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Tortura, fabricaciones y falsos testigos con paga en caso miroslava

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Tortura, fabricaciones y falsos testigos con paga en caso miroslava

Por Guadalupe Lizárraga de Los Ángeles Press.- Uno de los asesinatos de periodistas más mediáticos internacionalmente ha sido el de Miroslava Breach Velducea, perpetrado la mañana del 23 de marzo de 2017. La gran consternación que causó en el gremio periodístico fuera y dentro de México promovió investigaciones independientes a las diferentes versiones oficiales dadas por el gobierno estatal y el federal, que revelaron contradicciones y la disputa por el posicionamiento mediático. Los Ángeles Press, por su parte, revela que en ambos niveles de gobierno se han cometido actos de tortura, falsedad de declaraciones y se pagó mensualmente por lo menos a un testigo falso para manipular el caso.

Uno de los hechos al que se le dio gran difusión -promovido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua- fue a la detención de Édgar Salazar Gaxiola, de 23 años, hijo de Crispín Salazar Zamorano. Primero se le detuvo el 22 de enero de 2019, por una denuncia de secuestro contra su expareja sentimental; después se le incriminó en los medios del asesinato de la periodista Miroslava Breach, el 9 de febrero de 2019, a través de un boletín de prensa que puso en circulación la fiscalía. Posteriormente, se le obligó bajo coacción y tortura a incriminar a su padre, Crispín Salazar Zamorano, y a mencionar a otros miembros de su familia que no conoce personalmente.

Sin embargo, las fabricaciones no empezaron allí. El mismo gobernador de Chihuahua Javier Corral, aquel 23 de marzo, dos horas después del asesinato de la periodista, salió a los medios y señaló que se trataba de una amenaza del narcotráfico contra él “por su cercanía” con la corresponsal del diario La Jornada. Más tarde, señaló que “sin duda” había sido un “silenciamiento” a la periodista quien “documentó las relaciones del narcotráfico con el PRI de Chihuahua”.

Después de estos señalamientos, periodistas mexicanos e internacionales cuestionaron públicamente al gobernador por las imprecisiones y la premura de la información relacionada con el crimen. Entre los cuestionamientos, se destacaron las tres diferentes versiones sobre la cartulina “plantada” en el auto en que se disponía a viajar Miroslava Breach, y en las que supuestamente se amenazaba al gobernador.

El diario La Jornada fue el primero en difundir la imagen de un hombre que llevaba enrollada la cartulina y que introdujo en el auto de la víctima. Las autoridades señalaron que se trataba de una imagen obtenida de los videos de seguridad, momentos antes del ataque, pero que ellos oficialmente no la habían difundido.

La primera versión del contenido del contenido de la cartulina, se dio a conocer el jueves 23 de marzo, a las 12:39 horas y lo reprodujeron masivamente en redes sociales:

“Por lenguona”.

La segunda versión, jueves 23 de marzo, a las 16:00 horas:

“Por lenguona. Sigue tu gobernador. El 80”.

Y la tercera versión, sábado 25 de marzo, a las 6:43 horas:

“Esto les pasará a toda la gente lengua suelta y llegadas al gobernador y voy por ti gober. Atte: El 80”.

La Asociación de Periodistas y comunicadores del Estado de Chihuahua, en carta pública con fecha del 27 de marzo de 2017 -reproducida en Los Ángeles Press– hizo observaciones puntuales al gobernador Javier Corral:

1.- A las pocas horas de haberse perpetrado el asesinato de nuestra colega Miroslava Breach, usted, sin mayor fundamento, vinculó el hecho al crimen organizado, sugiriendo una represalia al trabajo periodístico de la colega, quien cubría hechos de política, corrupción y nota roja.
No es la primera vez que un gobernador en nuestro estado y en México hace tan irresponsables declaraciones para desviar la atención de la verdad o para dar una oportunista respuesta por la presión mediática. Sobre todo cuando las autoridades estatales han fomentado, por su indiferencia o incapacidad, la impunidad sistemática del asesinato de 21 periodistas en el estado desde el año 2000.

2.- Usted declaró que sabía desde hace dos años que Miroslava Breach estaba siendo amenazada. ¿Por qué usted, siendo entonces senador, no hizo nada al respecto si tenía el poder y los recursos institucionales para prevenir el hecho? ¿Ni aún la cercanía que asegura usted haber tenido con nuestra colega lo impulsó a actuar? ¿Por qué?

