Cambio y fuera

[Desiertas]

  • Por Reportero Dos
[Desiertas]

Si antes los viajeros tenían miedo andar por las carreteras que conducen a Ojinaga, ahora las cosas están peor después de la balacera ocurrida hace unos días.

Dicen que desde ese topón de malandros, que misteriosamente no dejó muertos, solo vehículos calcinados y abandonados, el miedo de los viajeros aumentó, principalmente en las noches.

Comentan que pocos los vehículos que transitan por las carreteras que conducen a Ojinaga, tanto la que va de Chihuahua como la de Camargo, ambas luces desiertas.

A la inseguridad hay que sumarle la falta de vigilancia de las autoridades locales y federales y, de paso, la gran cantidad de baches.

Durante el día, en la carretera de Chihuahua a Ojinaga se ven de vez en cuando las unidades de la policía, soldados y Guardia Nacional, pero apenas cae la noche y la cosa cambia.

Y en la carretera que va a Camargo, parece que el asunto está peor, porque en pleno día los malandros han intentado detener a viajeros con trocones mamalones.

Así las cosas en las rúas rumbo a Ojinaga.