Crónicas desde la franja de Gaza

20. LOS REFUGIADOS

  • Por Editor R

Los refugiados

Los refugiados

Dentro de Amman

Dentro de Amman

Panorámica

Panorámica

En el cerro

En el cerro

En lugar de bandera

En lugar de bandera

Mucho tráfico

Mucho tráfico

Integrados

Integrados

Palestinos

Palestinos

Como segundas

Como segundas

Llévelo, llévelo

Llévelo, llévelo

A la vista

A la vista

Observando

Observando

Desorden vial

Desorden vial

Acarreando

Acarreando

Palomares

Palomares

En las calles

En las calles

Al Hussein

Al Hussein

Pobreza

Pobreza

Los beduinos

Los beduinos

A la orilla

A la orilla

Rumbo al puente

Rumbo al puente

Más beduinos

Más beduinos

Por Osbaldo Salvador Ang.- Se me hizo ir a un campo de refugiados palestinos en Amman. Pero creo que ni era campo ni eran refugiados porque aquí están muy integrados.

Maysoun, la Vocera de la Comisión de Medios del Ministerio del Interior, me dijo que había sido aprobada mi solicitud y que me extendían un permiso de solo tres días para entrar al Campo de Refugiados Jabal El Hussein.

Por whats app me envió el documento oficial escrito en árabe.

Yo estaba en Tel Aviv, buscando como entrar a Gaza. Pero no podía desperdiciar esa oportunidad, así que emprendí el regreso a Amman.

Otra vez la ruta tortuosa de las revisiones de pasaporte -hasta los taxistas lo piden y en las casas de cambio- el cruce de las dos aduanas y la tensión que se vive en este momento por la guerra. 

En realidad parece una ciudad dentro de otra o al menos una colonia gigante porque viven ahí más de 40 mil palestinos.

Eso si, a primera vista se mira que las condiciones de vida en ese Campo de Refugiados son muy distintas a las de la ciudad de Amman.

Para empezar, no viven en casas de campaña como se observa en la Televisión que sucede en la Franja de Gaza y Siria por ejemplo.

Eso fue cuando llegaron, hace más de 50 años.

Viven en casas construídas con piedra. Hay mucha pobreza, suciedad y miseria alrededor.

El tráfico vehicular es muy desordenado y el comercio se constituye en una interminable cadena de pequeños negocios de artículos usados. 

Son como segundas -así les llamamos en Chihuahua- en donde aparecen huaraches colgados, sillones de sala, sartenes, lámparas y todo tipo de enseres para las casas.

La gente vive muy mal.

Pero al menos tiene un lugar donde estar y desarrollarse, si así bien se puede decir.

En Jordania hay 2 millones 200 mil palestinos refugiados. 

Muchos han adquirido la ciudadanía y se han integrado a la vida social árabe en las grandes ciudades, al igual que los sirios.

Los sirios tienen en Amman un Campo de Refugiados -se llama Zaatari- habitado por más de 80 mil personas.

Otros se han quedado en los refugios en donde parece no existir crecimiento ni esperanza de mejorar.

Visten con las túnicas y los turbantes al estilo de antaño y trabajan en donde se pueda para conseguir algo de comer.

En Jordania le dicen beduinos a los árabes que no aceptaron la civilización y viven en pequeñas zonas rurales, alejadas de las urbes.

Cultivan pequeñas parcelas de olivos y crían diminutos rebaños de ovejas de las que producen leche, queso y carne.

Pero no estudian y por sus creencias religiosas han optado por vivir en el pasado pero igualmente se les respeta.

Si guardamos las debidas proporciones, es algo similar a la situación de la etnia rarámuri en el estado de Chihuahua.

Me tocó ver muchos beduinos en la carretera de Jerusalén a Amman, en los alrededores de la frontera entre Jordania e Israel.

 También miré comunidades enteras destrozadas por la guerra en donde vivieron palestinos. 

La frontera entre ambos países está súper vigilada por las fuerzas armadas de Israel.

Tienen estaciones militares y vuelan drones para mantener la situación bajo control.

De hecho, Israel colocó un muro en la década de los cuarenta, cuando estaba en guerra contra Jordania, el cual aún existe en toda la línea fronteriza.

Aquí lo curioso, en la guerra desatada entre Palestina e Israel, es que se trata del mismo territorio en el cual ambos han vivido desde hace muchísimo años.

O séase, los palestinos están ahorita refugiados en sus propias tierras porque en este momento están ocupadas, dominadas y gobernadas por Israel.

Se dice que el ascendiente común entre judíos y palestinos es Abraham.

Padre Ibrahim, como le dicen, sería el gran patriarca y ascendiente común tanto de los judíos como de los palestinos.

De hecho, ambos tienen su capital establecida en Jerusalén, solo que Palestina en la parte Este e Israel en el resto de esa gran ciudad.

Jordania ha apoyado a Palestina. El 80 por ciento de los jordanos tiene un familiar cercano que es palestino. Aunque lo callan, les apoyan y se oponen por debajo del agua a las pretensiones de Israel.

Empecé a preguntarles a taxistas, puesteros y empleados del hotel si tenían algún familiar palestino y no hubo que dijera que no.

El padre, la madre, el abuelo o el hermano, resultaban ser palestinos aunque ellos hubieran nacido en Amman.

Jordania apoyó con ayuda humanitaria a los palestinos en el conflicto del 2023 cuando empezó el sitio de Israel en la Franja de Gaza.

El Rey Hussein Abdalá dijo en 2017 que la relación con Israel estaba en su peor momento debido a conflictos internos de sus vecinos.

Jordania retrasó el vuelo de Benjamín Netayanhu, Primer Ministro de Israel, el 22 de noviembre de 2019, cuando éste se dirigía a Arabia Saudita.

La emigración palestina empezó en 1948 con la guerra árabe- israelí que provocó la huida de millones de personas a Líbano, Siria, Jordania e incluso a algunos países de América como Chile.

Durante la guerra de los sesentas, Israel prohibió a los palestinos ocupados mostrar su bandera y quienes así hacían eran detenidos.

Así que en las manifestaciones la sandía se convirtió en el emblema palestino que sustituía su bandera, que semejaba los colores verde, blanco, rojo y negro de la enseña patria.

Me pasé todo el sábado en el Campo de Refugiados Palestinos. La infraestructura urbana es muy pobre. El pavimento es pésimo, la luz mercurial es débil y la limpieza en las calles no existe.

Ahí me di cuenta que adentro del territorio del campo están los restos de La Citadela, una ciudad que existió hace siete mil años y que tiene un teatro y columnas romanas así como destacadas piezas de otras culturas. 

Fue cuando entendí la razón del nombre que le pusieron los Elías al Distrito Uno, porque sé que tienen raíces árabes.

Emilio Elías, primo de Andrés y Federico, cofundador de CTU pero que vendió sus acciones, me platicó alguna vez toda la historia, sentados en la barra de la Antigua Paz en la ciudad de Chihuahua.

Luego supe que había muerto.

Pero la historia de La Citadela, por su amplitud, será narrada en otra crónica.