3.- Una de las características de los asesinatos de periodistas y jóvenes mujeres en Chihuahua (desde 1993) ha sido la impunidad por una parte, y la fabricación de culpables para simular justicia, por otra. ¿Ahora sí sería diferente con la investigación del asesinato de nuestra compañera de La Jornada?

4.- ¿Cuál es la diferencia de este crimen con respecto a los 21 anteriores de nuestros colegas para que usted, en su calidad de gobernador, ahora sí ordene investigar a fondo como lo ha anunciado en la prensa nacional e internacional? ¿Se debe a una distinción por el medio en el que trabajaba Miroslava? ¿A la supuesta amistad con Usted? ¿O a la internacionalización mediática de este asesinato?

5.- Si Usted, a las pocas horas ya tenía elementos informativos para hablar a los medios sobre las posibles causas como lo hizo, ¿por qué hay tres diferentes versiones de un elemento con el que usted adjudica el crimen a Carlos Arturo Quintana, El 80, líder del Cártel de Juárez?

6.- Si el Cártel de Juárez es el responsable del crimen de Miroslava, como usted apunta, ¿por qué usted tendría que ser amenazado a través de ella? En todo caso, el mismo cártel tiene los medios directos, las personas más allegadas a usted dentro del mismo gobierno para presionar, negociar o actuar con o contra su administración, como cualquier otro cártel en cualquier otro estado de nuestro país. ¿Por qué impulsó usted esta información sin tener las evidencias suficientes, utilizando el nombre de nuestra colega en su favor, como si usted fuera víctima y no el principal responsable de la falta de seguridad en el estado?

Los periodistas mexicanos e internacionales estamos cansados de que el poder, cualquiera sea éste, nos use, nos calle, nos amenace, nos asesine; y ustedes –los políticos profesionales– sean la única voz dominante del «esclarecimiento de los hechos», lo cual significa en México el sello de la impunidad contra la dignidad de nuestras vidas perdidas.

Estamos cansados de llorar en silencio a nuestros colegas y amigos. Cansados de ser un titular de lamento en nuestros propios medios y en nuestros perfiles en redes sociales. Mientras ustedes, desde el gobierno, desde el poder, siguen ganando –de una u otra forma– con nuestras muertes y nuestro silencio. Firmas.

A la carta se sumaron firmas de periodistas de España, Holanda, Argentina, Venezuela, México y Estados Unidos. Sin embargo, el gobernador fue indiferente a los cuestionamientos, y continuó con la misma manipulación mediática.

Las filtraciones de Peniche

Para finales de diciembre de 2017, en medio de escándalos protagonizados por el mismo gobernador Javier Corral, el fiscal del estado de Chihuahua César Augusto Peniche Espejel sería responsable de la filtración de información al Diario de Juárez sobre la ejecución de una persona en Álamos, Sonora, al que se presentó como el presunto homicida material de Miroslava.

El diario en referencia afirmaba que según “datos confidenciales”, la fiscalía tenía “plenamente reconocido” a la persona victimada el 19 de diciembre en Álamos, Sonora, bajo el nombre de Ramón Andrés Zavala Corral, de 25 años, como el asesino de Miroslava.

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Por Guadalupe Lizárraga

Uno de los asesinatos de periodistas más mediáticos internacionalmente ha sido el de Miroslava Breach Velducea, perpetrado la mañana del 23 de marzo de 2017. La gran consternación que causó en el gremio periodístico fuera y dentro de México promovió investigaciones independientes a las diferentes versiones oficiales dadas por el gobierno estatal y el federal, que revelaron contradicciones y la disputa por el posicionamiento mediático. Los Ángeles Press, por su parte, revela que en ambos niveles de gobierno se han cometido actos de tortura, falsedad de declaraciones y se pagó mensualmente por lo menos a un testigo falso para manipular el caso.

Uno de los hechos al que se le dio gran difusión -promovido por la Fiscalía General de Justicia del Estado de Chihuahua- fue a la detención de Édgar Salazar Gaxiola, de 23 años, hijo de Crispín Salazar Zamorano. Primero se le detuvo el 22 de enero de 2019, por una denuncia de secuestro contra su expareja sentimental; después se le incriminó en los medios del asesinato de la periodista Miroslava Breach, el 9 de febrero de 2019, a través de un boletín de prensa que puso en circulación la fiscalía. Posteriormente, se le obligó bajo coacción y tortura a incriminar a su padre, Crispín Salazar Zamorano, y a mencionar a otros miembros de su familia que no conoce personalmente.

