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Plaza de toros La Esperanza, todo una historia

En su momento moderna y retadora, la Plaza de Toros La Esperanza fue inaugurada con gran esplendor un 1 de mayo de 1965. Hoy en día el único coso taurino de tamaño y tradición...
  • Por Denisse

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En malas condiciones

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Sillas en malas condiciones

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La arena

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Chihuahua.- (Por Héctor Arriaga) En su momento moderna y retadora, la Plaza de Toros La Esperanza fue inaugurada con gran esplendor un 1 de mayo de 1965. Hoy en día el único coso taurino de tamaño y tradición en Chihuahua capital está en plena decadencia y ni la realización de corridas grandes como la programada para este sábado harán que despierte de su letargo.

Como tratando de recuperar el brillo que alguna vez tuvo, y para beneplácito de la grande y fiel afición taurina que sobrevive a la orfandad en que la mantienen, se presentarán dos figuras del toreo contemporáneo, el rejoneador español de talla internacional Pablo Hermoso de Mendoza, y el ídolo local y uno de los toreros mexicanos con mayor cartel actualmente Antonio García “el Chihuahua”, pero ni eso será suficiente para reverdecer laureles entre otras razones porque el lugar les quedará chico.

A 51 años de que por primera vez se realizara una corrida, La Esperanza luce hoy abandonada y decrépita. En los tendidos es evidente el paso del tiempo lo mismo que en sus pasillos y muros.

Únicamente la arena del redondel, donde rejoneador y torero harán gala de sus habilidades, luce tersa y apropiada para grandes faenas, porque a fin de cuentas es una plaza pequeña comparada con una Monumental Plaza de toros México.

Entrar a la plaza es penetrar a un lugar muerto, y el único signo de vida es la taquilla abierta donde atienden dos personas, y los corrales donde 8 bureles esperan el día en que con su bravura darán o quitarán fama a los toreros.

Pero nadie más se puede ver, ni trabajadores tratando de mantener el lugar limpio, ni personal reparando las muchas averías que son evidentes. Especialmente en los palcos, donde se supone acude la crema y nata de la sociedad, pueden observarse sillas metálicas viejas y despintadas, donde difícilmente resalta ya la publicidad plasmada en el viejo logo de la de la Pepsi Cola.

Pero La Esperanza no siempre fue lo poco que hoy es. Han pasado por su ruedo toreros de la talla de un Alfredo Leal, el Chihuahuense Raúl Contreras “finito” y rejoneadores de la talla de Gastón Santos pero todo ello quedó en el pasado 

Sucia y semi abandonada, muestra el deterioro que los años van dejando como sedimento del tiempo que se fue, y sólo un milagro podría traer su renacimiento. En ello tienen que ver los elevados precios.

Los boletos están a la venta desde ya y se comercializan a 300 pesos en general, 500 pesos preferente llegando hasta los mil 200 y mil 300 pesos dentro de las primeras filas.

Nada que ver con aquel primero de mayo en que, según nos cuenta Oscar A. Viramontes en sus Crónicas Urbanas, para que se presentaran en la corrida inaugural los matadores Jaime Bravo, Antonio del Olivar, el "Artista de Celaya" y Jaime Rangel "El Ídolo de México"; acompañados de sus correspondientes cuadrillas de picaderos y banderilleros de la "Unión Mexicana de Picaderos y Banderilleros".

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