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LA MEGA

  • Por Editor R
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La senadora Andrea Chávez fue contagiada, de plano, por el síndrome de La Corraleja sin moraleja. No puede explicarse, de otro modo, cómo es que declarara a La Jornada que no fue ella la causante del desmother interno de Morena. Su desmedida ambición, el gasto de sus inagotables recursos económicos, su gigantesca campaña anticipada, su enorme foto en las unidades médicas y luego el uso de recursos públicos de otros estados, provocó la intervención de la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. La Presi envió a Morena una carta para rogar encarecidamente que se paren las campañas adelantadas y se regrese a lo practica de valores éticos en el neo partido. Pero Andreíta, presa ya de la megalomanía que mantiene enfermo a su asesor político estrella, el Exgobernador, Javier Corral, escondió la cabeza y lisa y llanamente respondió que no había sido ella la causante del terrible relajo que se armó a nivel nacional en Morena. Fue algo así como la fábula del sapo y el cocodrilo. Y todavía se dio el lujo de reiterar que sus mentadas caravanas de la salud seguirán en el estado de Chihuahua.