Por Osbaldo Salvador Ang.- Mario Guerra Fabela entró a Palacio de Gobierno, hace sesenta años, en donde una fila de chihuahuenses le pedía trabajo al Gobernador.
El titular del Poder Ejecutivo Estatal era Práxedes Giner Durán, militar duro, de formación rígida, quien personalmente entrevistaba a los aspirantes.
La fila se dispersó, con un “no hay trabajo”, hasta que le tocó el turno al parralense Guerra Fabela.
Giner le miró fijamente y le espetó en el rostro:
-¿Tú de qué quieres trabajar?
El Trampitas, como le apodaron después, respondió:
-En lo que sea, General.
Y el Gobernador respondió:
-¡En la mierda! ¡Vas a trabajar en la mierda!
-Lo que usted ordene, mi General –contestó Mario Guerra Fabela.
Eso hizo que se ganara al mandatario, quien dispuso que el de Parral entrara a trabajar como intendente en Palacio de Gobierno.
Luego fue líder sindical de los burócratas estatales, Diputado Local, sobrevivió once Gobernadores, viajes por todo el mundo y muchas cosas más, hasta que el presupuesto aguante.
Y lo digo desde aquí, porque éste es mi pódium.
Andy López, el del Clan,
va a Morena designado
para apuntalar el plan
del crimen organizado...
A MÉXICO MUCHO DAÑA
HERENCIA DE TAL CALAÑA.
![[Por fin hicieron algo los soldados en la zona de El Sauz]](/__export/sites/laopcion/img/2024/09/07/dFHpyf8xnPhCQDLK.jpg?v=3)
[Por fin hicieron algo los soldados en la zona de El Sauz]
Después de varios meses de que los soldados habían estado aparentemente trabajando en la zona de El Sauz para atacar la inseguridad que impera, ayer finalmente lograron aventarse un jalecito.
Resulta que los militares se dieron un topón con un grupo armado que estaba dentro de la nogalera llamada Rosarito, ubicada a la altura del kilómetro 44 de la carretera Chihuahua a Juárez, donde dieron de baja uno y a otros cinco los sometieron.
Bastaron unos minutos para que los soldados tomaran el control de la situación, pues, el grupo que los ataco estaba conformado por cinco hombres, aparentemente.
Dentro de la propiedad hallaron ocho fusiles de asalto, prácticamente nuevos, decenas de cargadores, cientos de cartuchos, uniformes, chalecos tácticos y antibalas, entre otras cosas.
Dicen que soldados pidieron apoyo de las corporaciones policiacas y parece que así fue, pero no para que los ayudaran a tirar plomo, sino para elaborar la papelería, porque eso no se les da mucho.
Al lugar llegaron primeramente agentes de la Municipal, pero comentan que los soldados ni los dejaron entrar a la escena, ni les dieron información, casi estuvieron a punto de correrlos y, dicen, que hace rato les tienen desconfianza por su presunta relación con la malandreada. ¿Será?
A quienes si aceptaron fueron a los estatales y no porque éstos sean unos “santos”, pero parece que les tienen un poco más de confianza, así que les pidieron el paro para elaborar la papelería.
Ahora falta saber de quién es la propiedad donde estaban los malandros, si la tenía rentada, prestada o si se la quitaron, como suele ocurrir.
Habrá que esperar a ver si el ejército suelta información de los hechos.
- Por Federico Guevara
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