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Jesuitas salvan vidas en pueblo rarámuri

En el siglo XVII llegaron a Chihuahua las primeras misiones jesuitas construidas hace 396 años; hasta hoy, los religiosos  mantienen intacta su obra de acompañamiento, apoyo y servicio al pueblo rarámuri...
  • Por Ely
Jesuitas salvan vidas en pueblo rarámuri

En el siglo XVII llegaron a Chihuahua las primeras misiones jesuitas construidas hace 396 años; hasta hoy, los religiosos  mantienen intacta su obra de acompañamiento, apoyo y servicio al pueblo rarámuri en las dos grandes regiones conocidas como Alta y Baja Tarahumara.

Una parte importante de su trabajo se desarrolla en la Clínica Santa Teresita, ubicada en el poblado de Creel, que desde 1965 ayuda a aliviar enfermedades a los indígenas de siete de los municipios más pobres.

Tan sólo en 2016 la unidad médica ofreció consulta externa a cinco mil 540 pacientes, de los cuales mil 931 eran niños.

En total se atendieron 132 urgencias, 588 hospitalizaciones y se realizaron cuatro mil 149 estudios de laboratorio y mil 189 de Rayos X.

Sor Julia Chávez Acosta  pertenece a la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. La religiosa es originaria de Guadalupe y Calvo, Chihuahua, y es directora general del Complejo Asistencial Clínica Santa Teresita, el cual se estima, ha rescatado de una muerte segura a más de 15 mil niños y adultos rarámuris.

“Somos un equipo misionero, invitado por el señor, para amarle y servirle a nuestros hermanos los pobres, trabajando y luchando por su salud, su vida y su dignidad”, comentó Sor Julia.

La religiosa tiene 37 años en contacto directo con los tarahumaras, primero viviendo en sus comunidades y después atendiendo sus problemas de salud.

“A veces me preguntan si soy española o francesa, y respondo que no; soy india rarámuri, de corazón rarámuri y los amo”, afirmó.

Sor Julia Chávez recuerda que cuando iniciaron los trabajos de la unidad médica llegaban muchos pequeños hasta con tercer grado de desnutrición.

Hace más de 50 años, el 75% de los niños rarámuris menores de cinco años moría por desnutrición, enfermedades infecciosas fácilmente curables y la carencia de servicios médicos elementales.

“Cuando salí del noviciado yo había pedido ir a África pero no me mandaron, argumentaron que no podía porque estaba flaca, que no iba a aguantar, eso me dio mucho coraje; cuando llegué aquí y se me morían los niños en los brazos por la desnutrición, hambre y la tuberculosis, pues dije: para qué me voy a un país extranjero, sí aquí tenemos a nuestros hermanos muriéndose de hambre”, relató.

A pesar de que falta mucho por hacer, Sor Julia asegura que la alimentación de los niños rarámuris ha mejorado mucho gracias al trabajo que realizan los jesuitas, que se realizan brigadas de salud, apoyadas por el gobierno del estado.

“Nosotras llevamos ya hace varios años el programa de nutrición, tomando el peso y talla de los niños mensualmente, y proporcionándoles los nutrientes. Monitoreamos cerca de 500 niños, de siete comunidades distintas”, explicó la religiosa, Sor Julia Chávez.

La Clínica Santa Teresita ofrece servicios gratuitos a los tarahumaras en urgencias, consulta externa, pediatría, traslados, Rayos X y laboratorio, gracias al apoyo que benefactores brindan a través de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y de los recursos que ingresan por parte del Seguro Popular.

Aunque se requiere más apoyo en material, equipo y dinero para cubrir el salario de alrededor de 100 trabajadores —ya que el Complejo Asistencial Clínica Santa Teresita, tiene además de servicios de salud una escuela intercultural— la comunidad cuenta con servicios en la perforación de pozos para dotación de agua potable, una tienda de artesanías para apoyar la economía de los rarámuris, y reparto de alimentos a cambio de trabajo comunitario.Tomado de El Exelcior

 

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