Local

Radiografía de un asesinato

Chihuahua (Parte 24. Por Héctor Arriaga).- Una de las pocas verdades que se dijo durante el viciado proceso judicial que enfrentó Sergio Arturo Alba Rojo fue que Guadalupe Soto Rodríguez,...
  • Por José Oswaldo

Chihuahua (Parte 24. Por Héctor Arriaga).- Una de las pocas verdades que se dijo durante el viciado proceso judicial que enfrentó Sergio Arturo Alba Rojo fue que Guadalupe Soto Rodríguez, Juana Leticia Fierro de Soto, Guadalupe Soto Fierro y Martha Isela Soto Fierro (los maicitos) fueron brutalmente asesinados, y uno de los hechos que no obstante el tiempo transcurrido permanecen inalterables es que su muerte permaneció, y del alguna forma sigue estando, en la absoluta impunidad.

El verdadero asesino, El Parga, después de perpetrar el múltiple homicidio quedó libre por un tiempo y aún y cuando finalmente fue detenido y acusado por ese y otros delitos, luego de ser condenado y metido preso se evadió del penal donde permanecía y por tanto no cubrió su deuda con la sociedad.

Finalmente fue ejecutado por policías estatales al mando del comandante José Mayorga quien además de haber realizado la detención, se encargó de que el famoso criminal jamás pudiera hablar de su mutua complicidad y de las atrocidades en las que juntos habían participado.

Entre estas quizá una de las más terribles fue la de haber acusado y hecho todo lo posible para que Sergio Arturo, un inocente, fuera condenado por el asesinato de la familia Soto Fierro. Como testigos directos, tanto El Parga como el comandante Mayorga ya no pueden hablar de lo que ocurrió porque ambos están muertos.

Por ello Sergio Arturo sigue preso, porque quienes en su momento pudieron hablar para desnudar la verdad ya se han ido. Pero la justicia divina o humana tarde o temprano llega y para que se cumpla se encadenan factores imprevisibles.

La noche del lejano 2 de junio de 1988 hubo un sobreviviente de la tragedia. Se trata de Jesús Esteban Soto Fierro y si el nombre le suena es porque estamos hablando de uno de los dos hijos de la familia Soto que salieron con vida de la masacre, y el único que hasta hoy sigue vivo.

Pasaron los años, y el niño de entonces se convirtió en hombre y un día regresó a Chihuahua. Enterado de que Sergio Arturo estaba en prisión, Jesús Esteban se presentó el día 26 de noviembre del 2007 en las oficinas de la Comisión Estatal de Derechos Humanos donde lo recibió el entonces primer visitador José Luis Armendáriz González, hoy titular de la CEDH.

De la comparecencia de Jesús Esteban quedó constancia, y lo que dijo es la única verdad de lo que sucedió la negra madrugada de aquel dos de junio. El documento, desgarrador de por sí, se transcribe a continuación.

“Jesús Esteban Soto Fierro, mexicano, de 24 años, ocupación machetero, con domicilio en (se omite el domicilio por respeto) señala que el motivo de su comparecencia es para exponer lo siguiente: que soy hijo de los C.C. Juana Leticia Fierro Serna y José Guadalupe Soto Rodríguez a quienes les apodaban los maicitos y quienes fueron asesinados en conjunto con mis hermanos José Guadalupe Soto Fierro (17 años) y Martha Isela Soto Fierro (14 años) el día dos de junio de mil novecientos ochenta y ocho”.

“Al respecto quiero precisar lo siguiente: siendo aproximadamente las 00:00 horas de ese día, llegó la troca del policía judicial José Mayorga, otro judicial de nombre Arturo Carlos y Serafín Gutiérrez, todos ellos se bajaron de la troca a quitarles dinero a mi mamá y a mi papá, amenazándolos de que ellos estaban vendiendo drogay que si no les daban dinero no los iba a dejar vender o los iba matar”.

“Después de eso se retiraron y llegó un carro viejo enel cual iban Ramón Parga Palafox, el lobito,, la lobita y Perfecto Chávez, luego llegaron y patearon la puerta de la casa y amagaron a mi mamá y a mi papá que estaban acostados, en eso iba pasando mi hermana Martha Isela quien venía de bañarse y al ver a los sujetos con las pistolas que estaban apuntándole a mi mamá y a mi papá se asustó y les gritó que no les hicieran nada, fue ahí cuando El Parga le disparó a mi hermana en el pecho dos balazos”.

“De ahí se levantó mi papá y mi hermano José Guadalupe el maicito salió del otro cuarto y empezó a forcejear con el lobito mientras mi mamá seguía todavía acostada luchando con la lobita y Perfecto Chávez, yo me encontraba en el otro cuarto a la edad de 6 años y tomé en mis brazos a mi hermana María de 3 años de edad y corrimos a escondernos debajo de la cama, de ahí vi que levantaron a mi mamá de la cama y le empezaron a enrollar cable de la luz en el cuello”.

“Entonces mi hermano y mi papá salieron de la casa hacia el patio para sacarnos a nosotros del peligro entonces El Parga levantó una mesa y ahí subieron a mi mamá entre él y la lobita y le decían a mi mamá que les dieran el dinero y la droga porque sino los iban a matar, les dijo mi mamá que ya no tenían nada que ya se lo habían dado a Mayorga, ahí se oyeron varios disparos en el patio trasero, fue cuando mataron a mi papá y mi hermano”.

“De ahí se metieron Perfecto y el lobito y le dijeron a Parga y a la lobita que ya mataran a mi mamá porque ya habían matado a mi papá y a mi hermano, de ahí el parga quiso dispararnos a mi y a mi hermana pero la pistola ya no disparó, de ahí se salieron corriendo, cuando yo levanté a mi hermana me di cuenta que tenía un balazo en la columna”.

Parte 1

Parte 2

Parte 3

Parte 4

Parte 5

Parte 6

Parte 7

Parte 8

Parte 9

Parte 10

Parte 11

Parte 12

Parte 13

Parte 14

Parte 15

Parte 16

Parte 17

Parte 18

Parte 19

Parte 20

Parte 21

Parte 22

Parte 23

Tags: