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Presenta Cndh estudio especial sobre el caso de Carolina

Chihuahua.- La Comisión Nacional de Derechos Humanos, presentó en su portal el informe denominado "Informe Especial Adolescente: Vulnerabilidad y Violencia", en el cual estudiaron y presentaron el...
  • Por Federico Martínez Vargas
Presenta Cndh estudio especial sobre el caso de Carolina

Chihuahua.- La Comisión Nacional de Derechos Humanos, presentó en su portal el informe denominado "Informe Especial Adolescente: Vulnerabilidad y Violencia", en el cual estudiaron y presentaron el caso de Ana Carolina López Enriquez, joven que en el 2013 asesinara a sus padres adoptivos con ayuda de su novio  y un amigo de este, destacando en su declaración que fue víctima de golpes y humillaciones, motivo por el cual relato haberles quitado la vida, a lo cual hoy se arrepiente e incluso les llora.

Bajo el seudónimo de "Yolanda", Ana Carolina fue entrevistada por la CNDH para poder investigar las causas que la orillaron a cometer este crimen en mayo del 2013, a lo cual fue condenada a una pena de 14 años y seis meses de carcel. La cual cumple en el centro de reinserción social para menores infractores.

"Yolanda es una joven que lleva tres años interna en un centro para adolescentes en el Estado de Chihuahua y quien tiene una pena de 14 años por haber dado muerte a sus padres adoptivos. Ella estudió hasta el primer grado de la preparatoria antes de ingresar y dice que le gustaba mucho estudiar", cita parte del texto.

En él se narra que su padre biológico es un hombre que pide limosna en las calles de la ciudad, su madre biológica murió de SIDA cuando ella nació y que cuando ella tenía un año, fue adoptada por una pareja en la que el padre tenía 65 años y la madre 45, que este era el segundo matrimonio para el señor que tenía seis hijos de una unión previa.

Ella explica: “los hijos de mi papá adoptivo no eran como mis hermanos, no procuraban a su papá más que para pedirle dinero y eso me molestaba mucho. Ellos ya eran mayores de edad cuando yo era pequeña”.

Se dirige a su padre adoptivo como su “padrastro” y refiere haber sufrido malos tratos, humillaciones y abusos sexuales por parte de él cuando era pequeña. Señala también que su madre adoptiva le tenía miedo a su padrastro y por eso no la defendía. El padrastro consumía alcohol con frecuencia y era dueño de varios bares y cantinas en la localidad, así como tenía diversas propiedades y cuentas bancarias, por lo que tenía una buena posición económica.

“Yo quería amor –dice Yolanda- y ellos sólo lo compraban todo con dinero, pero nunca mostraban su cariño con humildad. Nadie va a entender lo que yo aguanté muchos años; no lo hice porque sí, tuve mis motivos. Yo, desde los diez años, tenía mucho coraje contra los dos por golpes, regaños, presiones, humillaciones y la edad de ellos no ayudaba, teníamos muy mala relación. Yo sólo tenía confianza con mi pareja y un día le dije que si me ayudaba a matarlos y me dijo que sí y él le dijo a un amigo suyo que también nos ayudó", cita el informe.

Con respecto a sus cómplices, la joven narra que el novio y su amigo tenían 18 años y ahora se encuentran en la cárcel con una sentencia de 37 años. "Yo lo planeé, les dije a qué hora fueran a mi casa, les dije que quería que mis papás tuvieran una muerte rápida y no sangrienta así que el amigo estranguló a mi mamá y mi novio asfixió a mi papá... Yo fingí que los habían secuestrado y comenzaron a investigar a todos mis tíos y no pensé que me iban a entrevistar a mí y también entrevistaron a mi novio y como caímos en contradicciones, se dieron cuenta y yo prácticamente me entregué".

Narra que ella estaba en shock, no asimilaba nada y no podía creer lo que había sucedido, no lloraba, contestaba todo tranquila, sin alterarme, a lo que la jueza le dijo cosas muy feas, "dijo que yo no era normal ni sociable, que era psicópata porque nunca me vio llorar. Lo que pasa es que yo estaba en shock, no asimilaba nada y no podía creer lo que había sucedido...”.

Explica que estando interna ha recuperado la relación con su papá biológico quien la visita cada semana y la apoya. Dice que estar interna le ha servido “para aprender nuevas cosas y para valerme por mí misma y aprender a valorar las cosas. Ahora he podido extrañar a mis papás adoptivos y llorar por ellos, concluye”. Cuando recobre su libertad, a Yolanda lo que más le gustaría es poder llegar a ser una bailarina profesional.

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