Crónicas desde la franja de Gaza

22. EL MERCADO

  • Por Editor R

Por Osbaldo Salvador Ang.- El Mercado de Carmel o Carmel Marketing es toda una tradición en Tel Aviv. Se ha convertido en lugar turístico y distintivo de la ciudad. 

A cada rato aparece en películas cuya locaciones están basadas en esta ciudad de Israel. Una de éstas es Corresponsal de Guerra.

El mercado es colorido y bullicioso aún en este momento en que Israel libra dos guerras al mismo tiempo contra Líbano y contra Gaza.

La mayoría de los puestos del mercado Carmel ofrece comida, dulces y frutas. Sin embargo, también hay pequeños negocios de artesanías, ropa, zapatos y curiosidades.

Grupos de soldados iraelíes con sus uniformes y Uzzys colgadas de los hombros, disfrutan de los callejones del mercado, al igual que los pocos turistas que existen y ciudadanos que acuden a comprar la fruta y la verdura del día.

Carmel Market se estableció en 1920 en una pequeña cuadrícula de calles. Sin embargo, con el tiempo se extendió a otras avenidas. 

Abren todos los días de la semana excepto el Shabat o sábado. Los martes y viernes son aún más característicos porque se asientan en la zona artistas y vendedores independientes.

La calle Nahalat Binyamin se llena de gente para ver las exposiciones y los artículos en venta que no están generalmente los otros días de la semana.

El llamado Shuk HaCarmel es el mercado más grande de Tel Aviv. Es el favorito de los israelitas y visitantes sin lugar a dudas.

Puede parecer un poco intimidante en algunas escenas pero tiene algo mágico que embruja a sus visitantes.

El recorrido gastronómico muestra sin duda los pasajes del arte culinario de Israel.

La galería de fotos y los videos que aparecen junto a esta breve nota son de por si explícitos  dicen más que mil palabras.

Algo curioso que vi en mi recorrido por el Mercado fue qué hay pájaros que parecen chanates pero muy grandes. Incluso pude mirar a uno que bajó a la banqueta y agarró con el pico a una enorme rata que ahí se encontraba.

La hizo pedazos. Luego tomó sus restos con el pico, voló a lo alto de una barda y ahí se la comió. 

Alcancé a tomar video y fotos de alguna escena y pensé que esa acción parecía una metáfora de la guerra.