*EL SELLO *CAMBIAR EL DERECHO *LA CONSENTIDA *NUEVO DELEGADO *SURREALISMO PURO *SE FUE BENAVIDEZ
EL MARTES pasado, 11 de febrero, la oficialía de partes del congreso local selló de recibido a las 18:58 el proyecto para la nueva ley del transporte. En palacio, en ese mismo momento, el secretario general de gobierno, Luis Fernando Mesta, se hallaba reunido con los concesionarios. El funcionario los toreaba, les decía que todavía no depositaban la iniciativa de ley y que negociarían el contenido. Pero la suerte, como alegaban los romanos, ya estaba echada. Mesta chamaqueó a los transportistas y, después, cuando éstos se dieron cuenta del engaño, se lanzaron a tomar la torre legislativa. Era puro teatro el de palacio, para distraer a los camioneros, montar un período extraordinario, activar al G22 y madrugar, de un solo golpe, con un albazo legislativo. Lo demás está exhaustivamente expuesto: amenazaron con el desalojo y los gueritos mejor metieron la reversa y liberaron las entradas del congreso local. Es obvio que el estado no cambiará los puntos torales de la ley. Eliminar el derecho de heredar concesiones y darles apenas un período de vida de diez años, constituye una obsesión para el gobernador. Tampoco ellos dejarán fácilmente que se diluya ese derecho ganado a pulso, más cuando advierten la dramática caída de Corral en su cuarto año de gobierno. Así que esto no se acaba hasta que se acaba.
SE ATRIBUYE a Scaévola, gran abogado romano, maestro de Cicerón, la famosa y recurrente frase aquélla del dáme los hechos que yo te daré el derecho. Los hechos son absolutos, inmodificables y objetivos, de los que nace el derecho de las personas. Pero en el caso local no aplica esta máxima, porque El Paisita, sin saberlo, ha dado a luz otra, no tan sustanciosa y justa, sino, precisamente, lo contrario. No puedo cambiar los hechos, pero si el derecho, parece ser la máxima corralista, fundada en la arbitrariedad, la tiranía, el autoritarismo e ignorancia jurídica. Así ha sido, cierto, en todos los temas en que el estado ha sostenido disputas jurídicas durante la presente administración. Ya sea por medio de leyes al vapor, decretos absurdos o interpretaciones amañadas, el estado ha cambiado el derecho a su conveniencia. No podía cambiar el hecho de que Gabriel Sepúlveda encabezara el poder judicial, pero si pudo modificar el derecho para sacar con fórceps un decreto que anulaba ese nombramiento. No podía nombrar a Lucha Castro como consejera de la judicatura porque rebasaba la edad límite ni al Pato Avila miembro de la comisión de atención a víctimas por el carácter del estado laico mexicano, pero torció la interpretación y se aferró a sus designaciones. Luego hizo lo mismo en el congreso con el coordinador, en el ichitaip con un comisionado incómodo, en la uach designó al rector más inepto e incapaz de toda la historia y así sucesivamente. Los 56 jueces del cochinero judicial constituye otro ejemplo de esto, pero con más matices, asunto que se cuece aparte. Corral no podía cambiar los hechos, pero si el derecho, aunque, tal vez, éste le cobre, ahora que se avecina el final del quinquenio.
EL QUE intente pegarle a Alejandra de la Vega debe remitirse a los primeros días del gobierno de corral. Se tocaba el tema de la declaración patrimonial de los nuevos secretarios del estado. Ladymillones se fajó los pantalones y no la hizo. Escondió sus bienes a través de un notario y todavía tuvo la arrogancia de declarar en medios que ella le había dicho a Corral que solo así le entraba a su gobierno. Si le sirve, si no, pues paso a retirarme, daría a entender la secretaria de innovación y desarrollo tecnológico. Con ese desaire, hecho al señor de la transparencia, quedó en claro, a partir de ese momento, quién mandaba en el gabinete, pues ni Gustavo Madero, el otro millonetas, pudo hacer algo semejante, y hasta la fecha, bien podría decirse. El gobernador hizo silencio y el asunto pasó pero la enseñanza no, pues desde ese momento Alejandra de la Vega hizo y deshizo, a su antojo, todo cuanto ha podido, desde su cargo y su poder de influencia, sin que nadie le diga nada. Se desaparece semanas enteras, nunca llega a su oficina, no le avisa a nadie, no pide permiso, le valen tres cacahuates sus colaboradores y viaja a cualquier parte del mundo para sus negocios particulares. Así que, el reclamo de que usa su cargo para los negocios del ramo gasolinero, simple y sencillamente, no prosperarán. Corral no le dirá nada: para su gobierno es un lujo que jamás habría podido darse, el tener de secretaria a una de las mujeres más ricas de la entidad. Así que, mejor, habrá qué esperar, pues no hay de otra. Es la consentida.
