Nuevo Casas Grandes

San Antonio de Padua, uno de los santos más populares; en CG se le venera

  • Por José Miranda Madrid

Casas Grandes.- Antonio de Padua fue el segundo santo más rápidamente canonizado por la Iglesia, tras san Pedro Mártir de Verona. Es uno de los santos católicos más populares y su culto se encuentra extendido universalmente. Su festividad se celebra el 13 de junio. En el Pueblo Mágico de Casas Grandes las fiestas patronales son en su honor.

San Antonio de Padua, cuyo nombre original es Fernando Martins de Bulhões, nació en Lisboa, Portugal en el año 1195 y murió el 13 de junio de 1231, en la localidad de Arcella, Verona, Italia.
Fue canonizado en 1232 y su fiesta se celebra el 13 de junio.
Fue un fraile franciscano, doctor de la iglesia y patrón de los pobres.
Padua y Portugal, lo reclaman como su Santo Patrón y se le invoca para la devolución de la propiedad perdida.
Nació en una familia rica y se crio en la iglesia. Ingresó al Convento de San Agustín de San Vicente de Fora en 1210. Enseguida y tuvo que renunciar por la presión que recibía de su familia y de sus amigos más cercanos. Enseguida renunció a toda su herencia familiar y a sus nombramientos de nobleza y se cambió de monasterio y tampoco ahí encontró la tranquilidad que buscaba.
Observando la manera de vivir de los franciscanos de un modo fraternal, evangélico y en la pobreza, en 1220 se unió a la orden de San Francisco donde tomó los hábitos franciscanos y en ese momento dejó de llamarse Fernando y adoptó el nombre de Antonio.
Al año de tomar los hábitos franciscanos conoció personalmente a San Francisco de Asís, fundador de la orden y siguiendo el ejemplo predicó por gran parte de Italia y países cercanos.
A la muerte de San Francisco de Asís fue nombrado Padre Provincial y siguió en la prédica llevando una vida de total humildad recorriendo a pie grandes distancias para visitar sus conventos y cumplir con su nombramiento de Provincial. por lo que su salud fue minando hasta que, en su camino a Marruecos, enfermó gravemente y se vio obligado a regresar a casa, sin embargo, su barco de regreso a Portugal se desvió de su curso y finalmente llegó a Sicilia. 
Debido a su continua mala salud, no se le permitió continuar su trabajo misionero entre los sarracenos y en cambio, enseñó teología en Bolonia, Italia y en Montpellier, Toulouse y Puy-en-Velay en el sur de Francia.
Ganó gran admiración como predicador y se destacó por su enseñanza simple pero profunda de la fe católica.
Su salud empeoró y se retiró a vivir en un lugar de descanso llamado Campo de San Pedro y ya muy enfermo pidió que lo trasladaran de nuevo a Padua y hecho esto, falleció en el camino por lo que ya sin vida llegó a Padua.
Antonio era el más célebre de los seguidores de San Francisco de Asís y tenía la reputación de un hacedor de milagros. 
Se organizaron sus exequias y fue sepultado en Padua donde descansan sus restos.
El día de su muerte, 13 de junio de 1237 coincide con una carta que Fray Andrés de Páez envió desde este lugar de Casas Grandes al gobernador de la Nueva Vizcaya con capital en la ciudad de Durango, pero del año 1664, donde le hacía saber que en El Valle de las Casas Grandes ya se había construido una iglesia como se lo habían ordenado en 1661.
Tomando el 13 de junio como referencia de la muerte de San Antonio de Padua en 1237 y la terminación de la Misión que hoy conocemos como El Convento, se tomó el acuerdo de nombrarlo Patrón de la Misión de San Antonio de las Casas Grandes.
El 16 de enero de 1946, el Papa Pío XII lo declaró doctor de la iglesia. En el arte se le muestra con un libro, un corazón, una llama, un lirio o el niño Jesús. 
Entre sus escritos auténticos se encuentran sermones para domingos y días festivos, publicados en Padua en tres volúmenes en 1979.
Su capacidad de prédica era proverbial, al punto de ser llamado «Arca del Testamento» por Gregorio IX. Las citas bíblicas en los Sermones dominicales y Sermones festivi —ambas obras de su autoría acreditada— superaron el número de seis mil, lo que supone un nivel de conocimiento escolástico que justifica el título específico que se le adjudicó, doctor evangélico. Sus predicaciones —en particular la de la Cuaresma de 1231— alcanzaron un éxito notable. Sus palabras y obras ante la multitud de personas que acudían a escucharlo fue recogida con el lenguaje propio de la época en Assidua, la primera biografía de Antonio de Padua, escrita por un autor anónimo contemporáneo suyo:
Desde hace ya 359 años, cada 13 de junio se conmemora este día como la Fiesta Patronal de San Antonio, claro está, al modo y uso de cada una de las épocas que han ido pasando hasta nuestros días.