Juárez

La batalla invisible por respirar

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La batalla invisible por respirar

Ciudad Juárez frente a la contaminación atmosférica


Ciudad Juárez.- La ciudad vive bajo un enemigo silencioso; el aire que respiran sus habitantes. Detrás del bullicio de la frontera, del tránsito diario y del crecimiento industrial, se esconde una realidad que desde hace más de dos décadas preocupa a especialistas y organizaciones de salud; la calidad del aire.

El doctor Adrián Vázquez, académico y especialista en materia ambiental, ha dedicado buena parte de su trayectoria a estudiar los problemas atmosféricos en la ciudad. Sus conclusiones son tan claras como preocupante;

“Desde el 2003 sabemos que la calidad del aire en Juárez se ha ido deteriorando, y hoy los más afectados son los niños”, afirma.
 

Su sistema respiratorio en desarrollo y el tiempo que pasan al aire libre los convierte en la población más expuesta. 

“Estamos hipotecando el futuro de las nuevas generaciones. Si no cambiamos nuestras políticas públicas, los niños de hoy crecerán en una ciudad que condiciona su salud desde la cuna”, advierte.

El tráfico vehicular es una de las principales fuentes, sumado a las emisiones de la industria maquiladora, las partículas en suspensión por calles sin pavimentar y la escasez de áreas verdes que ayuden a filtrar el aire.

La estación de monitoreo ubicada en la clínica de nutrición, una de las más confiables, muestra un patrón constante; niveles elevados de partículas suspendidas en zonas como el bulevar Zaragoza y la carretera a Casas Grandes. 
En esos sectores, la calidad del aire es mala la mayoría de los días de la semana.

Aunque la ciudad no alcanza los picos de contaminación de la Ciudad de México, los registros de ozono y partículas suelen rebasar lo permitido por la Norma Oficial Mexicana. 

“Solo tenemos uno o dos días por semana en los que la calidad del aire puede considerarse aceptable”, lamenta el doctor Vázquez.

Juárez tiene apenas 5 metros cuadrados de áreas verdes por habitante, la mitad de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud.

Este déficit no solo impacta en la recreación de los ciudadanos, sino que limita la capacidad de la ciudad para amortiguar contaminantes.

A esto se suma la topografía y las condiciones climáticas; los vientos arrastran polvo, la sequía prolongada aumenta las partículas suspendidas y la falta de lluvias reduce la dispersión de contaminantes.

¿Qué medidas se necesitan?
El académico propone una estrategia integral que incluya.
Educación ambiental desde la niñez, para fomentar conciencia y corresponsabilidad.

Mejorar el transporte público, de manera que reduzca la dependencia del automóvil particular.

Pavimentación de calles, para disminuir la dispersión de polvo y partículas.

Ampliación de áreas verdes, no solo parques, sino corredores urbanos que mejoren la calidad del aire.

Uno de los mecanismos que ha generado debate es el engomado ecológico, sustentado en normas como la NOM-041. 

Para Vázquez, la clave no está solo en exigirlo, sino en garantizar la transparencia en las verificaciones vehiculares. “No importa si un auto tiene catalizador, lo importante es que el proceso de revisión sea confiable y no se preste a la corrupción”, señala.

Estudios acumulados en los últimos cuatro años muestran una correlación preocupante; a medida que se incrementa la contaminación atmosférica, aumentan las enfermedades respiratorias y la mortalidad asociada.

Modelos estadísticos internacionales, utilizados por la Organización Mundial de la Salud, advierten que existen niveles críticos de contaminación a partir de los cuales la mortalidad crece de manera acelerada. 

En Juárez, los días de alerta —identificados en los semáforos de colores rojo y morado— son cada vez más frecuentes.

En 2022, la Universidad y el Gobierno Municipal publicaron un documento conjunto con medidas ambientales, especialmente enfocadas en la gestión del agua. 
Sin embargo, Vázquez subraya que estos esfuerzos deben extenderse también a la calidad del aire. 

“Es indispensable que la información esté disponible en portales oficiales y que la ciudadanía la consulte. 
La transparencia es fundamental para generar confianza”, afirma.
Un futuro condicionado por el presente

Mientras las estadísticas anticipan un septiembre más seco de lo normal y la sequía persiste en Chihuahua, las perspectivas no son alentadoras. 
Las partículas suspendidas continuarán dominando la atmósfera, y con ellas crecerán los riesgos para la salud.

El doctor Vázquez cierra con una reflexión que debería interpelar a autoridades y ciudadanos:
“Respirar no debería ser un riesgo. Si no actuamos hoy, Juárez será una ciudad donde la calidad del aire marque la calidad de vida. Y ese costo lo pagaremos todos, pero sobre todo nuestros niños”.