Sin embargo, las fabricaciones no empezaron allí. El mismo gobernador de Chihuahua Javier Corral, aquel 23 de marzo, dos horas después del asesinato de la periodista, salió a los medios y señaló que se trataba de una amenaza del narcotráfico contra él “por su cercanía” con la corresponsal del diario La Jornada. Más tarde, señaló que “sin duda” había sido un “silenciamiento” a la periodista quien “documentó las relaciones del narcotráfico con el PRI de Chihuahua”.

Después de estos señalamientos, periodistas mexicanos e internacionales cuestionaron públicamente al gobernador por las imprecisiones y la premura de la información relacionada con el crimen. Entre los cuestionamientos, se destacaron las tres diferentes versiones sobre la cartulina “plantada” en el auto en que se disponía a viajar Miroslava Breach, y en las que supuestamente se amenazaba al gobernador.

El diario La Jornada fue el primero en difundir la imagen de un hombre que llevaba enrollada la cartulina y que introdujo en el auto de la víctima. Las autoridades señalaron que se trataba de una imagen obtenida de los videos de seguridad, momentos antes del ataque, pero que ellos oficialmente no la habían difundido.

Imagen difundida por La Jornada.

La primera versión del contenido del contenido de la cartulina, se dio a conocer el jueves 23 de marzo, a las 12:39 horas y lo reprodujeron masivamente en redes sociales:

“Por lenguona”.

La segunda versión, jueves 23 de marzo, a las 16:00 horas:

“Por lenguona. Sigue tu gobernador. El 80”.

Y la tercera versión, sábado 25 de marzo, a las 6:43 horas:

“Esto les pasará a toda la gente lengua suelta y llegadas al gobernador y voy por ti gober. Atte: El 80”.

La Asociación de Periodistas y comunicadores del Estado de Chihuahua, en carta pública con fecha del 27 de marzo de 2017 -reproducida en Los Ángeles Press– hizo observaciones puntuales al gobernador Javier Corral:

A las pocas horas de haberse perpetrado el asesinato de nuestra colega Miroslava Breach, usted, sin mayor fundamento, vinculó el hecho al crimen organizado, sugiriendo una represalia al trabajo periodístico de la colega, quien cubría hechos de política, corrupción y nota roja.
No es la primera vez que un gobernador en nuestro estado y en México hace tan irresponsables declaraciones para desviar la atención de la verdad o para dar una oportunista respuesta por la presión mediática. Sobre todo cuando las autoridades estatales han fomentado, por su indiferencia o incapacidad, la impunidad sistemática del asesinato de 21 periodistas en el estado desde el año 2000.

Usted declaró que sabía desde hace dos años que Miroslava Breach estaba siendo amenazada. ¿Por qué usted, siendo entonces senador, no hizo nada al respecto si tenía el poder y los recursos institucionales para prevenir el hecho? ¿Ni aún la cercanía que asegura usted haber tenido con nuestra colega lo impulsó a actuar? ¿Por qué?

Una de las características de los asesinatos de periodistas y jóvenes mujeres en Chihuahua (desde 1993) ha sido la impunidad por una parte, y la fabricación de culpables para simular justicia, por otra. ¿Ahora sí sería diferente con la investigación del asesinato de nuestra compañera de La Jornada?

¿Cuál es la diferencia de este crimen con respecto a los 21 anteriores de nuestros colegas para que usted, en su calidad de gobernador, ahora sí ordene investigar a fondo como lo ha anunciado en la prensa nacional e internacional? ¿Se debe a una distinción por el medio en el que trabajaba Miroslava? ¿A la supuesta amistad con Usted? ¿O a la internacionalización mediática de este asesinato?

Si Usted, a las pocas horas ya tenía elementos informativos para hablar a los medios sobre las posibles causas como lo hizo, ¿por qué hay tres diferentes versiones de un elemento con el que usted adjudica el crimen a Carlos Arturo Quintana, El 80, líder del Cártel de Juárez?

