El Rocker

Robert Plant. Un hombre muy ocupado/Concierto

  • Por Chamuco

Eran las 7 de la mañana del 13 de marzo de 2015. Yo estaba solo, sentado en una de las mesas del Restaurante Diana del exclusivo Hotel St. Regis, frente a una taza de café. Llevaba encima una resaca que parecían dos, y tanto el día como la noche, pintaban para largo. Ese mismo día, pero por la noche, se celebraría el primer día del Festival Vive Latino 2015.

En dicha edición, se presentaron “joyitas” de la talla de Babasónicos, La Lupita, Aterciopelados, Caifanes y Molotov.

Sin embargo, dentro de tanta paja (por no decir otra cosa), había entreverado un diamante. La asistencia era obligada para cualquier rockersillo de medio cachete.

Robert Plant, vocalista de Led Zeppelin, regresaba una vez más a la Ciudad de México.  Esta vez, con su nueva banda, Robert Plant and the Sensational Space Shifters.

Debido a que por x o por y razón yo tenía conocimiento de que Roberto Plantas se había hospedado en dicho hotel y desayunaría muy temprano en el Restaurante Diana (que se encuentra dentro del hotel), acudí al lugar desde las 7 de la mañana con la esperanza de poder saludar a una de mis mayores influencias musicales de todos los tiempos, y aprovechar de paso, jeje, conseguir su firma en 3 portadas de cd´s de Led Zeppelin.

Llevaba conmigo, la de de su primer álbum, homónimo de la banda, así como las del Physical Graffitti y Presence, respectivamente. Las 3 de cd. Imposible intentar hacerlo con portadas de vinilo de 12 pulgadas, debido a que hubiera sido descubierto al instante.  La  seguridad de dicho hotel,  es quizá la más estricta y cerrada de todos en los que se hospedan bandas de ese nivel. (Si no pregúntenle a Nicko McBrain cuando no le permitieron ahí mismo en el St. Regis la entrada al ser confundido con un indigente jajaja). Hizo un panchote de antología, por cierto.

Después de varias tazas de café y casi dos horas de espera, tome la decisión de que si en 10 minutos más, no aparecía Roberto en el lugar, era hora de retirarse. Ya habían bajado a desayunar algunos miembros de su banda y nada. Pasó el tiempo estipulado y pedí y pagué la cuenta dispuesto a retirarme. Para poder salir del hotel, es preciso, al salir del restaurante, recorrer un pasillo de unos 20 metros antes de llegar a la salida. Al ir recorriendo ese pasillo para irme, por fin apareció Don Roberto en camiseta blanca, pantalón de mezclilla, y unas botas vaqueras desgastadas. Caminaba hacía mi, venía solo y cargaba consigo un libro y unos lentes de aumento.

Ya chingué, me dije a mi mismo, al estar a unos pasos de él, saqué de mi saco las 3 pequeñas portadas. Al ver las portadas, y sin haberle dicho aún nada,  me dijo que iba a desayunar, que si quería lo esperara y me firmaría las portadas. De momento me sentí avergonzado por haberlo importunado y también un poco estúpido, pero si ya había esperado 2 horas y tenía su palabra de que me firmaría mis portadas, me valió poquita madre, dejé mi ego a un lado y me dispuse a esperarlo. Ya no fueron dos horas de espera pero si 45 minutos más.

Todo ese tiempo yo estuve sentado en unos sillones que se encuentran al lado de un bar, sin perder nunca de vista la única entrada-salida del restaurante, por lo que cuando vi que salió (nuevamente solo), procedí a abordarlo.  Desde el primer momento me impresionó la humildad de este Señor. Lo primero que me dijo al volvernos a encontrar fue que lo disculpara, pero que llevaba mucha hambre al bajar. La verdad no supe que contestarle y me pidió las portadas de los cds y ahí mismo me las firmó. Al entregármelas, le pregunté que si podíamos tomarnos una fotografía y accedió de muy buena forma. Un mesero que se dirigía al restaurante fue quién me ayudó, pues no había nada de gente en el pasillo. Después de tomarnos las fotografías, me preguntó que si qué más podía hacer por mí. Era algo surrealista para mí lo que estaba pasando. Y pues bueno, ya sobre la barra y con el brazo caliente, aproveché la oportunidad y le dije que si me firmaba unos autógrafos para mi hijo y un par de amigos me haría muy feliz, a lo que me respondió con una sonrisa: No Problem.

