*A Víctor no le han avisado *Está out *El Menordomo y Quezada Fornelli *La grilla en el tec

BELIEVE or not, pero El Recto Rector, Luis Fierro, que cobra más que el presidente de la república, pero en la uach y sin hacer mucho, está metido en un lío grueso en cdmx. Su inagotable sed de recursos le hizo meterse en problemas, al intentar manejar el dinero de la universiada nacional. No hay muchos datos por ahora pero se asegura que el asunto tocará las puertas de la auditoría superior de la federación y del propio senado de la república. De lo poco que se escucha por estos lares, se dice que pidió el depósito de los recursos para la organización de ese evento deportivo, en una cuenta  abierta para ese fin. Las peticiones que ha realizado a funcionarios para tener el control del evento, rayan en lo delictivo, a decir de los que saben de esos asuntos. Por lo pronto, de la capital del país, ordenaron correr traslado del expediente que aquí le abrieron los del observatorio universitario para revisar el caso. Está metido en serios aprietos El Parientón de aquél por sus turbios manejos, desvíos de recursos y su inactividad que ha enviado a la otrora máxima casa de estudios al sótano en la lista de las mejores universidades del país. El Recto Rector, se aproxima a su cita con el destino. 

POR angas o por mangas, este lunes entrará como director del tecnológico de Cuauhtémoc, el arquitecto Armando Serrano Salmón. Este personaje se desempeñaba como subdirector del tecnológico de Chihuahua II, en donde parece que partirán un pastel para celebrar el acontecimiento. Aunque es un gran logro para el tecnológico de Chihuahua II, deshacerse por fin de este personaje, tan oscuro, dicen, lleno de dudas y acusaciones de malos manejos de recursos, hay que señalar algunos puntos. Por ejemplo, la remodelación inflada, y los  eventos controversiales que organizara, tales como el caso del famoso ingeonóforo 2018, que al parecer le costó la salida a Gabriel Salazar Hernández de la dirección del tec II,  un fraude hacia los alumnos que rondaba los tres milloncejos de pesos. Cabe mencionar que parte de ese dinero nunca se devolvió en su totalidad, pero cómo sería esto si los alumnos se encontraban en franca indefensión, sin recibos y sin ningún comprobante. Fue una oscura administración que les amenazó con no dejarlos inscribirse o condicionarles su inscripción el siguiente semestre, si la hacían de tos. Que lamentable, dicen ahí, para el tecnológico de Cuauhtémoc, que en el servicio público se vuelva a premiar el servilismo sobre la carrera profesional pues en aquella ciudad existen más de tres que podrían encabezar la administración de ese honorable Tecnológico.

ALGO deberá decir Ana Karen Loredo Monsiváis, bautizada como La Chica Led, por su famosa aparición en la sesión de cabildo. La mujer exhibir atrás de la regidora y tocaya suya, Ana María Negrete, una cartulina con la leyenda sí a las luces led. Con porras, cantos y alabanzas, Ana Karen impulsó el voto de los regidores a favor del plan del alumbrado público, votado el viernes en cabildo. El único tema es que le sacaron que es funcionaria del municipio y que ocupa una jefatura de departamento en atención a la juventud. Bueno, el caso es que lo hizo en horas de trabajo y eso despertó la ira de la oposición en el ayuntamiento. La Chica Led llamó la atención por su natural y espontánea manera de manifestarse momentos antes de la votación. Tal vez se haya ganado algún contrato de publicidad para anunciar alguna marca famosa o algo por el estilo, porque la buscan denodadamente. La foto y la info circuló profusamente por las redes sociales todo el viernes y siguió el sábado con singular alegría. 

LO que sucede con Víctor Quintana no es más que la crónica de una muerte política anunciada desde hace rato. Por angas o por mangas, se ha resistido a salir del gobierno de Corral sabrá dios por qué razones. Empero, hace mucho que se convirtió en la oveja negra del gabinete porque no encaja en la ortodoxia política albiazul. Víctor sabe que Ramón Galindo no es un inexperto político y que tampoco se mueve solo, así que con mayor razón desconcierta su aferramiento. Tampoco es Quintana ingenuo, porque él mismo escogió su propio camino al mentirle a López Obrador, a los medios y a los ciudadanos, con el tema de su enfermedad. Tuvo que venir a Chihuahua Andrés Manuel, a gritarle en la plaza, para que se resolviera el tema: Víctor Quintana tiene la enfermedad del hueso, dijo, por el micrófono. Igual que La Fuhrer y otras feministas, el entonces candidato descubrió que ese grupo de izquierdistas sentían furor por el cheque y el poder público, que conocieron tarde pero empezaron a amar con furia inusitada. A Víctor se le han complicado tanto las cosas que anda como los sentenciados a muerte en el cereso: dicen que ya no viven, pero no les han avisado. No le quieren los tirios ni los troyanos y el único que le mantiene la fe es el barbón Alejandro Encinas, subsecretario de gobernación, cabeza de grupo al que perteneció Víctor en aquellos años.

CLEOFAS Ledezma es uno de los periodistas más viejos de Chihuahua y cuenta además con una memoria electrónica de elefante. Ha andado en todos los medios de comunicación y conoce desde hace largo rato las fuentes de información en la ciudad y en el estado. Ahora, en su último artículo, publicado en expresión semanario de periodistas, puso en su lugar a su ex compañero Panchito Muñoz, el que suele convertir la cerveza en jugo de naranja, truco que solo hace en palacio de gobierno, desde que es secretario privado de El Paisa. Literalmente, escribe Cleofas: Pancho Muñoz. Antes un mediocre y chayotero fotógrafo que extorsionaba a Quezada Fornelli en el Ministerio Publico Federal. Y a Chente González en la judicial federal ahora flamante secretario particular de Corral. Dice muchas cosas más, pero es rescatable, por la memoria del reportero, ésta que pinta de cuerpo entero a Panchito Muñoz, que ya come con manteca. Incluso, le atribuye una parte de las malas decisiones de Corral a este siniestro personaje, debido a la desinformación que hace circular al interior de palacio. Hay que recordar que Panchito Muñoz fue el fotógrafo asignado al reportero Cleofas Ledezma durante sus andanzas por un medio impreso local en la década de los ochentas. Para que escriba eso, algo sabrá