Crónicas desde la franja de Gaza

10. PETRA (Parte 1)

  • Por Editor R
El Tesoro de Al-Khazan

El Tesoro de Al-Khazan

Dromedario

Dromedario

El inicio

El inicio

El elefante

El elefante

Un pescado

Un pescado

Petra

Petra

Las paredes

Las paredes

La ruta

La ruta

Impresionante

Impresionante

Nicho sagrado

Nicho sagrado

El recorrido

El recorrido

Una maravilla

Una maravilla

Qué tamaño

Qué tamaño

Jeroglíficos

Jeroglíficos

Otra toma

Otra toma

La postal

La postal

Barack Obama

Barack Obama

Salma Hayek

Salma Hayek

Junto a El Tesoro

Junto a El Tesoro

La altura

La altura

Los personajes

Los personajes

El dueño

El dueño

Las rocas

Las rocas

Tiendas

Tiendas

El harbano

El harbano

Artesanías

Artesanías

Por Osbaldo Salvador Ang.- Como no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se venza, llegó el momento de ir a Petra. Es una de las ochomaravillas del mundo. “En Portugal votaron en 2017 y quedó en segundo lugar de las ocho”, dice Alí, un guía que habla perfectamente el español y que vivió siete años en la región ibérica.

Así que cito a My Friend Mohamed, mi taxista de base -porque es el más baratero-  a las siete de la madrugada pero salgo a las ocho porque se puso bueno el desayuno a base de huevos fritos con pimienta, un poco de humus, pan árabe y un montón de ensaladas diferentes.

Otro taxista me cobraba por ir y venir a Petra 350 dinares; uno más 250, el del hotel 200 y My Friend Mohamed dijo que noventa. Así que le dije: Let´s go My Friend. Le llamo así porque para todo él dice: Ok my friend, welcome to Mohamed. Es fácil tomar acuerdos con Mohamed porque yo no le entiendo su inglés y él no me entiende mi spanglish, pero ambos fingimos que comprendemos todo y decimos yes.

Cuando los jordanos no entienden algo en inglés, piden disculpas por no masticarlo bien. Se siente bien que digan eso, aunque en mi caso no es porque no puedan traducirlo al árabe sino porque yo lo hablo peor. Pero ellos no lo saben y me dicen: you speak english very well; sorry i speak only a little beat.

La otra palabra que usan para todo es: finished. Si acaban de comer, dicen finished. Si ya se van, dicen finished. Si llegan a algún lugar, dicen finished. Si salen de trabajar, dicen finished. Finished, finished, finished, es la palabra mágica, aquí y allá, que no dice nada pero sirve como bastón idiomático para mantener la comunicación.

My Friend Mohamed fuma marlboros árabes todo el tiempo. Abre la ventana de su lado, en el taxi amarillo, y cada diez minutos prende un cigarrillo. También toma café turko a cada rato, aunque dura una. dos horas con la bebida en el portavasos del carro y debe beberla fría.

Así que nos arrancamos rumbo a Petra. Esperamos llegar en tres horas. Este lugar es visitado por gente de todo el mundo. En temporada alta, entran al parque 14 mil visitantes en un solo día. Aunque el pueblo está lleno de hoteles y restaurantes, esa infraestructura resulta insuficiente para atender a todos los huéspedes. 

Pero ahora es diferente. El guía Alí me explica que la guerra entre palestinos e israelíes, que en un año ha dejado más de 43 mil muertos y 108 mil heridos, le dio una grave estocada al turismo. Bajó considerablemente el número de visitantes y la baja afluencia mermó los ingresos y la economía de Jordania.  

Petra es conocida como La Ciudad Roja por el color de sus montañas. Si se le echa agua a la roca, se forma una pintura de color rojo que, incluso, usaban  como maquillaje las mujeres de la también llamada Capital de los Nabateos. 

Fue construída en el corazón del desierto del Sahara, hace más de dos mil años, según se estima. Adquirió prosperidad un siglo antes de Cristo y uno después del nacimiento de Jesús porque era una ruta comercial vital que servía como conexión entre la antigua Mesopotamia y Egipto. 

