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LAS ARMAS LAS CARGA EL DIABLO Y LAS VENDEN LOS GRINGOS

  • Por lujardo
LAS ARMAS LAS CARGA EL DIABLO 
Y LAS VENDEN LOS GRINGOS

Por Ricardo Luján

En cuanto a que armerías norteamericanas surten a narcos mexicanos habremos de reconocer que la argumentación de la presidenta Sheinbaum le dio a Donald Trump en los merititos belfos.

Porque si el gringo orange(gután) cumple su promesa de clasificar como terroristas a grupos del crimen organizado entonces estaremos ante un curioso y cínico pero también realista escenario: Tío Sam arma a grupos terroristas que dice combatir y por tanto es cómplice de ellos…

(En este preciso momento Sor Juana brinca desde un viejo billete y suelta su frase lapidaria en la cara del vetusto mandatario:

“Gringos necios que acusáis a los narcos sin razón sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis…”

Y ya encarrerada la Décima Musa le gritó en sus narices:

“Si con ansias sin igual a quien vende fentanilo le surtes el armamento ¿A qué viene, viejo lilo, tanto lloriqueo y lamento..?)

Y yo como no soy poeta ni en el aire las compongo simplemente diré que en este caso Trump es como un perro mordiéndose la cola en un comportamiento obsesivo compulsivo nomás para hacerse wei.

Durante reciente transmisión de  “Las mañaneras (dizque) del pueblo”, Claudia dijo:

“México tiene una demanda internacional contra fabricantes de armas y distribuidores de armas en Estados Unidos, si llegarán a decretar a grupos de la delincuencia organizada como terroristas pues tendríamos que ampliar la demanda en Estados Unidos porque entonces, como ya reconoció el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos que el 74% de las armas de los grupos delictivos vienen de Estados Unidos, entonces ¿cómo quedan las armadoras y las distribuidoras frente al decreto? Tal vez los abogados lo están viendo, pero pueden ser cómplices”.

El asunto no es nuevo, ni el reclamo tampoco. Estados Unidos es una nación que desde siempre ha estado armada hasta los dientes. Los pioneros no tenían más alternativa de supervivencia que matar o morir.

La Segunda Enmienda de su Constitución consagra el derecho a portar y poseer armas de fuego, de tal suerte que para un menor de edad es más fácil comprar una pistola que licor o cigarros.

Durante los siglos XVI y XVII grandes cantidades de armamento eran transportadas en buques desde Europa pues las trece colonias eran un gran mercado, de tal forma que al paso de los años las familias tenían un arsenal en casa y las armas se convirtieron en artículo común de compra-venta entre la población floreciendo el negocio de las armerías.

Hace 150 años los apaches conseguían mosquetes y fusiles en Texas y Nuevo México para realizar sus violentas correrías en territorio chihuahuense. 

Estados Unidos ha sido nuestro gran surtidor de armamento en la historia tanto en los conflictos armados como en tiempos de paz.

Como México no cuenta con industria armamentista y por la vía legal la Secretaría de la Defensa tiene el monopolio para la venta de armas y cartuchos, pues no queda de otra a particulares y a grupos clandestinos que recurrir a las armerías de aquel lado. 

De hecho el conflicto revolucionario fue el gran negocio para la industria armamentista norteamericana de principios del siglo XX, pues hacía trato igual con los rebeldes que con las fuerzas federales.

A través del contrabando y la compra masiva de armamento y municiones, entre otros elementos de guerra fue como Pancho Villa al mando de la División del Norte adquirió tal poderío militar, económico y de autonomía que le permitieron grandes victorias.  

También los cristeros fueron armados por los gringos, lo mismo que las guerrillas de lo años sesentas y los narcos desde los setentas a la fecha.

Cada año se estima que cerca de 200 mil armas ingresan a México de contrabando, la mayoría de las cuales provienen de tiendas con licencia federal.

Al reclamo de Scheinbaum le asiste la razón, tanto así que el propio secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, se vio obligado a aceptar la protesta mexicana y tomar cartas en el asunto contemplando abordar el problema del tráfico de equipo bélico hacia México.

A ver qué opina al respecto su jefe, el loco de la Casa Blanca y ferreo defensor de la Segunda Enmienda, a la que considera “salvaguarda indispensable para la seguridad y la libertad que ha preservado el derecho de los estadounidenses a protegerse a sí mismos, a sus familias y a las libertades”.

No cabe duda que las armas las venden los gringos, las carga el diablo y las descargan los narcos.