Si el Cártel de Juárez es el responsable del crimen de Miroslava, como usted apunta, ¿por qué usted tendría que ser amenazado a través de ella? En todo caso, el mismo cártel tiene los medios directos, las personas más allegadas a usted dentro del mismo gobierno para presionar, negociar o actuar con o contra su administración, como cualquier otro cártel en cualquier otro estado de nuestro país. ¿Por qué impulsó usted esta información sin tener las evidencias suficientes, utilizando el nombre de nuestra colega en su favor, como si usted fuera víctima y no el principal responsable de la falta de seguridad en el estado?

Los periodistas mexicanos e internacionales estamos cansados de que el poder, cualquiera sea éste, nos use, nos calle, nos amenace, nos asesine; y ustedes –los políticos profesionales– sean la única voz dominante del «esclarecimiento de los hechos», lo cual significa en México el sello de la impunidad contra la dignidad de nuestras vidas perdidas.

Estamos cansados de llorar en silencio a nuestros colegas y amigos. Cansados de ser un titular de lamento en nuestros propios medios y en nuestros perfiles en redes sociales. Mientras ustedes, desde el gobierno, desde el poder, siguen ganando –de una u otra forma– con nuestras muertes y nuestro silencio. Firmas.

A la carta se sumaron firmas de periodistas de España, Holanda, Argentina, Venezuela, México y Estados Unidos. Sin embargo, el gobernador fue indiferente a los cuestionamientos, y continuó con la misma manipulación mediática.

Las filtraciones de Peniche

Para finales de diciembre de 2017, en medio de escándalos protagonizados por el mismo gobernador Javier Corral, el fiscal del estado de Chihuahua César Augusto Peniche Espejel sería responsable de la filtración de información al Diario de Juárez sobre la ejecución de una persona en Álamos, Sonora, al que se presentó como el presunto homicida material de Miroslava.

El diario en referencia afirmaba que según “datos confidenciales”, la fiscalía tenía “plenamente reconocido” a la persona victimada el 19 de diciembre en Álamos, Sonora, bajo el nombre de Ramón Andrés Zavala Corral, de 25 años, como el asesino de Miroslava.

Los cuestionamientos públicos al fiscal por parte de Los Ángeles Press fueron muy puntuales. Si esto era cierto:

¿Por qué la fiscalía de Chihuahua tuvo que “filtrar” esta información a un diario de Ciudad Juárez, en vez de dar una conferencia de prensa formal en la capital del estado, donde está su sede, y es el lugar donde asesinaron a Miroslava? ¿Por qué no se organizó esta rueda de prensa después de cumplimentar el proceso de investigación que viene realizando la unidad especial nombrada por el gobernador Javier Corral, y de la que él mismo aseguró ante medios nacionales formar parte y tener reuniones cada tercer día?

La unidad especial de investigación se había integrado precisamente para que no hubiera filtraciones informativas, argumentando la seguridad de los agentes investigadores con el fin de evitar persecuciones, amenazas u otro tipo de acoso por grupos delictivos. La unidad estaba ubicada en el Complejo de Seguridad, conocida como C4, una zona resguardada por y para agentes, y ninguno de los miembros de ese grupo interdisciplinario de investigación debía dar a conocer a sus compañeros de la fiscalía ni de ninguna otra instancia gubernamental el asunto de interés.

La fiscalía del estado guardó silencio respecto a la filtración, y se avizoraba cierto fracaso en el inicio de la investigación porque contradecía el principio de discrecionalidad y ética para el manejo de información sensible que aún no había sido verificada.

La filtración a El Diario de Juárez además apuntó que “el hombre fue identificado extraoficialmente”. ¿Qué significaba esto para la fiscalía de Chihuahua? ¿Que un agente investigador lo identificó sin hacerlo público de manera oficial? ¿Que fue identificado por una persona ajena a la investigación oficial? ¿Que al momento de ser identificado la fiscalía no sabía de quién se trataba?

También la fiscalía y el diario dejaban otras preguntas básicas sin responder: ¿en dónde se identificó “extraoficialmente”? ¿En la morgue de Hermosillo, Sonora? ¿Quién dio notificación del cadáver? ¿Cómo se identificó: visualmente por un testigo, por una fotografía, o por su ADN? ¿Cuándo sucedió esta identificación? ¿El día en que fue victimado, 19 de diciembre? Si el presunto asesino de Miroslava fue asesinado ese día ¿por qué tres días después se daba a conocer el hecho? ¿O hasta el 22 de diciembre de 2017 fue identificado como el asesino material y se dio parte solo al diario juarense?

