El niño se abraza a la pierna de Alba Rojo

Chihuahua (Parte 25. Por Héctor Arriaga).- El caso presentado ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos por Jesús Esteban Soto Fierro único sobreviviente de la familia de los maicitos, declaración en la que proclama la inocencia de Sergio Arturo Alba Rojo y pide para él la libertad en base a una aplicación estricta de la justicia, es un parteaguas en la historia criminal de Chihuahua.

Lo es no solo por el hecho de que se cometieron toda clase de irregularidades durante el proceso judicial, entre éstas graves violaciones a los derechos humanos, por la actuación bárbara y criminal de los policías que participaron en su captura, tortura  y consignación o por los vínculos de los mismos policías con la familia asesinada a la que le proporcionaban la droga para que la vendiera en un negocio bastardo y corrupto.

Lo es sobre todo porque como nunca antes en la historia judicial de Chihuahua, en los turbulentos anales de la impartición de justicia, es una de las víctimas de la masacre,  quien por ello debiera odiar al presunto asesino y esperar que acabe sus días en prisión, el que siendo niño vio horrorizado cómo uno a uno sus padres y hermanos eran asesinados, es quien regresó del pasado para pedir la libertad de aquel al que el aparato judicial llamó asesino de su familia.

De la inocencia de Sergio Arturo Alba Rojo si todavía quedan dudas se refrenda en la misma declaración rendida por Jesús Esteban ante la CEDH, en la segunda parte en que se refiere a su “tío”.

Esto es el texto de lo que dijo: “Después de estos hechos (que se publicaron ayer) ya no me acuerdo qué sucede sino hasta en la mañana una vecina fue a buscar a mi mamá y le dije que estaban muertos, entró a la casa y vio todo y dio aviso a la policía, fue cuando llegaron nuevamente Mayorga y ya traían detenidos al Parga, al lobito y a la lobita, Perfecto Chávez se logró escapar. Ya de ahí nos llevaron a casa con una vecina”.

Lo que relata a continuación es vital y explica por qué Alba Rojo no pudo refutar la acusación que la policía le hizo, “a mí me llevaron a la judicial ese mismo día, y como perdí el habla debido a que tuve un shock, me dijeron que señalara a los que yo había mirado, yo logré conocer a todos, entre ellos estaba detenido a Sergio Alba Rojo a quien yo conocía como mi tío ya que él frecuentaba a mi papá muy seguido en la casa, y cuando él me miró y me quiso hablar, Mayorga le pegaba con su mano en la garganta para que no me dijera nada, al momento que lo miré como no podía hablar lo abracé de una pierna, (luego de lo cual) procedieron a retirarme del lugar”.

Y finaliza diciendo: “Con lo anterior quiero señalar que Sergio Alba Rojo quien actualmente se encuentra sentenciado por la muerte de mis papás y de mis hermanos él nada tuvo que ver en esos homicidios, pues quienes participaron en ellos fueron las personas que ya señalé, lo anterior lo sé y me consta porque yo me encontraba presente”.

A lo que agrega: “Solicito se realicen las acciones necesarias para que quede en libertad Sergio Alba, lo anterior que he manifestado me comprometo a declararlo ante la instancia que lo solicite con tal de que se esclarezcan los hechos y sea liberado de toda responsabilidad Sergio Alba quien actualmente se encuentra detenido en la penitenciaría vieja cumpliendo una sentencia INJUSTAMENTE POR HECHOS QUE ÉL NO COMETIÓ”.

El documento está firmado por el Lic. José Luis Armendáriz González, en ese tiempo Primer Visitador de la CEDH, y por el declarante.

¿Habrá algo más claro?

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