Lo increíble de Petra es que la ciudad fue construída sobre las paredes de piedra naturales. O seáse, los nabateos esculpían su arquitectura urbana sobre las rocas. Se miran de forma impresionante las fachadas esculpidas en los desfiladeros del desierto junto a otras estructuras y monumentos.

My Friend Mohamed no entra al Parque. Se despide en la entrada, no sin antes haber comprado una cajetilla de cigarrillos y un café turko, el cual le preparan en menos de un minuto en cualquier tienda de la esquina. Hay que comprar un ticket en las taquillas, un pañuelo árabe para la cabeza, a fin de protegerse del sol, y una botellita de agua para el camino.

Alí el guía empieza a hablar y ya no para. Dice ser descendiente de los nabateos -nació en Petra- al igual que las decenas de trabajadores que rentan caballos, camellos o que laboran en las múltiples tiendas de artesanías. En una de estas últimas nos atiende un árabe que muestra al menos cinco perfumes de maravillosos olores y ofrece muestras gratis sobre la muñeca de las manos. 

Sobre una de las paredes cuelgan las fotos de visitantes distinguidos: Barack Obama, la mexicana Salma Hayek, Oprah Winfrey, Bill Clinton y otros más. Por supuesto, falta la foto de La Opción de Chihuahua, pero el dueño de la tienda no se atreve a tanto. 

Luego olemos el incienso y la mirra, la misma que llevaron los tres reyes de Orienta al pesebre donde nació Jesús. Aún antes de encender el carbón, poseen un extraordinario olor que hechiza. Existen tantas cosas en esas tiendas que es imposible enumerarlas todas. Es un mundo mágico el del Medio Oriente, sin lugar a dudas.

Como el boleto incluye hacer un breve tramo del recorrido en caballo -propina aparte- me trepo a uno, dirigido por un árabe, justo después de la entrada del parque Petra. Le doy cinco Dinares de propina, por recomendación del guía Alí que me dice: son descendientes de los Nabateos y luchan por su sobrevivencia. El principal ingreso en toda Jordania es por la vía del turismo.

El parque tiene la enorme superficie de poco mas de 250 kilómetros cuadrados. Sin embargo, el recorrido para los turistas, en donde se aprecian los principales sitios arqueológicos de esa gran ciudad, está constituido por un tramo de cuatro cuatro kilómetros. La gente puede caminar, rentar un carrito tipo golf o irse a caballo.

A los visitantes se les advierte que deben salir del lugar antes de la puesta del sol, no deben extraer rocas o fragmentos de cerámica, deben gritar cuatro veces si se pierden, como señal de auxilio, estar atentos de las inundaciones en épocas de lluvia, no acercarse a los precipicios, cuidarse de los deslavamientos y desprendimientos y en casos extremos de los terremotos.

Precisamente, Petra, la Capital de los Nabateos, fue sepultada por un terremoto en el año 363 después de Cristo. Se había anexado al imperio romano en tiempos de Trajano. Se perdió gran parte de la ciudad y, por ende, la ruta comercial de la mirra y el incienso que habían construído los nabateos. A mediados del siglo VI la ciudad se había convertido nuevamente en una zona desértica y había sido abandonada completamente.

Duró muchísimo tiempo conocida cono la Ciudad Perdida. Pero la historia de su redescubrimiento y trascendentes hallazgos recientes, la contaré en la Parte 2 de esta interesante historia. Por supuesto, incluiré la historia de El Tesoro de Al-Khazna, la fachada más impresionante de Petra, en donde se dice que se encuentra la tumba de un faraón. Los arqueólogos descubrieron una tumba oculta debajo del sitio, con esqueletos y una copa con el Santo Grial en su interior. En este lugar filmó Harrison Ford una parte de la película Indiana Jones. El Santo Grial o Templo del Sol le dicen. En el filme se narra que adentro de la tumba existe una ciudad entera pero Alí dice que eso no es cierto y que fue solo una invención de la historia narrada en la anécdota de Harrison Ford. En realidad, adentro solo hay un espacio de 14 metros cuadrados, aproximadamente, en donde se supone fueron depositados los restos del faraón. 

Finished.