Chihuahua.- Todavía duele en el recuerdo de algunas familias chihuahuenses la tragedia ocurrida aquel día 1º de agosto de 1939, cuando un camión de plataforma que cargaba maquinaria pesada en su plataforma, se estrellara contra un camión de redilas que llevaba consigo a jovencitos exploradores que viajaban rumbo a Majalca para acampar, la maquinaria les cayó encima y mató a siete niños.
Es por ello que en el tramo antiguo a la carretera a ciudad Juárez, llamada “las Curvas del Perico”, se encuentra este Monumento a las “Siete Cabecitas”, que actualmente se encuentra vandalizado, en el olvido y, según lo atestiguan las imágenes, se ha convertido en una cantina pública al aire libre.
Gran cantidad de envases vacíos de cervezas se observan regados por enfrente y por detrás del monumento, ya que los visitantes del lugar aprovechan la ausencia total de autoridades policiacas y de vialidad por el lugar, que se concentran principalmente en el nuevo tramo corto de la Carretera Chihuahua a Juárez, precisamente donde se encuentra la Caseta Sacramento.
El acceso a las Curvas del Perico y su recorrido es gratuito, es decir, no tiene caseta de cobro, es por ello que muchas personas que no desean pagar su cuota en Sacramento, circulan por esta vialidad, a sabiendas de su peligrosidad por lo pronunciado de sus curvas y peraltes.
Esto también es pretexto para que algunas personas que les gusta circular por las calles de la ciudad bebiendo cerveza, se dirijan hacia el monumento para continuar la juerga, bebiendo sin medida y arrojando sus envases vacíos en el lugar.
Los niños fallecidos, cuyos rostros fueron plasmados para siempre en una máscara mortuoria que se exhibe en el monumento, son J.A. Méndez, Gutiérrez V. L. Díaz G., H. Brondo V., J. Giacoman y V.G. Gardea, por causa del vandalismo ya falta la placa donde se indica el nombre del tercer infortunado.
En la placa conmemorativa se destaca que este monumento fue construido con donativos de personas de todas las clases sociales y con la valiosa cooperación del constructor y director Ing. Oscar A. Martínez, Jefe de la Junta Local de Caminos, y el Comité Pro-Monumento a los niños víctimas en el kilómetro 21.
Al final del mensaje dice: “Por el respeto a la vida humana”, lo que en este caso se traduciría “Por el respeto a los monumentos de la ciudad, la memoria colectiva y la conservación del equilibrio ecológico”.
Está elección es crucial:
democracia o dictadura
con Claudia nos irá mal
¡Hay que sacar la basura..!
ESTE RAPAZ DESGOBIERNO
HUELE A AZUFRE DEL INFIERNO.
![[Siguen los topones de malandros en el Triángulo Dorado]](/__export/sites/laopcion/img/2024/04/19/1ofw5629vuHEMemG.jpg?v=3)
[Siguen los topones de malandros en el Triángulo Dorado]
Con tanto topón de malandros en la zona serrana del Triángulo Dorado, sobre todo en Guadalupe y Calvo, las autoridades ya deberían de haber instalado una base permanente y atender los reportes lo más pronto posible para no esperar horas y horas como lo están haciendo.
Estos enfrentamientos están afectando enormemente a los habitantes de las rancherías, ya que aunque no sean afines a ningún grupo criminal de los que están en guerra, de todas maneras les llegan los malandros, les quitan lo poco que tienen y hasta han llegado a privarlos de la vida. Otros han optado por salir huyendo, dejando todo lo que poseían.
Lo raro, dicen, es que por el lado de Chihuahua, los soldados y los de la Guardia Nacional no acuden solos cuando hay reportes de los topones, esperan a que lleguen los policías del estado para ir todos en bola.
¿Acaso no podrán solos los soldados y la Guardia Nacional atender los enfrentamientos?
De pilón, cuando finalmente se ponen de acuerdo y llegan a los puntos donde fueron reportadas las balaceras, suele pasar que solo hallan casquillos, de vez en cuando muertos, pero de detenidos nada de nada.
Ayer nada menos la fiscalía informó que hicieron trabajos de reconocimiento, búsqueda e investigación, sin que se localizaran personas heridas o fallecidas después de que reportaron un supuesto enfrentamiento entre civiles en Los Otates y Huerta de los Carrillo, en el municipio de Guadalupe y Calvo.
- Por Federico Guevara
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