Crónicas desde la franja de Gaza

19. TEL AVIV

  • Por Editor R
La ciclopista

La ciclopista

Mundo de cabeza

Mundo de cabeza

Palomitas a volar

Palomitas a volar

Fíjate bien en la dirección

Fíjate bien en la dirección

Palmeras  para todos

Palmeras para todos

La fuente

La fuente

Como en Miami

Como en Miami

En la soledad

En la soledad

Libro de Bibi

Libro de Bibi

Las rocallosas

Las rocallosas

Panorámica

Panorámica

En la mera playa

En la mera playa

Clima al cien

Clima al cien

Qué imagen

Qué imagen

Para el centro

Para el centro

Techado

Techado

Las  nubes

Las nubes

A lo lejos

A lo lejos

Respetan peatones

Respetan peatones

En fila

En fila

Los altos edificios

Los altos edificios

De lujo

De lujo

Así es

Así es

La arena

La arena

No podía faltar

No podía faltar

Ahí está enfrente

Ahí está enfrente

Nubladito

Nubladito

La playa

La playa

Kilómetros de playa

Kilómetros de playa

El mar Mediterráneo

El mar Mediterráneo

Por Osbaldo Salvador Ang.- Tel Aviv es otro mundo. Ni quien dijera que aquí hay una guerra. La ciudad es cosmopolita. Todo mundo habla hebreo e inglés, además de otros idiomas como árabe, español y armenio.

Cuando esperaba ver una ciudad en ruinas con los edificios destruídos por los bombazos, me sorprendí agradablemente por su modernidad.

Comparan esta ciudad con Miami o con New York. “Americans are brothers of Israel”, me dice un taxista que vive feliz en su ciudad. 

Los edificios, ciertamente, se caracterizan por su elevada altura y su moderno diseño. Las calles y carreteras tienen un pavimento de lujo, sin baches ni brincos. 

Por la playa corre una larguísima ciclopista de al menos veinte kilómetros de longitud. Tiene carriles en los dos sentidos y la gente la usa realmente como para trasladarse a sus destinos.

Pude ver scooters a unos 50 kilómetros por hora, bicicletas motorizadas y bicicletas de pedales todo el día y a toda hora. 

Los autobuses de oruga y el tren urbano,así como los cientos de taxis que circulan por la ciudad, completan el sistema de transporte.

Le dicen La Ciudad Blanca o La Ciudad que Nunca Duerme.

Esto último es porque existe una gran cantidad de discotecas en donde bailan desaforadamente hasta que sale el sol.

Tel Aviv está pegadito a la Franja de Gaza, en donde se desarrolla esencialmente la guerra que Israel emprendió contra Palestina. 

La ciudad vive intensamente pero no olvida. Sobre lonas y cartulinas, en el malecón, en los barandales y en los negocios, aparecen fotos con la leyenda: Bring Them House Now.

Se refieren a los más de cien rehenes que tomaron los palestinos el 07 de octubre de 2023, en donde asesinaron a mansalva al menos unas 1,200 personas. 

Entre esos rehenes, como ya ha escrito, había dos mexicanos, un hombre y una mujer. Ella fue liberada pero él, lamentablemente, apareció muerto.

Tel Aviv significa literalmente en hebreo La Colina de la Primavera. Es también el nombre de un suburbio judío de Babilonia que aparece en el libro del profeta Ezequiel.

Tel Aviv se fundió con Jaffa y se convirtió en la capital de Israel hasta el año de 1950.

Según la leyenda cristiana, Jaffa fue fundada por el hijo de Noé tras el diluvio, hace más de tres mil años.

Pese a que después la capital de este país se trasladó a Jerusalén, en donde vive el Primer Ministro Benjamín Netayanhu, Tel Aviv es la capital del mundo financiero y cultural.

Palestina significa Tierra de Filisteos. A Israel se le ha llamado así como también Canaán, Judea, Tierra Santa, Tierra Prometida y otros epítetos.

Algo que me sorprendió mucho en Tel Aviv fue la cuestión del idioma. Entré a una oficina de departamentos a pedir algo de información y la jovencita que atendía el lugar hablaba español.

-¿Dónde aprendiste a hablar español? -le pregunté.

-En la tele, viendo las telenovelas -respondió.

Después, efectivamente, me comentó un paisano de Chihuahua que vive a una hora de Tel Aviv que  hay gente que habla nuestro idioma y que lo aprenden al ver tanta telenovela que transmiten por la televisión.

Es una ciudad cara. La moneda de Israel es el Shékel y anda como a 5.95 por peso. Pero todo vale mucho. Un litro de gasolina cuesta el triple que en Jordania, por ejemplo.

Ni se diga los hoteles, con altas tarifas, o los restaurantes, o las tiendas o los taxis o cualquier cosa. Pero pues así son los precios en las ciudades que tienen un alto nivel de vida.

Un Shékel tiene cien centavos, así que hay monedas de 50, 10 y 1 centavo. Esta dinámica se parece a la del dólar.

No como en Jordania en donde un Dinar se divide en mil Fijs; imagínense traer mil monedas de este tipo en la bolsa.

También fue grato ver un restaurante mexa en una buena zona de Tel Aviv en donde ofertaban tacos y otros platillos de nuestro país.

Como todo resultaron ser caros pero enormes, con seis unidades por plato pero cada uno del tamaño de una torta.