugar el lunes por la tarde.

"Yo tenía la esperanza de que estuviera vivo, pero cuando pasó todo el lunes y no había contacto de alguien que pidiera algún rescate, ahí empezamos a maliciar, a pensar lo peor de esto", dijo Martín Barraza, recordando los hechos. Se hubiera platicado un posible pago de rescate entre el Obispado, el Seminario y la familia de haber sido necesario, resalta.

Durante el lunes comenzó la búsqueda por parte de las autoridades. La familia hizo lo propio con amigos y conocidos y concluyó la jornada sin éxito.

El martes las indagatorias para encontrar a Samuel continuaron. De hecho la familia acudió a la comunidad de San Ignacio por la mañana para realizar entrevistas para saber si se daban indicios de su paradero.

Al no contar con datos que llevaran al destino del joven, la familia decidió acudir al padre Gustavo Sánchez Prieto, "Negris", para que les apoyara en conseguir un helicóptero que "peinara" la zona, pero nunca se imaginaron que al llegar al final de la Misa Crismal, recibirían la noticia que nunca desearon escuchar: encontrar el cuerpo sin vida de Samuel a la entrada de la pista de carreras, cerca de Aldama.

"Cuando llegamos, nos metieron a sacristía y ahí nos dieron la noticia...creo que al Obispo no lo vi, platiqué con el padre Richy y el padre Paco, es lo que recuerdo

ya después me enteré que en Misa dijeron todo", recuerda María Emma entre sollozos por revivir el que califica como inicio de su terrible vida.

"Primero sentí que no era cierto, me resistía a aceptar esa noticia y a no creer que alguien que llevaba una opción de vida de amor y servicio, de entrega a Dios, es el sentir de mucha gente", expresó el presbítero Rector del Seminario, precisando que él se encontraba en sacristía cuando se comunicó la noticia a la familia tratando de empatar el sentimiento de dolor.

Tras el conocimiento de la muerte del seminarista, se prepararon los servicios funerarios y religiosos para la última despedida. El cuerpo fue entregado hasta el miércoles en que se veló dentro de la capilla del Sagrado Corazón de Jesús en el seminario menor.

El jueves 16, día del lavatorio de pies por ser la semana mayor, se llevó a cabo la Celebración Eucarística en la parroquia de la Divina Providencia, de donde emergió la joven vocación sacerdotal y en donde ejerció su ministerio en el grupo de jóvenes.

El cuerpo fue sepultado en el Panteón La Colina con la presencia de amigos, familiares y algunos seminaristas a quienes les permitieron acompañar el sepelio y regresar a la pastoral correspondiente.

Cabe destacar que la única medida que se tomó, fue recoger a los seminaristas en las casas parroquiales en aquellos lugares donde era posible ya que hay comunidades alejadas hasta por dos horas; en donde no, se trató de hospedar a los jóvenes en casas particulares acompañados de familias. Es cierto que no fue posible con todos.

Pareciera que tras el homicidio permeara el miedo y la inseguridad, pero Martín Barraza afirma que al contrario; la muerte de Samuel unió a los seminaristas en un sólo corazón y les hizo empatar más allá de sus afinidades en una gran solidaridad pues "estamos en una causa común, en el mismo camino, en el mismo riesgo".

UN AÑO DESPUÉS

Tras el homicidio, se acordó instalar una placa en la parroquia La Divina Providencia como homenaje al joven que emergió de sus fieles para entregar su vida al servicio. No se ha hecho.

En el Seminario de Chihuahua, las efemérides -en la parte posterior- plasman algunos momentos de la vida del joven dentro de la institución para no dejar que el olvido consuma el recuerdo de que alguien de sus filas dejó la vida en cumplimiento de su deber, como él decía.

"Es algo terrible por lo que estamos pasando...nunca hemos ido a la tumba, no podemos ir hemos tratado de ir pero nos regresamos porque no queremos aceptar que está ahí", dice la abuela de "Tavito". La familia constantemente se traslada de Denver a Chihuahua y viceversa buscando paz pero no la hallan.

Un mes posterior al homicidio de "Sammy", los sacerdotes mantenían contacto con la familia. Sin mas, las visitas cesaron, las llamadas se acabaron. No hubo ofrecimiento de ayuda psicológica pero tampoco se pidió.

La inquietud sacerdotal no bajó, sino que se mantiene y hasta parece incrementar, afirma el presbiterio.

"La sangre de los mártires es semilla de Iglesia", cita a Tertuliano el Rector del Seminario. Es un golpe que destroza la vida, la fe y que causa una gran confusión, agrega, pero es la manera en que Dios nos muestra su Amor como hace dos mil años en la muerte de su Hijo.

Afirma que en el fondo nunca se hubiera podido evitar el homicidio del seminarista ya que cada quien hizo lo que debía hacer. Para prevenir esta muerte, se necesitarían intuiciones sobrenaturales y se carecen de ellas, reconoce el presbítero.

Coinciden el Arzobispo y Martín Barraza en descartar que haya puntos rojos para la evangelización, ya que la muerte de Samuel no se efectuó por odio a la fe y "todos los seminaristas deben estar dispuestos a ir a donde sean enviados", afirman.

También afirman que no ha habido resistencia ni de seminaristas ni de sus familias para llevar a cabo las pastorales -verano y semana santa´ -. En caso de que se diera, no hay expulsión, sólo convencimiento que el riesgo al evangelizar es el mismo para todos y no debe haber protección especial para ninguno.

Para la pastoral de Semana Santa de 2015, llevada a cabo del 29 de marzo al 5 de abril, no se pidieron condiciones especiales de seguridad. Sólo se envió una carta, a cada uno de los párrocos que solicitó seminaristas, en donde se pide encargan a los jóvenes en casas de familias y no en lugares apartados.

No se pidió seguridad especial, puesto que ningún evangelizador en el mundo la tiene. Se pidió a las comunidades colaborar y responsabilizarse de la certeza de los jóvenes para que cumplan con su misión.

Para San Jerónimo de Aldama, se enviaron tres y no cuatro seminaristas. No por castigo, pero a la comunidad de San Ignacio no se enviará algún misionero.

LAS REFLEXIONES

La abuela paterna llama a los padres de familia y presbíteros para que acentúen el cuidado hacia los seminaristas y que se privilegie su integridad y seguridad. "Que estén atentos, que se fijen adónde van sus hijos, sólo Dios sabe...que los padres sepan adónde van y con quién porque los mandan nos mas así como si nada, solos en camión o en carro o como sea", dice.

"Que trabajemos por la paz, a todos nos ha alcanzado la violencia ya estamos hartos y saciados de la violencia y no queremos más, que cada quien siga haciendo lo que le toca para ser un hombre y una mujer transportador de la paz", dice el Arzobispo de Chihuahua.

"Jesús pide en su oración santifica los en la Verdad, tu Palabra es la Verdad, lo dice después de que habla de que el mundo los va a odiar porque no son del mundo", cita Barraza Beltrán al Evangelio.

También dice que hay compasión de la Iglesia hacia los responsables, pero se pide su manutención tras las rejas con el objeto de que e rehabiliten y tomen consciencia del "acto torpe" que realizaron.

Hay perdón para ellos y se excluyen deseo de venganza; al contrario, quieren que sientan el Amor de Dios y se conviertan en personas constructivas y de provecho para la sociedad y sus familias, concluyen.

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