Opinión

Desencanto del INE y Lorenzo Córdova

  • Por José Oswaldo
Desencanto del INE y Lorenzo Córdova

Por Kamel Athie

La democracia es el instrumento de los ciudadanos para mejorar su convivencia y entorno, ya que mediante ella se pueden crear y modificar leyes, instituciones y cambiar a sus gobernantes. La democracia es una categoría inherente a la felicidad de las sociedades, pero no la única ni la determinante.

Las transformaciones económicas y sociales, sólo se alcanzan con bases democráticas fuertes y firmes, capaces de sortear crisis de cualquier tipo en forma civilizada y pacífica. Los pilares democráticos garantizan la propensión hacia una mejor calidad de vida y convivencia armónica.

Al amparo de estas conceptualizaciones hace 25 años nació el IFE que se ciudadanizó y convirtió en Organismo Autónomo en 1994, lo cual paulatinamente dio confianza a los ciudadanos y legitimidad a los procesos electorales.

Hasta allí parecía que la democracia avanzaba lentamente, pero había consciencia que faltaba un largo trecho por recorrer, empezando por la democratización de los partidos, las candidaturas independientes, segundas vueltas electorales para presidentes de la república…y por qué no? Un cambio de régimen político para lograr mayor eficacia en el proceso de tomas decisiones en el congreso.

Sin embargo en 2014 con la creación del Instituto Nacional Electoral (INE) a juicio de diversos politólogos y especialistas se dio un retroceso en la democracia, ya que el organismo concentra funciones y suplanta atribuciones de los Congresos Locales, al darle todo el poder para nombrar a los consejeros locales de los organismos electorales estatales.

La idea del INE fue del PAN y la usó en el Congreso como moneda de cambio para aprobar las reformas estructurales del Presidente EPN, creando con “frankestein” que tendrá costos aún no medibles, pero que ya se avizoran como la inconstitucionalidad y la incapacidad de controlar todo desde el centro, dando lugar a cuellos de botella en resoluciones y dictámenes.

En ese marco de circunstancias nada alentadoras, aparece la fresca y juvenil figura de Lorenzo Córdova, con una aureola de académico de la UNAM y experiencia en temas electorales, apoyado por las fuerzas ciudadanas y de izquierda… y además receptor del capital intelectual de su padre Don Arnaldo Córdova politólogo, académico e historiador autor de más de 50 libros.

Ante tantas virtudes, surge Lorenzo como candidato inobjetable a ocupar el cargo de Consejero Presidente del INE, preocupado por la voz de las minorías y amigo de la pluralidad, sin duda convencía a sus compañeros consejeros, a los ciudadanos, a los medios de comunicación, a los círculos académicos y políticos…y hasta a mí.

¿Qué le pasó a ese joven brillante con tanto conocimiento y reconocimiento?

Después de ser descubierto mediante la grabación, su primera reacción no fue la disculpa sencilla, franca… abierta, sino la de una víctima ofendida en lo más profundo de su alma, aduciendo que lo grabaron ilegalmente…detalle que a los ciudadanos les vale.

En una actitud soberbia asumió que dado el proceso electoral, “intentaban desprestigiar al Instituto”… el que se desprestigió y me temo que para siempre fue él, perdió toda credibilidad ante sus proponentes y admiradores y más con los ciudadanos…y con los indígenas, que en un tono “racista” alejado de las enseñanzas de su padre, ofendió igual que a los padres de Ayotzinapa.

Es recomendable que Lorenzo Córdova, primero, se cuide de las grabaciones que en los nuevos tiempos y en esos cargos, están al orden del día; segundo que cuide su vocabulario altanero y ofensivo; y tercero, que en una actitud ética y moral reflexione si debe continuar en un cargo cuyo perfil, contrario a lo que se creía… no reúne.

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