Noticias

Abundan a lo largo de Ciudad Juárez elefantes blancos

Ciudad Juárez.- Diseminados en la mancha urbana hay por lo menos una docena de “elefantes blancos”, inmuebles de grandes dimensiones abandonados, que muestran estructuras metálicas...
  • Por José Oswaldo
Abundan a lo largo de Ciudad Juárez elefantes blancos

Ciudad Juárez.- Diseminados en la mancha urbana hay por lo menos una docena de “elefantes blancos”, inmuebles de grandes dimensiones abandonados, que muestran estructuras metálicas inconclusas.

Las construcciones ociosas suelen ser utilizadas como lugares para la acumulación de basura, maleza, escombro, desechos de todo tipo, animales muertos e, incluso, como guarida de vagabundos, malvivientes o drogadictos.

Por toda la ciudad se observan edificios vandalizados y en abandono evidente.

Esas estructuras seguirán dando una mala imagen, debido a que en su mayoría son propiedades que enfrentan litigios, advirtió Eduardo Varela, director de Desarrollo Urbano.

Para Varela una casa o edificación abandonada constituye contaminación visual que no sólo afecta al entorno en el sentido estético u ocasiona problemas de inseguridad, sino también de salud pública, medio ambiente y desarrollo urbano social, debido a que perjudica la imagen del sector.

La Dirección de Obras Públicas tiene la facultad para demoler este tipo de edificios convertidos prácticamente en ruinas, sin embargo no han podido intervenir debido a que están en litigios.

Algunas de estas edificaciones fueron producto de proyectos de hotelería, centros de convenciones, plazas comerciales, e incluso viviendas que en su época funcionaron como fincas a las afueras de la mancha urbana, pero que ahora quedaron ubicadas en sectores de clase media y media alta.

Destacan porque cuentan con múltiples niveles y diseños en los que se pretendían realizar grandes inversiones. Hoy lucen como elefantes blancos.

Para la integrante de la Mesa de Seguridad Leticia Chavarría, esos espacios no deberían ser sólo una responsabilidad policiaca o de vigilancia, sino motivo de una labor de prevención que debe comenzar por ubicar a sus dueños para conminarlos a bardear, cercar, construir o derribar.

“Lo deseable sería que sin afán recaudatorio las autoridades se dedicaran a buscar a los responsables de esas propiedades para conminarlos a que las vendan o que las atiendan como debe ser para sanear la ciudad”, expresó en su momento.

Una de las obras que se encuentra en desuso, es la estructura de lo que en su tiempo fueron las instalaciones del galgódromo e hipódromo; ahora se pretende construir ahí el Centro de Convenciones, planeado desde hace 16 años.

En el lugar se observa movimiento de tierra y la estructura de lo que era el lobby del lugar, de donde se recuperarán sólo los murales principales.

Otro proyecto que comenzó en el año 2007 y que acabó también como un “elefante blanco” es el edificio para empleados de Aduana, en el que se invirtieron 60 millones de pesos, según archivos periodísticos.

El edificio en ruinas, ubicado a un costado del puente internacional Córdova de las Américas, se encuentra desmantelado y es utilizado como refugio por malvivientes.

El inmueble albergaría el cuartel de los elementos de la Inspección Fiscal y Aduanera y constaría de un edificio de dos alas y 60 habitaciones para igual número de elementos, además de comedores, gimnasio, sala de juntas y oficinas para la administración de la Policía Fiscal. Quedó sólo en obra negra.

Se puede observar cómo la mayor parte de sus paredes y techos lucen destruidos, abandonados y desvalijados.

En algunas áreas el “sheetrock” fue retirado, por lo que en lugar de paredes sólo hay estructuras metálicas, mientras que las otras pocas que quedan se encuentran llenas de boquetes hechos por delincuentes que ya se llevaron todo el cobre y gran parte de la tubería.

Parte de los escalones fueron derrumbados, al parecer con la intención de robar el metal que los cubre.

Debido a que el acceso principal se encuentra abierto, cualquier persona puede ingresar. La mayor parte de su barandal de fierro fue sustraído, lo mismo que sus instalaciones eléctricas y ductos del clima artificial.

En su interior se aprecian pedazos de los techos y paredes tirados por todas partes, así como esponjas, hules, clavos, alambres y otros materiales de construcción, además de vidrios quebrados esparcidos por lo que serían las habitaciones y oficinas.

Otras obras que lucen en el abandono son las estructuras en las cuales se pretendía construir hoteles, como el ubicado en Rubén Posada Pompa y Plutarco Elías Calles, y el de José Reyes Estrada y López Mateos.

Son inmuebles que cuentan sólo con la cimentación y la estructura metálica que resalta en medio de casas y locales utilizados como negocios.

En la calle Manuel M. Ponce y Reforma, se ubica una estructura de dos pisos que está en obra negra, al igual que el predio de la calle Saltillo e Insurgentes que lleva más de 10 años en condiciones de abandono.

Uno de los casos más peculiares es la finca situada en las calles Don Jesús Soltero Lozoya y Pedro Meneses Hoyos; hoy no queda más que el rastro de lo que sería una de las más grandes fincas instaladas a las afueras de la ciudad.

La hacienda luce en completo olvido: la maleza y hierba crecida cubren su frente, mientras árboles caídos evidencian la falta de atención.

Pese a que fue cerrado con malla, el inmueble está repleto de grafiti hecho por maleantes que se brincan para hacer destrozos y saqueos. (Norte Digital)

Tags: