La Fuente

*Llorar es cobardía *Espinoza miente *El silencio del pleno *De fiesta

  • Por editoraPr01
*Llorar es cobardía *Espinoza miente *El silencio del pleno *De fiesta

EL BUEN Artemio Iglesias decía que a puñaladas iguales, llorar es cobardía, y no hay duda de eso. Ese principio, axioma político, o refrán popular del filósofo de rubio, se asomó hoy a la mente del círculo rojo. Es que, decirle parcial al juez octavo de distrito, sonó como morderse la lengua y dejarla caer a pedazos. Si algo ha existido en el caso de El Duartazo, ha sido, precisamente, la parcialidad con que se ha manejado el gobernador. No le han importado suspensiones, amparos, propiedades, familias, ni leyes, ni moral ni ética. Pero, ahora le hacen una y chilla a todo volumen, para que se escuche en toda la entidad. El tema es que ni siquiera se sabía el nombre del juez cuando dio la rueda de prensa en Ciudad Juárez. Se apreciaba, realmente, que no sabía de lo que hablaba, y que sólo repetía lo que le han dicho sus colaboradores. Corral dio la orden de aprehender a Jorge Ramírez a pesar de saber que se incurría en un delito. No puede hablar de ignorancia porque se sabe que hubo comunicación de sams al momento de ser detenido el magistrado, momento en el cual les mostraron la suspensión otorgada por el juez de distrito. En el libro Anécdotas Políticas, aparece ésa de Artemio y otras más, que sintetizan la acción política. Bueno sería hacerle llegar un ejemplar, con la advertencia de que el contexto ha provocado un aumento de precio debido a la demanda. 

MIENTE con todos los dientes, como se decía antes, el consejero jurídico del estado, Jorge Espinoza. En la suspensión provisional, el juez octavo, mandatado por el tribunal colegiado, indicó los efectos de ésta. Y, con letras mayúsculas, señaló que surtiría efectos al instante, al acordarse, sin necesidad de mediar notificación. Además, con lujo de detalle, enlistó la devolución del fuero, del cargo, y de los derechos laborales. No es verdad, digo, no por defender a Jorge, ni por atacar al otro Jorge, que no supieran el alcance de la resolución. Más bien, según sospechas de La Fuente, se trató de una violación constitucional premeditada, calculada y operada desde palacio, ordenada por el propio Paisa. No pueden contarle las muelas a la sociedad, ni a los medios, con verdades a medias, convertidas en auténticas mentiras, al contrastarlas con los hechos. Corral está muy desesperado, cierto, e intenta remontar un marcador que le ha sido adverso desde el principio. No se puede gobernar a contracorriente de los actores y factores políticos, ni de la gente que más que nunca está informada y ejerce su derecho de crítica, sea en forma verbal o a través de los medios de comunicación. Espinoza obedeció la orden y se aventó el tiro, al igual que Aparicio en la comisión estatal de seguridad, que ordenó a su comandante Ginés operar la detención. Así de claro. 

EL SILENCIO del pleno llama mucho la atención en el tribunal superior de justicia. Con la detención de Jorge Ramírez quedó en evidencia su arrodillamiento. Inclinados ante la política de terror impuesta por Corral, nada han atinado a decir. Saben perfectamente todo acerca de la ilegalidad del caso no hay duda. Empero, optaron por agacharse y callar las violaciones constitucionales, a pesar de la evidente crisis jurídica en que cayó el estado. El Calígula de palacio, o el coronavirus, porque nadie quiere acercársele y prefieren mantener una sana distancia, se mueve ya francamente en el mar de la ilegalidad y la arbitrariedad plenas. Los magistrados locales prefirieron hacer mutis y hacerse los occisos con tal de ponerse a salvo y mantener sus privilegios y canonjias, aún a sabiendas que cualquiera de ellos puede ser la víctima siguiente de los abusos y excesos del poder en turno.

ES CURIOSO pero algunas dependencias de gobierno parece que están de fiesta a pesar de la etapa crucial del coronavirus. Coincidentemente, sean del nivel que sean, en todos los casos se trata de áreas específicas de recaudación. Por ejemplo, en el nivel estatal, tránsito estaba hasta el tope, sin importarle a nadie, menos a la autoridad, las medidas preventivas. Igual sucedía en las recaudaciones de rentas diseminadas por la ciudad y en la tesorería general del estado. En el área federal ocurría lo mismo en el servicio de administración tributaria y en el municipal en desarrollo urbano y tesorería municipal. La gente que andaba por esos lares se preguntaban en dónde demonios está la contingencia y la solidaridad de las autoridades. La sana distancia no existía ahí, sino el hacinamiento de ciudadanos obligados al pago de impuestos sin considerar la pandemia. Ni siquiera fueron adoptadas medidas como la separación física de los contribuyentes, la distribución de guantes y tapabocas u otras similares. Pero, como luego dicen por ahí, la casa pierde.

VAMOS a ver cómo reacciona el magistrado Jorge Ramírez en el tema de la violación a la suspensión. Su encarcelamiento ilegal, obligado a vestirse como reo, le produjo sin duda un daño moral. Así que ahora podrá reclamar su asunto no sólo en la vía penal sino también en la civil. Hay algo raro en todo ese tema, porque ni modo de decir que no se sabía que al detenerle se violaba un mandato judicial federal. Si algo cuidan los magistrados de los colegiados y los jueces de distrito es que se cumpla la suspensión ordenada. Sobre ese eje central descansa el poder judicial de la federación sin duda alguna. Además, el abogado Reydesel Saénz, asesor jurídico del magistrado, fue a Sams, lugar donde ocurrió la aprehensión, y les mostró la suspensión, además de explicárselas. Sin embargo, un policía que dijo ser el director de la comisión estatal de seguridad, del que se presume podría haber sido el propio Aparicio, respondió que le valía wilson la suspensión y que procedería a detener al magistrado, como en efecto sucedió. Ahora, cosas de la vida, es Jorge Ramírez, el que tiene la sartén por el mango. Los que saben, dicen que Corral ordenó detenerle a pesar de la suspensión para humillarle y sacar la foto, sin importar el pleito, otra vez, con la federación. 

LO hemos dicho antes. Ahora nos dicen que tienen 205 ventiladores mecánicos o respiradores artificiales para los casos de Covid-19 que lo requieran en el Estado. Desde los hospitales nos confirman que, en efecto, esos ventiladores existen, pero son equipos ya instalados y en uso en las Unidades de Cuidados Intensivos de todos los hospitales. Unidades que normalmente están ocupadas con las enfermedades que se ven a diario en nuestro Estado. Según reportes, en China el 15% de los 44 mil enfermos requirieron hospitalización y de ahí, el 5% (2,200) necesitaron el apoyo con ventilador mecánico. En Italia las cifras han sido de más del doble de lo que pasó en China pero supongamos que nos va bien como a los chinos. Si llegamos a tener 5000 enfermos de golpe, necesitaremos 750 de las 4000 camas hospitalarias que nos han presumido. Camas que normalmente están ocupadas. Si nos va como en China, harían falta 250 ventiladores cuando tenemos 205. Nuestra única oportunidad para no perder a tantos pacientes, es que los casos se presenten uno tras otro paulatinamente, y no la mayoría de golpe porque en ese momento, no alcanzarán los recursos. Viendo esos números, no es cuestión de creencia, necedad, conspiracionismos o amuletos. Son matemáticas innegables. Es absurdo que el gobierno prefiera evitar las medidas de prevención y pretenda calmar a la población informando sobre recursos curativos que siempre están ocupados. Negligencia gubernamental en su más pura expresión.