Opinión

¿Existe en el gobierno de Javier Corral el Estado Laico?

  • Por Cynthia
¿Existe en el gobierno de Javier Corral el Estado Laico?

Por Homero Ochoa

En México, la fe católica parece ser un estandarte imprescindible para cualquier político en busca de adeptos. Sobre todo en los últimos años -que coinciden con la disminución de creyentes- han surgido diversas voces que cuestionan la manera en que los mandatarios tratan a los pontífices, comprometiendo la laicidad del gobierno. ¿Respetan nuestros gobernantes ese principio constitucional?

La noche de ayer miércoles 5 abril en palacio de gobierno presentó Javier Corral un micro-informe donde daba cuentas de los “avances” de los primero seis meses de su gobierno, el punto que causó furor entre los asistentes (según dicen)  fue que en pleno acto de populismo, Javier Corral giró instrucciones a la Secretaría General de Gobierno para que vuelvan los formatos con los sustantivos de padre y madre a las actas de nacimiento.

Este instrucción causó un ovación… ¡No podía ser de otra manera! si entre los invitados estaban miembros de la podrida ultraderecha representada por el frente nacional por la familia (asociación manejada por el clero)  y por funcionarios de gobierno yunquistas y miembros de la iglesia católica.

Se dice que “El padre Negris” al final del evento, envió a sus amigos un post para el gobernador Javier Corral.  “Sr. gobernador le deseo todo bien en El Señor. Antes le escribí cuestionando diversas situaciones a propósito de las actas de nacimiento en nuestro estado. Hoy he podido reconocer otro gobernador. Lo felicito, me felicito y felicito a Chihuahua porque el gobernador ha sido humilde para escuchar, valiente para comprometerse, dispuesto a una política social en favor del bienestar de la familia y de los más lastimados, empeñado en favor de la persona; buscando la verdad y la justicia, no la venganza ni la publicidad, sin impunidad. Cuente con mi oración por Usted, por la Sra. Cinthia y toda su administración. P. Gustavo Enrique Sánchez”.

Lastima ver a Javier Corral arrodillado por la iglesia…  pero lastima más aún que en pleno 2017 el clero siga imponiendo dogmas en un estado que se presume moderno, laico así como  incluyente.

Con el paso del tiempo, México ha conquistado diversas características que hoy definen su estructura estatal y gubernamental; entre dichos aspectos puede mencionarse la democracia representativa, la cual ha sido defendida, con el costo de vidas humanas, de regímenes autoritarios como el Porfiriato.

De igual forma, es destacable el carácter republicano que pasó por diversos periodos históricos para consolidarse como tal; asimismo, resalta la laicidad en lo que se refiere a una característica de la forma en que se encuentra constituido nuestro país, la cual no solo fue difícil conquistar, sino que es aún más difícil de mantener hasta nuestros días.

Entiéndase, en primera instancia, laicidad como aquel principio por el cual un estado no sostiene religión oficial alguna, sino que al contrario, garantiza el libre ejercicio de la libertad religiosa y de conciencia, para que cada ciudadano pueda elegir la que más le convenza en un espacio de apertura y de respeto.

En lo que respecta al principio del Estado laico en México, se sabe que el principal promotor fue el presidente Benito Juárez, que comenzó con el largo camino de la separación entre la iglesia y el Estado, por medio de la llamada Ley Juárez.

A través de esta ley, se buscó eliminar los privilegios eclesiásticos en lo referente a la materia civil. Siguiente a la legislación implementada por el presidente originario del estado de Oaxaca, le siguieron otros estatutos, como la Ley Lerdo, la Ley Iglesias, e igualmente, la Constitución de 1857.

Fue gracias a estos primeros pasos por llegar consolidar un país secular, que más adelante, tras diversos capítulos como la ardua lucha contra los conservadores, los mexicanos de otras épocas pudieron atestiguar los frutos de aquella lucha contra el poder desmedido de la iglesia.

Sin embargo, a pesar de contar actualmente con la continuidad del Estado laico, reflejado en aspectos como una educación pública que establece entre sus características la laicidad, así como unas prohibiciones expresas en lo relacionado a ostentar cargos públicos con la condición de haber renunciado (en caso de serlo) al cargo de ministro de algún culto religioso, es apreciable la actual fragilidad de dicho principio en estos tiempos.

Desde un congreso de la unión secuestrado por las declaraciones de figuras eclesiásticas como el cardenal Norberto Rivera al momento de legislar sobre diversos temas, hasta eventos penosos como el suscitado ayer, donde se usaron las instalaciones del palacio de gobierno, para una conferencia con alusiones religiosas y con la presencia de ministros de culto, se concibe el evidente peligro al que se encuentra expuesto el Estado laico.

Si México desea crear un progreso considerable en sus leyes, debe desembarazarse de una vez por todas, de la iglesia, y no permitir que esta le diga que hacer a sus legisladores.

Es cierto que el Estado laico es un principio de la concepción que tenemos de nuestro país, pero incluso los principios requieren de cierta reglamentación; por esto mismo, entiendo como imprescindible la creación de un cuerpo normativo que regule abiertamente los alcances de la religión respecto con el Estado, para que de esta manera, se respeten los recintos como el congreso, en donde se debe legislar, no impartir conferencias sobre religión como sucedió hace unos días.

CONCLUSIONES

El debate entre los expertos arrojan visiones contrastantes en lo que se refiere a que si México respeta el Estado laico en el marco jurídico de la ley. Las opiniones van desde que se ha hecho mucha polémica innecesaria respecto al discurso de Peña Nieto en Palacio Nacional, hasta afirmaciones de que los gobernantes mexicanos se han permitido transgredir la Constitución, al mostrar su adherencia a la religión católica mezclando cuestiones del orden político con lo religioso.

México es un Estado laico en nuestras leyes, en nuestra Constitución, pero en los hechos no, o es un Estado laico con una gran intervención de la Iglesia católica en particular. El Estado mexicano se mantuvo mucho tiempo sin manifestaciones evidentes de adherencia a la religión, pero desde la llegada del PAN con Fox para, lamentablemente eso ya se perdió.