La Fuente Móvil

ANSIAS DE NOVILLERO

  • Por Editora Dai
ANSIAS DE NOVILLERO

En la jerga taurina se refiere a la desesperación por estar en el ruedo y triunfar como “ansias de novillero”, las que son mencionadas en la célebre novela de Luis Spota titulada “Más Cornadas Da el Hambre”. Así han catalogado en Morena a la Senadorcita Andrea Chávez: con unas ansias de novillero que le llenan la cabeza de delirios que la hacen soñar con que puede ocupar la silla que hoy ocupa Maru Campos. Ayer en la visita de Luisa María Alcalde, quedó claro que Cruz Pérez Cuéllar es una figura política con talante como lo es Enrique Ponce en la tauromaquia; por eso se llevó de calle ayer a Andrea y la borró del mapa frente a Luisa María y lo que más le dolió: frente a Andy “El Dandy” López Beltrán, quien a pesar de no ser el dirigente, tuvo un besamanos como los del priismo de los años 70. No hubo personaje de Morena que no se dirigiera al Dandy López Beltrán como si fuera la figura más importante del evento guinda. No hay adjetivos más claros que arrastrados y sumisos para quienes hicieron uso de la palabra y quisieron congraciarse con el orgullo del nepotismo lopezobradorista. La Senadorcita sueña y vive pensando en Maru Campos; está obsesionada al exceso y se vio que traía línea de La Corraleja al tirar un buscapiés duartista contra Cruz Pérez Cuéllar y con esa falta de identidad lingüística que denota su falso acento de Cindy La Regia. De Juan Carlos Loera no hay mucho que esperar: tiene escasez de neuronas y ninguna conectada con la boca; siguió con la línea corralista de apoyo absoluto a la Senadorcita Chávez. El presidente del Consejo Estatal Moreno, Hugo González estaba visiblemente nervioso en esta primera gran oportunidad de hablar frente al hijo del Tlatoani López Obrador y su mensaje, aunque ecuánime, no tuvo mucho contenido. La dirigente nacional sigue viviendo en el pasado, al mencionar a López Obrador sin ton ni son, como si nunca se hubiera ido. Fue evidentemente la idolatría de Alcalde al Tlatoani López Obrador, que no ocultó que imita los tonos de voz, gestos y las pausas de AMLO, así como lo hace La Sheinbaum en sus mañaneras chafientas. En conclusión: el evento parece fue copia fiel de alguna cinta de 8 milímetros de eventos priistas de los tiempos de Echeverría o Díaz Ordaz.