Más aún, ¿cómo y cuándo obtuvieron el nombre del victimado para hacer el reconocimiento fisonómico del rostro, y saber que se trataba de la misma persona que disparó ocho veces contra el cuerpo de Miroslava frente a su hijo, bajo el nombre que supuestamente guardaban con celo en un expediente de la unidad especial de investigadores? ¿Después de realizarle una autopsia? ¿Se la realizaron?

A las primeras horas de la mañana del 22 de diciembre, cuando se dio a conocer la información filtrada al diario local, esta periodista se comunicó a la Fiscalía General del Estado de Sonora, a diferentes áreas, desde Comunicación hasta la Dirección de Investigaciones, y la de Secuestro y Crimen organizado. Ninguno de los agentes que respondieron amablemente a la llamada reconocía la información. Incluso, dos directores de área se enteraban en ese momento de los hechos publicados por El Diario de Juárez y buscaron la información en internet.

La fiscalía de Chihuahua tenía un elemento que vinculaba su investigación a la fiscalía de Sonora: las placas del auto en el que se trasladaba el victimario de Miroslava. Sin embargo, el día en que ejecutaron al presunto asesino material, no había ninguna coordinación entre ambas instancias, de acuerdo con la respuesta de los agentes sonorenses.

La investigación “ejemplar” de Corral

Durante el año que Peniche tuvo la investigación bajo su cargo, supuestamente se obtuvieron la mayoría de las evidencias y se identificaron a tres presuntos asesinos: Ramón Andrés Zavala Corral, asesinado en diciembre de 2017 en Álamos Sonora, una semana antes de la detención de Juan Carlos Moreno Ochoa, sentenciado a 50 años de prisión como coautor del crimen, y otra persona que está en calidad de prófugo, Wilbert Jaciel Vega Villegas, a quien le atribuyen estar escondido en Chínipas, una población de 8 400 habitantes, ubicado en el suroeste del estado de Chihuahua y de donde era originaria Miroslava.

Sin mayor justificación, la fiscalía del estado pidió a los hermanos de Miroslava que firmaran un amparo para impedir que la fiscalía federal atrajera la investigación, pero durante diez meses no los reconoció como víctimas indirectas, y además les negó el expediente judicial. Pese a ello, la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) atrajo el caso en abril de 2018.

En la trama que presentó el fiscal del estado se demostró que funcionarios del Partido de Acción Nacional habían estado involucrados en el crimen. El expresidente municipal de Chínipas Hugo Amed Schultz Alcaraz, el secretario particular del gobernador, José Alberto Luévano, y el vocero del mismo partido, actual asesor en el congreso local Alfredo Piñera.

La voz de estas tres personas fue grabada en la llamada que hicieron a escondidas de Miroslava. Y de acuerdo con la fiscalía, habrían entregado el audio supuestamente al grupo de Los Salazar, del que es miembro Juan Carlos Moreno Ochoa “El Larry”, y quien presuntamente habría orquestado el asesinato de la periodista, ayudado por Zavala Corral y Vega Villegas, para silenciarla por revelaciones de narcotráfico y políticos del PRI. Ésta es la versión de la fiscalía, bajo la gestión de César Augusto Peniche.

No obstante, en la primera etapa de esta teoría –tanto la fiscalía estatal como la federal– deja a los implicados directos fuera de la trama y los presenta como “testigos con identidad reservada” y no como personas de interés, pese a que el primer día de audiencia en el tribunal federal, a casi tres años del homicidio, dos familiares de Miroslava señalaron que ella los mencionaba como “los enviados del narco”, en referencia a Hugo Amed Schultz Alcaraz, José Alberto Luévano y Alfredo Piñera.

La activista Sara Mendiola, de Justicia Cívica, recuerda a El Diario de Chihuahua que la principal protección de estas tres personas fue por parte del gobernador Javier Corral:

“Aun cuando en diversas ocasiones el propio gobernador Javier Corral negó que Hugo Amed Schultz estuviera involucrado en la participación, en 2017 él fue claro en decir que no había participación de estos personajes, pero cuatro años después tenemos a Hugo Amed Schultz diciendo de viva voz que él participó en el homicidio de la periodista Miroslava Breach”.