Opinión

Urge verdadera educación sexual

  • Por EditoraSD
Urge verdadera educación sexual

La política abortista, antinatalista, así como la ideología de género y demás iniciativas de una anticultura de la muerte nos urgen a ser claros en la denuncia y rechazo de tales propuestas,  al tiempo que nos urgen a un empeño pastoral cada vez más decidido en iniciativas de acompañamiento a las mujeres embarazadas, formación de la conciencia de niños y jóvenes, verdadera educación sexual,con valores  -no basta distribuir irresponsablemente preservativos entre niños y jóvenes- se requieren procesos de crecimiento y maduración en el noviazgo, servicio pastoral a los matrimonios jóvenes, así como toda una política laboral y social que dé estabilidad económica y de salud a las personas y a las familias. Es ingenuo rechazar el aborto sin apoyar decididamente iniciativas de trabajo seguro, digno y bien remunerado; y, al mismo tiempo, programas educativos que hablen de la dignidad de la persona, incluida su sexualidad, del respeto y de la aceptación de si mismo y de los demás, del compromiso por construir en la justicia, sin violencia, sin discriminación,sin corrupción, una mejor sociedad. Al tiempo que decimos NO al aborto,  como crimen de un inocente, decimos SI a la vida como don precioso y primero de Dios. No criminalizamos a las abortistas, pero denunciamos el aborto.  "Conviene hacer esto sin omitir aquello) Mt 23,23 a propósito de la discusión  sobre el aborto, hago algunas puntualizaciones : 1. No es válido desautorizar la voz de la Iglesia con el pretexto del Estado laico o acusándola de una pretendida imposición religiosa. Ni lo uno ni lo otro. La defensa de la vida, aunque tiene su motivo religioso, es antes y primero un motivo de derechos humanos. No pretendemos imponer nada a nadie, sino defender lo que es común a todos: la defensa de la vida y su dignidad. 2. No es válido descalificar la enseñanza del Papa y de los Obispos por tratarse de varones, como dicen algunas feministas. Tal razonamiento responde más a criterios sexistas que ellas mismas desautorizar que a posturas racionales. 3. Cuando se aducen los casos de pedofilia para desautorizar a la Iglesia,  con humildad tenemos que denunciar también nosotros esos casos; al tiempo que debemos denunciar estos otros crímenes contra los no nacidos.

Gustavo Sánchez Prieto