Mi Pódium

La porra

  • Por Editor R
La porra

De todas las instituciones que pueden -y deben- ayudar en carretera a los viajeros, no se hace una sola.

En la autopista a Ciudad Juarez, literalmente les vale madre que alguien se quede varado o tenga un accidente.

Y esto lo sé de cierto, como diría el gran poeta chiapaneco Jaime Sabines.

No es poco cosa que se reviente una llanta en la carretera, por el riesgo que implica y las dificultades para cambiarla.

Pero, ayer, nadie quería trabajar, y la rúa estaba más abandonada que un lote baldío.

A los soldados les hicieron señas de auxilio y se se limitaron a saludar con la mano en alto, tal vez pensando que eran los héroes que la gente espera.

Pero no se detuvieron.

Los miembros de la Policía Federal -o lo que queda de éstos- pasaron zumbando junto a los viajeros, valiéndole guilson la emergencia.

Los Ángeles Verdes, los Ángeles Blancos y demás querubines y serafines, ni el teléfono contestaron, seguramente ocupados en labores de mayor altura.

En la Caseta de Villa Ahumada dijeron que no había nadie disponible.

La Guardia Nacional mantenía dos patrullas apenas dos kilómetros adelante pero fingieron no saber nada a pesar de haber sido avisados por teléfono.

El seguro del vehículo respondió la llamada, prometió resolver el asunto y texteó con absoluta seguridad: “el cambio de tu llanta está en nuestras manos”.

Pero jamás enviaron a nadie para dar auxilio.

Así que, entre todos, no se hizo uno solo.

Es terrible esa falla institucional porque si eso ocurre con una llanta, imaginémonos un accidente.

La llanta se reventó en el KIlometro 279 de la carretera Juárez-Chihuahua. Apenas a 15 minutos de Villa Ahumada.

Qué sucederá si un accidente ocurre en una carretera estatal o en un camino de terracería.

Por lo pronto, que sepan Ejército, Guardia Nacional, Caseta de Sacramento, Ángeles Verdes, Ángeles Blancos, Aseguradora HDI y demás relativos y aplicables, que la porra les saluda.

Y les saluda como merecen.