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Intenta connor mc gregor llamar la atención

  • Por Editor Turnoc
Intenta connor mc gregor llamar la atención

EU.- Conor McGregor peleó por última vez el pasado 10 de julio. ‘The Notorious’ se cerró su trilogía con Dustin Poirier perdiendo el combate por culpa de una aparatosa y desagradable lesión. El irlandés pateó a su rival en la parte baja de la pierna y se partió la tibia de su extremidad de apoyo al recoger el golpe. No pudo continuar y abandonó el recinto con la pierna entablillada. Desde entonces no se ha vuelto a meter en la jaula y ha ido perdiendo repercusión a medida que han pasado los meses.

Sin Conor McGregor activo, otros nombres han ido tomando su sitio y su carrera ha empezado a entrar en declive. Ha empezado a enfilar la cuesta abajo camino de un retiro más próximo que lejano. Algo que a una persona como ‘The Notorious’ le aterra. Dejar las artes marciales mixtas significaría perder repercusión en la prensa, desaparecer del foco público y pasar de ser un mastodonte mediático que respaldaba todo lo un decía dentro de la jaula a ser un simple bocazas brabucón al que se le vieron las costuras en sus últimas peleas y que pierde la fuerza por la boca. Dicho de otro modo, un auténtico drama para alguien como McGregor, que necesita llamar ser noticia a cualquier precio.

Durante su tiempo en el dique seco, y ante la imposibilidad de repartir mamporros, Conor ha dejado correr su lengua, o mejor dichos sus dedos sobre las teclas del móvil para tirar de trash-talk en redes sociales y hacerse notar. El problema es que en otro momento hubiera intimidado a la mayoría de los que se dirigiese, pero ahora, sobre todo los más jóvenes, no le tienen demasiado respeto. Hasta el rapero Machine Gun Kelly tuvo el valor de encararse con él en una entrega de premios.

Los tiempos han cambiado y tirarle dardos a cualquier luchador con el que antes ha podido tener una rivalidad, por pequeña que fuese, sólo sirve para desencadenar un torrente de respuestas irrespetuosas, desprecios y mofas. Es cierto que sirve para recordar a todo el mundo que sigue ahí, pero quizás las formas no sean las mejores. A los desplantes de Nate Diaz o Jorge Masvidal se han unido los de toda una camada de luchadores que no le ven como una amenaza, y menos en una división tan competitiva como el peso ligero, en la que reina Charles Oliveira y en cuyo ranking aparecen hasta ocho nombres antes del de un McGregor al que sólo le queda amenazar con una vuelta épica para crear expectación.

“Estaré haciendo sparring de artes marciales mixtas en abril. ¡Fácil! Para entonces mi vuelta será inminente. Pero debo ser paciente. ¡Lo lograré!”, comentó en Twitter un McGregor que parece justificarse ante aquellos que ya le dan por retirado. “Me quedan dos peleas en mi contrato [con la UFC]. Acabaré con todo el Top 10. ¡No puedo esperar para volver a los sparring para mi regreso”. Habrá que ver si para entonces todavía tiene peso en la promotora.

Es innegable que Conor McGregor siempre vende. Da igual que sea un combate por el título o no. Una cartelera encabezada por el irlandés es un éxito garantizado, tanto en venta de entradas como en pay-per-view. Lo que sucede es que ‘The Notorious’ ya no es ni el campeón ni el aspirante, sino simplemente el reclamo. La gallina de los huevos de oro a la que le quedan muy pocos por poner. Y él lo sabe. Presumir y vender la moto de un revolucionario sistema de entrenamiento y alimentación mediante el que ha ganado 14 kilos de puro músculo para estar listo a la hora de volver a entrar en la jaula es sólo un gancho más. Otro de muchos, aunque algunos no sean precisamente brillantes, como por ejemplo declararse públicamente antivacunas, para después recular y hacer un donde-dije-digo-digo-Diego de manual.

Su última polémica vino a costa del plan de vacunación del Covid-19. Una calentada que le ha hecho más daño que otra cosa, pero que a la vez le ha devuelto a los medios. “¿Crees que forzar a la gente a inyectarse algo en su cuerpo no es un crimen? La gente debe tener derecho a elegir. Está en camino un intento de la Unión Europea de obligar al pueblo a vacunarse y no puedo estar de acuerdo con eso, pero sé que los perritos falderos que están en el poder harán lo que les digan”, tuiteó McGregor. “Es momento de que Irlanda abandone la Unión Europea. Forzar a la gente a vacunarse es un crimen de guerra”.

Viendo el revuelo que se había organizado, Conor borró estas publicaciones y escribió una rectificación con algunos matices. “Forzar a alguien a inyectarse algo que no quiere en su cuerpo está aberrantemente mal. No estoy en contra de las vacunas, pero sí en contra de no poder elegir. Dios bendiga a los que piensan de otro modo”. Y es que alguien que está más pendiente de sus negocios que de cualquier otra cosa debe mirar por su imagen y sus ingresos.

Su cuenta personal de Twitter es un espejo de la realidad del Conor actual. En su foto de perfil aparece con un traje impecable, como hombre de negocios, mientras que sólo en su foto de ‘fondo’ se le puede ver encaramado a la jaula con los que fueran sus dos cinturones de campeón de la UFC. Hacer scroll en su timeline significa encontrarse con un sinfín de imágenes promocionales de sus negocios, empezando por su marca de whisky irlandés. Dicho de otro modo, McGregor es ya mucho más un empresario que un peleador. Su última gran inversión económica lo deja bien claro. Destinar alrededor de 100 millones de euros a un proyecto inmobiliario que incluye la construcción de viviendas y un centro comercial deja claro que hay que mirar el bolsillo porque sus días dentro del octógono están cerca de convertirse en un bonito recuerdo de lo que le puso en la posición de amasar una fortuna que ya no crecerá peleando. Y por eso no quiere que nos olvidemos de él en la recta final.

Tomado de Yahoo Deportes.