Debido a que no llevaba conmigo hojas de papel para que las firmara, y ambos debíamos forzosamente recorrer el pasillo que da hacía la salida, a la recepción del hotel, así como al ingreso a la zona de habitaciones, le pregunté que si no tenía problema en que pidiéramos unas hojas en la recepción para que las firmara.

Al ir recorriendo esos 20 metros aproximadamente, no supe que decirle y me quedé callado. Pasaron pocos segundos en silencio, cuando, casi al llegar a la recepción, me preguntó que porque si había estado esperándolo mientras desayunaba, ahora que estaba con él no hablaba. Solo atiné a decirle que para mí era algo increíble ir caminando prácticamente a solas con una de las leyendas más grandes del rock de toda la historia. Se me quedó viendo y respondió que no, que él solo era un hombre muy ocupado. Mientras caminábamos, tuve el atrevimiento de preguntarle qué tanto de realidad y que tanto de mito, fue un hecho que sucedió a bordo del Starship (su avión-mansión). Sin embargo, no me respondió nada, y aunque sonrió, me quedé con la impresión que le incomodó la pregunta. Ni modo, quién les manda ser tan desmadrosos jajaja.

Llegamos a la recepción y me firmó 4 hojas tamaño carta dedicadas a las personas que mencioné anteriormente. Después de hacerlo, volvió a preguntarme si podía hacer algo más por mí. Solo extendí mi mano y le dije muchas gracias.  

Lo más bizarro de todo es que esas hojas las metí en un folder y duraron en mi vehículo unos días. Hasta que lo llevé a lavar y seguramente los tiraron pensando que eran basura..  JAJAJAJAJAJAJAJA.

Por azares del destino, he tenido la oportunidad de conocer (y en algunos casos conbeber) con muchas bandas de rock a nivel internacional, y puedo decir, sin lugar a dudas, que Robert Plant es el más sencillo y humilde que haya conocido. Por mucho. Hay mucho artista que se siente tocado por la mano de Dios, por decirlo de alguna forma. Algunos de bandas internacionales, pero también otros de bandas nacionales y también locales, sin embargo, solo son simples payasos con problemas de ego.

EL CONCIERTO

12 horas más tarde de haber saludado a Plant, tuve la oportunidad de escucharlo cantar en vivo. Ya lo había escuchado cuando en aquel lejano 1995, se presentó en el Palacio de los Deportes al lado de Jimmy Page. Conciertazo. Habían pasado muchos años ya, y quería constatar el estado de su voz, 30 años después.  El concierto inició con Babe, I´m Gonna Leave You, una de las canciones más emblemáticas de Led Zeppelin, que sin embargo, pocos saben que es un cover de la maestra Joan Baez. Desde los primeros acordes el público se rindió ante el maestro. Me sorprendió la calidad, potencia y tesitura de su voz. A pesar de ser un hombre mayor, su calidad vocal es impecable. La banda que lo acompañó, definitivamente no son Page, Bonham, ni Jones, pero son grandes músicos. Digo, no creo que Plant se plante (jeje) en un escenario con cualquiera. El show continuó con algunos covers de blues como Fixin´to Die de  Bukka White y No Place to Go de Howlin´Wolf. De Led Zeppelin cantó Black Dog, Going to California, What Is and What Should Never Be, Whole Lotta Love y, después de abandonar unos minutos el escenario, regresaron parea cerrar la noche con Rock and Roll. Un día y una noche memorable para mi  Así pasó la cosa.  Comentarios: [email protected]