ARTURO Daniel Bonilla y Calderón, fue nombrado nuevo delegado del seguro social el estado de Chihuahua. El nombramiento tiene vigencia, según se sabe, a partir del 15 de febrero, es decir, del sábado próximo. Ninguno de los anteriores, es obvio, ha dado el ancho para manejar la institución que, entre paréntesis, se está cayendo a pedazos. El acuerdo fue tomado el pasado 15 de enero, durante la sesión del consejo técnico del organismo y en el caso concreto, la elección fue a propuesta del director general del instituto. Ya la estructura local ni dice nada, pues empiezan a acostumbrarse a recibir un nuevo jefe y que éste se despida un mes después de haber asumido el cargo. O no le saben o no quieren, pero, la cosa está muy rara, pues llegan muy animados y se retiran de inmediato, como si hubieran visto al diablo. Es tan larga la lista de delegados que los rumores han empezado a asomarse por todos lados y de todo tipo. Uno de los temas que mantiene aterrorizada a la población constituye el burdo intento por ocultar los casos del corona virus. Se dice que hay varios hospitalizados pero que la instrucción general es negar todo, aunque estén infectados por doquier. Por eso un reportero en el hospital morelos es como una amenaza de bomba para la institución. Así que, un nuevo delegado en la feria de los nombramientos, suena tan extraño como un día soleado en el mes de enero. Habrá qué indagar de qué se trata esa crisis.
SI FRANZ Kakfa reviviera, se convertiría en cucaracha y moriría de un soponcio con darse una vueltecita por la ruta troncal del transporte urbano. Es que, en pleno surrealismo político, Corral tardó cuatro años en cambiar el sistema de la ruta troncal para lograr hacerla funcionar exactamente como estaba. Qué risa, cierto, pero es la verdad, pues implementó una serie de medidas exactamente iguales a las que funcionaron al arrancar el vivebús en la era duartista. De manera tal, que, nuevamente, los estudiantes deben adquirir un plástico para efectuar recargas para el pasaje. No pueden, otra vez, hacer pagos en efectivo, ni siquiera subirse a las unidades mercedes Benz si no cuentan con la tarjeta. En resumen, así como empezó a funcionar el vivebús, trabajan ahora, solo que de por medio hubo dos años de protestas al final de la administración anterior y cuatro para reinstalar igual el servicio, sin cambios, en la era de Corral. Todo un experto en el famoso gatopardismo ése de cambiar para que todo sigua igual, pues, en el fondo se trata de un negocio que todo gobernante quiere para si y para sus amigos. No es la excepción en este rubro, pues ya se cambió el sistema de las computadoras en cada estación, otra empresa elabora los plásticos, una más maneja las recargas y los moches, esos si deben ser iguales, o al menos, por el estilo.
DICEN los que saben que Javier Benavides, titular de la coordinación estatal de prevención, de la fiscalía, presentó ya su renuncia. Incluso, aseguran, que este viernes, día del amor y la amistad, será su último día laboral. Benavides sostuvo y fue sostenido en el pleito del agua con la raza de Sacramento. Le acusaron de venderle agua a la empresa coca cola sin ser de su propiedad. Es decir, dijeron que usufructuaba un pozo sin contar con los documentos legales que le acreditaran como concesionario. Pero no se dice, obviamente, que haya sido ésa la razón de su separación del gobierno del estado. El tema es que le dijeron que entrará a ese puesto gente cercana del nuevo secretario de seguridad pública, Emilio García Ruiz, proveniente de la ciudad de México. Así que, en cuanto supo, Javier Mario Benavidez Rodríguez, renunció solito. Es muy probable que sea acomodado en otra área, pues el funcionario es amigo de toda la vida de Pancho Barrio, el padrino político de Corral. Benavidez le ganó tremendo pleitazo a Pinedito, aquel inepto coordinador de comunicación social, causante de la irreparable desgracia que todavía hoy aqueja al mandatario por la pésima percepción política que los ciudadanos tienen de su gobierno. Así que, si el gobierno del estado es tan grande, nada difícil le será a El Paisita hallar un pequeño lugar para Javier Benavidez.