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Exige Alcalde sanciones por hallazgo de más de 300 cuerpos en crematorio

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Exige Alcalde sanciones por hallazgo de más de 300 cuerpos en crematorio

Chihuahua.- El alcalde de Chihuahua, Marco Bonilla, calificó como “muy triste y delicada” la situación del crematorio en Ciudad Juárez donde fueron hallados más de 300 cuerpos en condiciones irregulares. Señaló que el caso evidencia una grave omisión en las revisiones sanitarias y pidió acelerar las investigaciones para determinar responsabilidades administrativas y penales.

Bonilla subrayó que la empresa presuntamente operó sin supervisión durante años, acumulando cuerpos desde 2020. “Creo que esta empresa jamás tuvo revisión”, expresó. 

También urgió a identificar a las víctimas para entregarlas a sus familias y propuso revisar la operatividad de instancias como Cofepris y Coespris.

Finalmente, consideró que el caso debe escalar al ámbito legislativo para endurecer sanciones contra quienes incumplan normas de salubridad en este tipo de servicios.

 

Dios y la vida nos tienen al frente del cargo: Apela Bonilla a la fe como principio de gobierno

Chihuahua.- Durante la firma entre Municipio y Fechac en Chihuahua, el alcalde Marco Bonilla destacó que “Dios y la vida nos tienen al frente del cargo”, añadiendo que su responsabilidad como gobernante es “generar el mayor bien común posible”. Esta afirmación, más allá de su tono devocional, abre la puerta a una interrogante política: ¿qué lugar ocupa la fe personal en la toma de decisiones públicas?

Bonilla sostuvo que los gobernantes no deben imponer credos, pero sí reconoció a la espiritualidad como una guía para colocar “a la persona en el centro” frente a fenómenos como el desempleo derivado de la automatización. El discurso coincidió con un reconocimiento a organizaciones sociales como Fechac, de fuerte arraigo religioso, por su papel en fortalecer el tejido comunitario.

No obstante, desde una lectura crítica, el mensaje apunta a una estrategia de gobernabilidad que apela al valor simbólico de la religión en momentos de incertidumbre social —como los provocados por la inteligencia artificial o por crisis institucionales como la del crematorio en Juárez— mientras diluye responsabilidades estructurales detrás del llamado moral.

Para algunos observadores, el énfasis en “Dios nos tiene al frente del cargo” tensiona los principios del Estado laico, y aunque no constituye una imposición religiosa directa, sí refuerza un modelo político donde lo espiritual se mezcla con las funciones públicas de forma cada vez más normalizada.